Capítulo 4

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Pov Blair

Mike durmió conmigo toda noche y no volví a cruzar palabras con India. A decir verdad, no dormí nada, mi cerebro es un laberinto de pensamientos negativos. Cada vez que cierro los ojos los veo a ellos dos juntos, besándose, saboreando la sangre de inocentes en sus manos.

Sacudo levemente mi cuerpo tratando de borrar cualquier pensamiento de ellos dos. Vuelvo mi vista al espejo, me ajusto la corbata del uniforme y sacudo un poco mi cabello dándole volumen. Mike sale del baño con el cabello mojado y ya vestido para el instituto. Él se posa atrás mío y rodea mi cintura con sus enormes brazos. Apoya su barbilla en mi hombro y me da un beso en el cuello. Inhalo su aroma y cierro los ojos disfrutando de su cercanía.

—¿Segura qué quieres ir? No sé si es lo más inteligente —Me aconseja.

Suspiro. Trato de darle una sonrisa, pero sale más bien como una mueca.

—Claro, todos los policías lo están buscando —Trago en seco —No puede llegar a mí tan fácil, nos hemos mudado desde la última vez que nos vimos. Además —me doy vuelta y paso mis brazos por su nuca —, estaré contigo.

—Blair, los dos sabemos de lo que es capaz...

—Lo sé —interrumpo separándome de él con mal humor —Blake está muerta. No me van a poder controlar nunca más. Ni él, ni nadie —mi voz gélida como el clima.

No estoy segura si trato de convencerlo a él o a mí misma. Una leve sonrisa se asoma en su rostro y tira de mi brazo para besarme. Sus suaves labios se juntaron con los míos en un profundo beso. Nunca me cansaré de ellos. Lo alejo y le doy unas palmaditas en su pecho.

—Es hora de irnos mi Troy Bolton —le sacudo el cabello mojado —Agh, me mojaste. —Paso mi mano por la falda.

—No es la primera vez que te provoco eso —bromea y me da una nalgada.

Revoleo los ojos y le saco la lengua. Bajamos y no me sorprende no encontrar a India en la casa. Seguramente está declarando como testigo en la comisaría. Todavía me cuenta creer que Zev escapó del psiquiátrico solo. Recuerdo la vez que lo internaron, no se resistió ni un poco, como si eso fuese lo que él quería.

Flashback

El edificio es frío, cada vez que exhalo una nube de vapor sale de mis labios. India me insistió en no venir, pero me siento sola en casa. Asimismo me encantará ver el rostro de Zev detrás de una pequeña abertura.

—¿Son familiar del paciente cero veintitrés? —pregunta la recepcionista mascando de manera sonora el chicle.

India golpea su puño en la mesa y la mira con ira.

—Su nombre es Zev North y sí, somos sus primas —contesta con firmeza.

No, no lo defiende. India siempre tuvo la capacidad de encontrarle una solución a un problema, y creo que es por eso que es una psiquiatra. Zev está averiado, según ella. Necesita de las herramientas correctas para que pueda funcionar de manera estable.

Yo sé que no es así.

—Claro, él —confirma la recepcionista —. Entró ayer, no sé si podrán verlo.

—Llama a tú supervisor —ordena, India, impaciente.

India expresa la muerte de nuestros padres con enojo y cero tolerancia, es decir, no le hables porque te manda a la mierda.

No hace falta aclarar que este obstáculo lo superamos y en menos de diez minutos estamos caminando por los blancos pasillos, llenos de puertas y voces. O por ahí las voces son de mí cabeza, no logro distinguirlas.

El club del pasillo 66 #1 ✔️ En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora