[Libro 1]
¿Te unirías a un grupo de asesinos para salvar a tu familia?
***
Blair Adren, una adolescente de dieciocho años, luchó varios años de sufrimiento y descontrol en su vida. Sus padres sufrieron una muerte trágica y quedó sola con su hermana...
Una brisa hizo que las gotas gordas, que caían del triste cielo, golpeara contra mi suave piel. Mi nariz roja por poco no la sentía. Los llantos inundaban en aquel lugar y no me sorprendía.
India estaba a mi lado cubriéndome con su paraguas negro, que combinaba con las almas de aquel lugar. Su mano quedó apoyada en mi hombro haciendo un poco de presión.
Todos mis ascendientes me miraban como un bicho raro que necesitaba ser enjaulado antes de que ataque a sangre fría. Sus intenciones eran claras: aléjate de mí.
Mientras que el sacerdote decía sus últimas palabras India me guió, todavía con su mano en mi hombro, hasta los dos cajones marrones. Ella agarró un manojo de tierra y lo tiró en el pozo. Un trueno sonó cuando la tierra cayó en los cajones. Cuándo fue mi turno agarré mi manojo, y cuando lo tiré, un grito desgarrador me hizo saltar en mi lugar.
—¡Todo esto es tu culpa! ¡Asesina! —mi tía me gritó mientras me acusaba con su dedo índice.
¿En serio vas a dejar que esa zorra te trate así?
Mi tío la agarró de atrás tratando de calmarla pero al final la sacaron del cementerio. India me abrazó pero no pude devolverle el abrazo.
—No la escuches, no lo dice en serio. —trató de calmarme con sus palabras.
Hecho mi último vistazo al pozo y a los cajones. El sol se estaba yendo y las personas se iban con él. India y yo nos quedamos unos minutos más contemplando las lápidas.
Mary North Madre, hermana e hija querida Nunca te olvidaremos.
Adam Adren Padre e hijo querido Por siempre en nuestro corazón
—¿Nos vamos? —susurró India.
Tardé un poco en responder pero al final la miré y negué.
—¿Yo los maté, cierto?—respondí.
Los ojos de mi hermana mayor eran indescriptibles en aquel momento. Rojos por el llanto pero cuando me miraba eran fríos como la nieve.
—Hay veces que la vida duele más que la muerte, Blair. —murmuró y me dejó allí sola.
Me quedé unos minutos bajo la lluvia mientras que las gotas se deslizaban rápido por mi rostro.
Ellos se quitaron la vida por no aceptar como eres, no vale la pena estar triste.
Su voz estaba siempre en mi cabeza, todo el puto tiempo.
Tienes que ir con él, Blair.
Sacudi mi cabeza para callar la voz y funcionó.
Estuve allí unos minutos más ya que la lluvia se iba intensificando. Cuando me estaba por ir sentí una mirada en lo oscuro del cementerio, una mirada familiar. Allí, detrás de un árbol, estaba él. Su sonrisa sin alma y sus manos dentro de su chaqueta. Sacó una mano del bolsillo y movió sus dedos en forma de saludo. Pude leer sus labios: “Hola Blake”.
Esa tarde fue la última vez que lo vi.
Dos años después...
Todas las noches tengo pesadillas. Culpa. Miedo. Tristeza. Sus malditos ojos me siguen por todas partes. Esa risa macabra y escalofriante retumba en mi cabeza todas las noches.
Él fue quien llevó esto a su extremo. Pero por suerte ahora está encerrado en dónde debe estar y eso hace que me tranquilice un poco. Mi hermana trabaja en aquel psiquiátrico, doble seguridad.
Tendré una vida tranquila sin Blake y Zev North, mi primo psicópata.