Capítulo 27

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La semana paso rápido. Todo volvió a la "normalidad", volvimos a clases y la seguridad está aumentando. Ahora en todos los pasillos hay una cámara de seguridad vigilando hasta el mínimo rincón. Me siento demasiado observada. Dixie seguía molestando pero no tanto como antes y eso me alivia, ya que Blake no va a ser compasiva como antes.

Jeffrey, Lexi y Zev aparecían de vez en cuando por mi casa o en momentos cuando estaba sola, pero no invadían mi privacidad mucho más de lo que lo hacían. A Zev lo notaba nervioso, extraño en él. Debajo de sus ojos había bolsas oscuras y está más pálido de lo normal. Si Zev estaba preocupado por algo, estábamos jodidos.

En cuanto a West... No lo volví a ver, y no es que quisiera. Mientras más lejos de él, mejor.

En este momento estoy buscando a Karl en la confitería. Luego de mi imagen borrosa de él en unos archivos, no puedo creer que él esté involucrado en algo como esto. Es simplemente imposible de imaginar.

Tiene que haber una explicación lógica. Pero a esta altura del partido, todo es posible.

Paso entre la multitud de personas y voy chocando con varios hombros. Reconozco el equipo de básquet pero solo logro ver a Mike y a sus amigos. Nuestras miradas se encuentras y él me saluda con la mano. Esbozo una sonrisa y le devuelvo el saludo. Todavía no le dije nada sobre Karl, es su mejor amigo, no quiero que piense nada sobre él hasta que confirme algunos asuntos.

Sigo caminando por los pasillos y encuentro su cabellera castaña. Karl está guardando algo y sacando libros. Me acerco a él y cuando Karl me ve, su expresión cambia de manera drástica. Sus ojos se abren e inhala tomando impulso para empezar a caminar. Frunzo mi ceño y lo alcanzo agarrándolo de su hombro para que baje la velocidad.

—Hey. —lo llamo y Karl para en su lugar.

Me pongo delante de él bloqueando su paso.

—Hola, Blair ¿Puedo ayudarte en algo? —habla rápido trabándose con su propia lengua.

—Hola —esbozo una sonrisa forzada. —. Sí, de hecho necesito hablar contigo.

Karl sujeta aún más fuerte las tiras de su mochila, haciendo que sus nudillos se vuelvan blancos.

—¿Conmigo? ¿Todo en orden? —pregunta confundido.

—¿Yo? De maravilla. Mike y yo te hemos notado un poco distante y quería saber si te puedo ayudar en algo.

Karl da una mirada a nuestro alrededor y me agarra del codo para apartarnos del medio del pasillo. Nos quedamos en un rincón dónde circulaba menos gente.

La mirada de Karl era desesperada como si se estuviera conteniendo algo que lo lastimara.

—Necesito contarte algo. —traga en seco mientras se pasa una mano por si frente.

Las imágenes de aquel día cuando salí a caminar aparecieron en mi mente. De aquel misterioso chico con el que hablaba, o más bien discutía.

—¿Qué pasa? —Digo aún más nerviosa que él.

Se acerca más a mí y yo doy un paso hacia atrás. Karl me mira confundido ante mi reacción y me susurra:

—No le puedes decir a Mike, ¿Vale?

Asiento sin entender su comportamiento.

—Lo prometo. —susurro al igual que él.

Suelta una exhalación y cierra los ojos unos segundos para luego abrirlos y hablar.

—No sé cómo me verán luego de lo que voy a decir pero espero que entiendan.

—Ve al grano. —musito ansiosa.

El club del pasillo 66 #1 ✔️ En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora