Capítulo 30

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Una semana para año nuevo.

Ocho días para mi cumpleaños número dieciocho.

Hoy el aniversario del fallecimiento de mis padres. Cuatro años.

Todavía recuerdo aquel día como si fuera ayer, sus cuerpos sin vida en su habitación. Todo parecía irreal, por un momento pensé que estaba teniendo una pesadilla. Pero todo fue real.

Parece gracioso, el día está exactamente como hace cuatro años atrás, nublado y con unas nubes que amenazan con una tormenta eléctrica. El cielo cubierto por una capa de nubes y una neblina hace que el día sea más triste. No ayuda en nada.

Me paro en frente del espejo y veo mi aspecto, nada que no supiera. Unas ojeras tapadas un poco con corrector se sitúan debajo de mis ojos, labios secos y todavía tengo una leve cicatriz en la comisura de mis labios. Mi vestido negro no llega a cubrir la gaza que todavía tengo en mi muslo, mi cabello negro está recogido en una media coleta y algunos mechones rebeldes se salen de ella.

—Nos están esperando. —Una voz serena hace que me voltee.

India está apoyada en el marco de la puerta con una sonrisa débil. Su camisa y pantalón negro hace que se vea aún más pálida.

—¿Estará la Sarah, verdad? —Digo con cierto desagrado.

—Prometo no dejar que te diga algo.

Suelto una risa sin gracia.

Sarah North, la madre de Zev y hermana de mi madre. La última vez que vimos nuestras caras fue hace tres años atrás en esta misma fecha. No hubo comunicación por ninguna de las dos partes. Todavía recuerdo su llanto, gritos e insultos en el cementerio.

—Como si eso fuera posible. —Suelto en un suspiro. —Mike vendrá con nosotras, está esperando en la puerta.

—Vale, Phill se unirá más tarde.

Asiento y me envuelvo en mis brazos, buscando calor.

—Sé que es difícil todo esto para ti, y quiero que sepas que siempre vas a tenerme, nunca te dejaré. —Masculla.

—Lo sé, es solo que todo esto es...

—Abrumador. —Sugiere.

—Agotador. —Corrijo.

Un fuerte nudo en mi garganta me dificulta esto de aguantar las lágrimas. Mis ojos se encuentran con los de ella y allí es dónde no me arrepiento de hacer todo lo que estoy hacuando por ella. No puedo perderla, aunque yo ya estoy perdida.

—Se nos hace tarde. —Carraspeo y paso por su lado.

Pero antes de que pueda salir, India me envuelve en un abrazo. Su aroma a perfume me invade y cierro los ojos disfrutándolo. No tengo fuerzas para corresponderle, mis brazos parecen dormidos, mi mente parece dormida.

—Te quiero. —murmura.

Una lágrima cae por mi mejilla. Solo una.

La cuestión de tener dos personalidades y que estén batallando todo el tiempo, es agotador. No creo que muchos me entiendan, y tampoco lo espero.

Una parte de mí dice llora, grita, destroza todo lo que se te cruce, golpea, insulta, ahogate en tu propia culpa.

Pero la otra me dice voltea, cambia de página, se fuerte, sé independiente, lucha por tu vida, haz justicia... Mata.

—Yo también. —mi voz sale neutral.

Porque en el medio de Blake y yo, hay un gris, aquel gris que se debate en la oscuridad y la luz.

El club del pasillo 66 #1 ✔️ En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora