Epílogo

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5 días después

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5 días después...

Abrir los ojos es más difícil de lo que parece. Más cuando son lo único que reacciona de todo mi cuerpo.

Por primera vez en años, puedo decir que en mi cabeza hay silencio. Esos silencios de los que te dejan dudando. Pero hay una duda que ya está aclarada en mi cabeza.

Hay solo una persona en mí cabeza.

No, no es Blake.

No, tampoco Blair, aunque, parte de ella es una pequeña parte de mí.

Se preguntarán ¿Quién carajos eres?

Cuando Blair y Blake se peleaban todo el tiempo por salir y quedarse con el cuerpo, yo me encontraba desde las sobras de su cabeza. Yo soy no solo la parte oscura sino también la luz. No soy lo bueno sino también lo malo. No soy la lujuria sino también el sentimiento.

Yo, señoras y señores, soy Briana Adren.

La tercera personalidad de Blair.

Siento como mi mejilla está apoyada en una superficie suave y esponjosa. Suelto un sonido ronco cuando noto que estoy atada en una cama, mis brazos se extienden a mis costados y mis pies están libres, uno con un yeso envolviendo desde mi tobillo hasta los dedos de mis pies. Estoy en una habitación pequeña y completamente cerrada, no hay ninguna abertura, la única luz que ilumina son dos focos de luz blanca. Hay un armario y varias botellas de vodka en el suelo.

Trato de levantarme pero el costado de mi torso duele como los mil infiernos y suelto una palabrota.

—Boca sucia, aunque apuesto puede hacer cosas maravillosas con ella. ¿O no? —arriesga.

Esa voz.

Mareada, miro al frente, y pienso que veo doble, pero no, todo lo que vi antes de que me drogaran, es verdad. Muchas emociones pasan por mi cabeza como para concentrarme en una y aferrarme a ella. En mi garganta se forma un nudo y mi estómago da un vuelco. West está allí sentado de brazos cruzados en una esquina de la cama, ya que el otro está ocupado por alguien más. Su semblante no es serio, lo cual me sorprende, sino que es neutro. No lo puedo descifrar.

Después está ese chico, cuyo nombre no estoy enterada aún, que me mira como si fuese el diamante más bello pero intocable del mundo.

Él. Su voz.

Sin decir una palabra te dice mil con una mirada. No sólo es igual a West sino que también tiene ese aire salvaje que emana de su cuerpo. Un ojo verde y otro marrón oscuro, casi negro. Cuando miro el color verde, puedo ver un campo de flores, y con el marrón... No creo que quieran saberlo.

Giro mi cabeza a West ya que estira su mano para tocarme pero yo me alejo, desconfiada. El sonido del metal de las esposas hacen ruido y un jadeo sale de mi boca.

—No te haremos daño. —habla por primera vez West.

¿Cómo puedo confiar en él con todo lo que está pasando? Ni siquiera sé en dónde me encuentro.

El club del pasillo 66 #1 ✔️ En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora