Capítulo 36

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Dos días para la fiesta de gala en la mansión Cruz.

Todas las personas están pendientes a sus correos para recibir la esperada invitación. Sí, un día antes. Los Cruz nunca han sido estrictamente selectivos ante los invitados a su mansión. Pocas veces asistía la misma gente todos los años, y aquello es una muy buena ventaja para nosotros, para camuflarnos. Blake me dijo que quiere ir a la gala, no pude decirle que no, últimamente está demasiado tranquila. Se lo merece.

Zev visitó mi casa la noche anterior, me explicó cómo nos manejaríamos el viernes. Me avisó que hoy a la noche me llegaría un mail con la invitación oficial de la gala. Le sorprendió que le dijera que Mike no iba a asistir, no le dije las razones. En su rostro pude ver una mirada distinta, como si tuviera una oportunidad conmigo o con Blake. Intentó besarme, lo rechacé con una patada en sus partes íntimas. Patético.

Además, me dijo que mañana nos llevaría a Lexi y a mí de compras, para buscar un vestido elegante y sexy, sí, utilizó aquellas palabras.

¿Me hablé con Mike?

Sí, muy poco. A veces cruzamos un par de palabras pero cuando él se acerca con otras intenciones, no me queda otra que rechazarlo. Noto su sufrimiento, pero no se da por vencido, algo que admiraría si fuese por otra situación.

Luego de enterarme de su enfermiza obsesión conmigo, me siento demasiado observada todo el tiempo, como si tuviera una cámara que me sigue a todos lados.

Desde mi cama miro la silla donde cuelga la remera negra de West. Aquellos ojos verdes no salen de mi maldita cabeza. Las sensaciones y emociones que siento cuando lo veo son tantas que se mezclan entre sí y me dejan aún más confundida. Sé que lo que siento por él es nada sentimental, en absoluto. Es mucho más complicado que eso. Es como si metiera mis dedos en el pasa corrientes y mi cuerpo estalla de manera increíble en millones de temblores y sacudidas.

Cuando hablo con West, no hay ni Blair ni Blake.

Tengo tantas dudas sobre aquel chico, que me es imposible poder llegar a todas esas respuestas. Tal vez, nunca las tenga.

Recuerdo cuando llegó justo a tiempo cuando a Mike lo apuñalaron. Su rostro inexpresivo y tan carente de emociones, su semblante tan serio e indiferente que pensé que veía a alguien muerto.

«¿Por qué lo haría?», preguntó.

De verdad pensé que iba a mirar como trataba de manera inútil salvar la vida de Mike. Pero algo lo hizo cambiar de opinión, y no sé la causa o el por qué.

Suelto un suspiro y me levanto dirigiéndome hacia la ventana. Observo el bosque de manera curiosa. Los tenues colores de los árboles, gracias a la leve capa de hielo sobre sus hojas, me dan ganas de adentrarme allí y perderme. Miro hacia la calle y pasa un chico con remera del equipo de básquet del Instituto, lo cual me hace acordar a una persona:

Karl.

Dios, quiero matarlo.

No sabemos nada de él ni de dónde se encuentra. No ha asistido a clases y tampoco nos lo cruzamos. Estamos en la misma situación. Él y yo matamos para sobrevivir, aunque implique derramar sangre inocente. Pero yo protejo a los que amo, él lo hizo por su propia vida.

Camino por mi habitación tratando de pensar en qué haré luego de que todo esto termine. Entregaré las pruebas y luego qué ¿Ir a la cárcel por ser cómplice? ¿Arruinar la vida de India? ¿Pudrirme en una cárcel como lo estaría haciendo Zev?

Paso una mano por mi cabello y cierro mis ojos por un segundo.

Me estás mareando con tantos pensamientos.

El club del pasillo 66 #1 ✔️ En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora