Capítulo 9

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No dejo de pensar sobre la charla de West y Blake. La tensión que ella sintió al verlo fue indescriptible, se le había acelerado el corazón, y la única persona que conozco que la hace reaccionar así, es Zev. No soy ciega, sé que West no es un chico feo, pero aquello que sintió fue pura tensión.

Como fue de esperar, me mandaron a detención luego del golpe que recibió Dixie. Traté de convencerlos de que fue un accidente, pero había unas quince chicas testigos que decían lo contrario. No obstante, no me disgustó mucho lo que hizo Blake, al contrario, me parece que se lo tiene bien merecido. Esta tarde abandoné de manera oficial el club de teatro, feliz de aquella decisión ya que no veré la cara de Dixie más de lo necesario.

Ahora mismo estoy en uno de los pasillos esperando a Mike que salga del entrenamiento. Pienso como le diré que Blake apareció, le dio un golpe a Dixie y, para sumar a la tragedia, West habló con Blake y se sintió extraño. Suelto un suspiro pesado y me refriego mi rostro con mi mano.

—Hey, Blair. —Una voz me hace sacarme rápido la mano para ver de quién se trata.

Karl viene corriendo a donde me encuentro y me saluda con uno de esos abrazos que tanto lo caracteriza. Está sudado, así que me imagino que ya habrán terminado de entrenar.

—Karl, que alegría verte. —Le devuelvo el saludo.

—Lo mismo digo, ¿Esperando a Mike? —pregunta.

Hago que sí con la cabeza —Exactamente, iremos de compras para mañana.

—Cool, sabía que irían. Por cierto, ¿Es verdad que le diste su merecido a Dixie, dos veces? —una risa de diversión sale de su boca.

Me rasco mi nuca, incómoda.

—Sí, no aguanto más sus humillaciones —confesé.

—Oh, no te juzgo, todo lo contrario, me parece perfecto que empieces a reaccionar —musita.

Escucho unas risas y Karl traga en seco, sus pupilas se dilatan y me da una sonrisa forzada.

—Yo... me tengo que ir. Adiós, nos vemos mañana en la fiesta. —se despide y se va a paso rápido.

Confundida por si cambio repentino de actitud, lo saludo con la mano.

—Adiós, nos vemos.

Miro hacia atrás, siguiendo el recorrido de Karl hasta que sale del instituto. Extraño. Me vuelo y allí está Mike con sus amigos, se despide de ellos y llega a mí.

—Hola, amor. —Junta nuestros labios en un dulce beso —¿Todo bien?

Sí y no.

—Sí, recién me crucé con Karl. Actuó extraño ¿Le ha pasado algo? —pregunto.

Mike frunce el ceño y ladea la cabeza.

—Qué extraño —murmura.

—¿Por qué?

—Hoy Karl no vino a clases, ni siquiera se presentó al entrenamiento.

(...)

Como todos jueves India no se encuentra en casa.

Le conté todo a Mike sobre Blake y West. Bueno, casi todo. Pensé que no se lo iba a tomar bien, de hecho, pensé que se iba a negar. Pero no lo hizo ni enfadar, su tranquilidad me inquieta.

Ahora mismo estoy esperando en el sillón del living a India que vuelva de trabajar. Ya son las cinco y media, dentro de unos minutos llegará. Como pensé, luego de unos veinte minutos llegó. Debajo de sus ojos se encuentran dos bolsas negras, arrastra sus pies, cansada.

El club del pasillo 66 #1 ✔️ En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora