Capítulo 40

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Al despertar no puedo distinguir que hora es. Mis piernas tiemblan cuando hago algún movimiento y siento una presión en la parte inferior de mi abdomen. Miro mis brazos, piernas y torso, todo lleno de marcas por varias partes de mi cuerpo se notan dejándome colorada. Me volteo y noto que estoy cubierta con la sábana y a mi lado tengo a West. Él duerme boca arriba con la cabeza inclinada hacia mi lado y sus labios se entreabren.

No puedo creer lo que hicimos.

Tuve sexo descontrolado con West.

Me castigo mentalmente y me digo a mi misma que todo lo que ocurrió no volverá a pasar. Nunca.

Lo peor de todo es que cuando lo hacíamos, no pensaba sólo en él, sino también en Mike. No me voy a cansar de repetir lo jodida que estoy. Mis ganas de ahorcarme ahora mismo en esta habitación no son nulas.

—Deja de balbucear. —ordena.

Doy un respingo ya que estaba tan metida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que West está despierto y mirándome.

Pensé que sería vergonzoso mirarlo a los ojos después de todo lo que hicimos anoche... Y es aún peor. Mis mejillas se ponen coloradas al recordar todo.

—¿Hace cuánto estás despierto?

—Antes que tú. —su voz sale ronca.

Lo miro directo a sus ojos y me obligo a que no me gusten. El verde está claro y su mirada feroz de anoche se fue por completo. Ahora, su mirada es neutra y sin expresión.

—Tengo que irme. —me siento en la cama, sosteniendo las sábanas en mi pecho. —Esto es un error.

Me levanto y me envuelvo la sábana quedando como vestido. No me importa que lo haya dejado sin nada. Miro por el suelo y voy recolectando mi vestido, que no sé cómo sigue intacto, y mi corpiño. Las bragas están destrozadas, no me pondré nada.

—¿Por qué?

—Porque no quiero estar aquí contigo. —me tropiezo con la sábana y me caigo.

Escucho su risa y veo como se coloca los brazos detrás de su cabeza, mirándome.

—Eso no es lo que decías anoche. Por el contrario, decías que te de duro y que te foll...

—Pues lo digo ahora. —lo interrumpo por fin de pie. —India debe estar preocupada y Mike...

Me quedo en silencio.

Él no dijo nada al respecto. Me voy al baño y recuerdo que tengo el celular en el bolso que está en el coche de West. Tengo que mandarle un mensaje a India. Me volteo y esbozo la sonrisa más creíble posible.

West frunce el ceño.

—¿Te estás por cagar?

Dejo de sonreír.

—No, idiota. Necesito que me hagas un favor. —sostengo más fuerte la sábana contra mi pecho.

—¿Qué quieres?

—Mi bolso que está en tú coche. Lo necesito. —respondo con tono chillón.

—¿Y? Para eso tienes piernas, ve y búscalo tú misma. —dice sin intenciones de moverse.

Ese es el problema, mis piernas tiemblan y cada vez que doy un paso pienso que me voy a caer.

Bufo y paso una mano por mi rostro.

—Olvídalo, iré yo misma. Mínimo, que cuando termine de vestirme, ir al coche y agarrar mi bolso, estés cocinando algo porque tengo hambre. —ordeno apuntándolo con mi dedo.

El club del pasillo 66 #1 ✔️ En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora