El club del pasillo 66 #1 ✔️ En edición

Capítulo 39

Este capítulo contiene escenas delicadas. Por eso debo aclarar que, para mis amigas que están leyendo mi historia, que el altísimo esté con ustedes.

—Te daré tú regalo de cumpleaños. —su voz salió ronca.

Un jadeo sale de mi boca cuando aprieta el acelerador y mi cuerpo se pega más al asiento. Miro la pantalla del coche y veo la hora:

00:12 am.

—No necesito un regalo. —mi voz tiembla.

—Créeme, te gustará. No todos los días cumples diecinueve años.

Frunzo el ceño dándome cuenta de algo.

—¿Cómo sabes que hoy es mi cumpleaños? —trago en seco.

El larga una risilla y hace un cambio para ir aún más rápido. Su brazo se tensa y sus músculos salen a la luz. ¿Por qué eso me parece sexy? Dios mío, ¿cómo puedo pensar eso en estas circunstancias?

—Sé muchas cosas. —me mira de reojo.

—Okey... ¿Por qué no me llevas a mi casa? —bajo mi vestido ya que se estaba subiendo.

—¿No le parecerá sospechoso a India que justo después de un asesinato llegues a tú casa en este estado?

—¿Este estado?

Me señala con un movimiento de cabeza.

—Como un conejito mojado.

Me quedo callada, tiene razón. Miro por la ventana y pienso en Mike. Si se pone en riesgo como hoy, hará que nos maten a los dos. Esto no tendría que estar pasando.

Es mi cumpleaños y estoy en el coche de West. Yendo a su casa. Su casa.

¿Saldré viva de esta?

Me doy vuelta para examinar la parte de atrás del coche y mi vista se queda en algo. Mejor dicho, una tanga roja. Recuerdo lo que dijo Marcus: el tiene sumisas, y las mata. Casi me agarra una arcada.

—¿En serio? —Las palabras salen con asco y me arrepiento.

West frunce el ceño.

—¿Qué pasa? —pregunta sin entender a lo que me refiero.

—Hay una tanga tirada en el asiento, que asco. —imito un escalofrío.

West larga una carcajada y me mira divertido, arqueando una ceja.

—Sí, tengo derecho a divertirme. No eres la única que folla. —suelta con diversión.

Me cruzo de brazos y giro mi cuerpo enfrentándolo. En sus labios hay una sonrisa engreída y sus ojos se estrechan conteniendo la risa.

—Pensé que te gustaba la exclusividad.

—Y mantengo esa afirmación. -Me da una mirada rápida —¿Qué sabes si no tengo novia?

Me río sin gracia y digo que sí con la cabeza.

—¿Tú? ¿Novia? Cómo si alguien estuviera tan demente para salir con un psicópata como tú.

Él levanta un hombro.

—Míralo a Mike.

Abro mi boca y mi mandíbula se está por caer en mis piernas. Formo un puño y le pego en el hombro sin piedad. West se ríe y se frota la zona afectada.

—Buena izquierda, lo tendré en cuenta. —me guiña un ojo.

Revoleo los ojos y vuelo a acomodarme en el asiento y me mantengo callada en el resto del camino. Su voz se volvió un tanto irritante.