Capítulo 10 (2/2)

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Este capítulo contiene escenas violentas. 

Es injusto.

Lexi y yo titiritamos de frío mientras vamos de camino a la fiesta. Trato de abrazarme para generar calor, pero no es suficiente. Los chicos nos habían dejado, ni siquiera se ofrecieron a llevarnos con la simple excusa de que no nos pueden ver juntos. Los odio.

Todavía nos faltan unas largas cuadras por caminar, y el silencio está llegando a ser incómodo.

—Te caigo mal, ¿cierto? —la voz temblorosa de Lexi me saca de mis pensamientos.

Suelto un quejido por el frío, abro y cierro la boca buscando una respuesta. El vapor sale de mi boca y la cierro.

No me ha hecho nada para que me caiga mal, todavía. Pero el simple hecho de lo que hace, que apoye a Zev a hacer tales atrocidades, no me puede caer bien. Ella es una asesina.

Me mira expectante, queriendo una respuesta de mi parte.

—Bueno... yo... no te conozco. —Es lo único que puedo decir.

Lexi suelta una risa con un quejido mientas se abraza para darse calor.

—Sí, te entiendo. —Agachó su cabeza para clavar su mirada en el suelo. La sonrisa que portaba ya no está —. Es que a veces pienso que podríamos llegar a ser...

Sus palabras quedan suspendidas en el aire.

—Bueno, digamos que me estás obligando a matar personas inocentes para salvar a mi familia. Así que creo que bien no me caes. —Suelto borde.

La miro y los ojos llenos de energía y diversión de Lexi, se esfumaron en un segundo. Conozco esa mirada, la tengo casi todo el tiempo. Dolor.

Su mirada se tilda en la nada y chasqueo mis dedos.

—¿Sigues aquí? —pregunto irónica.

—Físicamente, sí. Mentalmente, no.

Me reí sin gracia.

—Familia —susurra.

Me vuelvo a ella y frunzo el ceño.

—¿Qué pasa?

Tarda unos segundos en responder. Su mentón tiembla de forma discreta.

—Nunca tuve una de verdad. —Su voz refleja tristeza.

Me siento culpable... y lo odio. La culpa es un factor muy grande en mi vida.

—Lo siento, no lo sabía —murmuro.

Una lágrima se desliza lentamente por su mejilla.

—Lo más cerca que tuve a una familia son los chicos. Ellos son mi familia ahora. —Una sonrisa triste se forma en sus labios.

—¿Y qué pasó con tu familia? —no puedo evitar preguntar.

Duda unos segundos en compartirme la información que tanto la destroza. Finalmente, su lengua comienza a soltar palabras con desprecio.

—Ellos no me querían. Luego me abandonaron. Y caí en el infierno. Solo sé que gracias a ellos soy lo que soy: un vidrio roto que jamás será reparado. —Su voz no se quiebra en ningún momento —. Sin embargo, apareció Rory en mi vida. Puedo decir que él me salvó y terminó de romperme al mismo tiempo.

Mis piernas están por detenerse. Estoy en shock.

¿Ella y Rory ya se conocen?

Nunca los vi hablando o siquiera cerca uno del otro.

El club del pasillo 66 #1 ✔️ En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora