Extra capítulo 49
Pov Lexi
Veo como Blair grita desesperada, tratando de aferrarse a la esperanza de que Mike viva. Tan herida físicamente y con tanta energía como para derribar a cualquiera que se meta en su camino.
Una bala roza mi pierna derecha y caigo al suelo. Marcus le dispara al policía, llevándose una mirada de aprobación y agradecimiento de Rory. Sonrío. Contenta de que esté aquí, conmigo. Protegiéndome, aunque siempre se lo niego.
Al verlo, cuando estábamos con Blair, sentir sus frías manos sobre mí, sobre nosotros, mi corazón empezó a latir de nuevo. Eso es lo que tenía este chico, te hace sentir viva en el mundo de los muertos. Todo lo que él hace, lo bueno y lo malo, lo hace por este sentimiento que tanto traté de ocultar, fallando de manera humillante: amor.
—Tenemos que irnos, Lexi. —me susurra en la oreja Rory.
—No podemos dejarlos. —brama Marcus señalando a los chicos.
—Tiene razón. —concuerdo con Marcus, mirando a Rory. —Podemos aguantar un poco más.
—La herida que tiene la matará si no nos vamos ahora. —el rubio se pasa una mano por su cabello, nervioso —Y tú también estás herida. —me mira frunciendo el ceño.
Entrelazo nuestras manos, tranquilizándolo. Él, aún no muy convencido de esa decisión, asiente.
Giro de nuevo mi cabeza hacia Blair. Tenemos que irnos ahora, todos juntos. Vienen más policías. No puedo escuchar las palabras de West pero sé que no está logrando convencerla. Su dolor es tanto que apenas puede pensar en algo coherente. Pero claro, West no sé da por vencido.
Me distraje. Segundos.
Un error que no me lo podré perdonar nunca en mi miserable vida.
No tenía idea de lo que significa el tiempo y lo que valía saber utilizarlo. No. Toda mi vida consistió en sufrimiento y el tiempo parecía ir a paso de tortuga, tan lento que cuando apareció Rory, el tiempo no aceleró o retrasó. ¿Qué es el tiempo? Un ser cruel que en el momento más inesperado te grita: ¡Time's up bitch!
Y eso me grita ahora: El tiempo se acabó.
Los policías entran al mismo tiempo que West logra alejar a Blair del medio. Alzo el arma y empiezo a disparar, conteniendo una sonrisa de victoria. No canten victoria. Cuando empezamos a movernos para la salida. No veo lo que viene hacia a mí.
De verdad no lo vi.
Debí verlo.
Tenía que ser yo.
Marcus suelta un grito: ¡Rory! ¡No!
El estúpido de mi cerebro se distrajo por las malditas voces que escucho en mi cabeza. Mi enfermedad nunca me traicionó tanto como hasta ahora.
Rory me abraza. Cubre mi diminuto cuerpo —comparado con el suyo —con sus brazos temblando. Sus rodillas tiemblan, su mandíbula se tensa y su mejilla se apoya en mi hombro, rosando sus labios con mi cuello. Cuando mis manos tocan su espalda, devolviendo el confuso abrazo, cierro mis ojos al sentir mis manos húmedas. Lo entiendo. Mis brazos no pueden sostener su peso y caemos los dos al suelo. La cabeza de Rory hace un sonido sordo y me llevo mi mano, llena de sangre, a mi boca. Tengo cosas más importantes que pasan aparte de su cabeza. Claro que sí.
Está muriendo.
Sus ojos negros me miran con dolor. Le duele y lo sé. Corro su cabello que le cae de manera molesta en su frente.
—No puedes hacerme esto. —niego en llanto.
—Eres m-mi Harley Queen, Lexi. —tose y montón de sangre sale de su boca.
Niego, sonriendo.
Recuerdo ese apodo que me ponía. Me ponía de mal humor, aunque en el fondo sabía que me gustaba. Porque el también era mí Jocker.
—Te amo, Ronan. Quédate conmigo. —digo su nombre real.
Nadie sabe nuestros nombres reales, sólo nosotros. Juramos no decirnos por nuestros nombres hasta... hasta la muerte.
—Te amo, Lucinda. Vive. —su mano no llega a acariciar mi mejilla cuando cae muerta a un lado de su cuerpo.
Sus ojos, muertos.
Murió por mí.
Sufro un desgarro en mi corazón. Miles de cuchillos me apuñalan con palabras hirientes y realidades que no quiero aceptar. Grito su nombre, esperando estúpidamente que me escuche y decida regresar por mí. Mi mundo se paraliza. El tiempo parece congelarse y mi vida con él. Dios, me hizo tanto daño. Pero el maldito sabía cómo hacerme sentir cómoda, sabía sacarme esa sonrisa boba que ves en las películas románticas, hacía todo lo posible para mantenerme feliz... A su manera.
Estábamos rotos, juntos. Nos construimos en el dolor del otro y pudimos caminar por nuestras propias lágrimas. Escuchar su risa no era habitual, pero cuando lo hacía, sus ojos brillaban de una manera tan especial que parecían irreales. Derramamos tantas lágrimas que podríamos llenar el mar con ellas.
Escucho disparos, pero me importan un carajo. Si muero, moriría feliz, al lado del amor de mi vida. Pero sé que Marcus me está cuidando la espalda, mientras que yo le sigo hablando a Rory.
—¡No puedes irte sin mí! ¡Estoy embarazada! ¡Tenemos... Tenemos que criar a este pequeño demonio! ¡Por favor regresa! —lo agarro de la remera y lo sacudo —Te necesito. Perdón por todas las peleas y celos estúpidos. Fuiste tú. Siempre has sido tú.
Mis lágrimas salen sin parar y mi respiración entrecortada me deja sin aliento. Cada parte de mi cuerpo duele. Mi mente, corazón, brazos, piernas, lengua, todo. Porque todo era de él. Cada parte de mi alma y cuerpo era suyo. Y ahora ya no está.
Miro hacia mí costado, a West. Su rostro está inexpresivo pero sus labios se forman en una línea recta y empezó a disparar a cualquiera. No piensa, actúa. Su enojo es notable, todo se ha descontrolado. No teníamos pensado sus muertes. La de ninguno.
Sé que tengo que levantarme y seguir. Eso es lo que querría él.
Le cierro los ojos, manchándolos con su propia sangre. Parece que está en un profundo sueño. Con no sé qué fuerza, me levanto, temblando, y seco mis lágrimas. Doy una exhalación dejando que todo el aire frío invada mi sistema para que reaccione. Agarro el arma de Rory y la mía. Empiezo a disparar junto con West y Marcus. Grito al sentir como las balas salen con fuerza y me da una extraña satisfacción, ver como caen los cuerpos, ganando la batalla. Por ahora.
A partir de hoy mi mundo cambiará.
Los colores rosas y alegres quedarán en el olvido. Mis sonrisas y risas serán borradas completamente de mis reacciones.
Te recordaré, Rory.
Y te amaré.
Hasta que nos volvamos a encontrar.
Él solo quería protegerme. Y lo hizo hasta el último aliento.
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El club del pasillo 66 #1 ✔️ En edición
Misterio / Suspenso[Libro 1] ¿Te unirías a un grupo de asesinos para salvar a tu familia? *** Blair Adren, una adolescente de dieciocho años, luchó varios años de sufrimiento y descontrol en su vida. Sus padres sufrieron una muerte trágica y quedó sola con su hermana...