Capítulo 10 - Ana
Ya secos y en pijama, preparamos la merienda. Una taza enorme de té para mí y cappuccino para Diego junto con unas ricas tostadas con manteca, abrigados y calentitos adentro de la cama. Me recuerda a las mil tardes que pasamos en la casa de mis papás._ Así que.... ¿La pasaste bien?
Lo miro porque no se a que se refiere, o si, pero prefiero hacerme la tonta.
_ Antes, en la bañera...
Me pongo colorada de solo acordarme... Hacía mucho que no me sentía así.
_ ¿Y a vos qué te parece? -Le digo en tono juguetón mientras tomo un sorbo de té-.
_ Tu cuerpo me dice que sí, pero quiero saber que sentiste acá -Se señala la cabeza-.
_ No sabía que tenías esas fantasías, ¿Hiciste alguna vez algo así? – En otro momento no hubiera querido saber más sobre sus experiencias sexuales-.
_Nos conocimos muy jóvenes...
_Si, pero vos ya tenías experiencia, yo ninguna...Es distinto. -Muerdo una tostada-. Nunca hablamos de cosas que hayamos hecho.
_Nunca estuve con más de una persona, si a eso te referís.
_ ¿Y otras cosas?
_Mmm... Tuve relaciones en la playa, con un "amor de verano", creo que fue lo más loco...Y nosotros en el auto, ¿te acordás?
_Ay sí, que vergüenza...Una vecina se dio cuenta y empezó a los gritos, tuvimos que ponernos la ropa como pudimos e irnos rápido, es más creo que Diego arranco el auto semidesnudo.
_ ¿Y vos, algo que hayas hecho antes de nosotros?
_ Mi primera vez fue con vos, casi todas las primeras veces de algo fueron con vos.
Parte de mi bloquea aquel horrible recuerdo. Trago y respiro para ahuyentar esos pensamientos, lo que menos necesito ahora es atraer a mis fantasmas.
_ ¿Pero...?
_Si, bueno... -Pienso que responder, busco en mi cabeza hasta que algo aparece- Una vez, con un chico que conocí en un casting, tendria 15 años y él un poco más, me invitó a tomar algo y después volvimos en tren. Y... -Me tapo la cara para decirlo- me tocó adentro del tren repleto de gente.
_ ¿Cómo que te tocó? – Se acomoda como si fuera a ver una película-.
_Bueno yo tenía pollera y él...Íbamos parados frente a frente, despacito empezó a acariciarme la pierna y subió cada vez más y yo lo deje, me gustó.
_ ¿Tuviste un orgasmo? – Sus ojos están muy abiertos-.
_No...Pero -me vuelvo a tapar la cara- en mi casa sí.
_-Se acerca y pone esa voz ronca que me derrite- ¿Llegaste a tu casa y te masturbaste Ana?
_Si.
_ ¿Cómo no hablamos de estas cosas antes?
_No se...
_Sigamos...
Me encanta que quiera hablar, hacía tiempo que no compartíamos cosas a este nivel.En realidad, nunca habíamos hablado así. Me remuevo en la cama porque estoy húmeda, lo que nos decimos, lejos de ponerme celosa me estremece, como cuando te dan un beso en el cuello o en alguna parte sensible del cuerpo.
_ ¿Con cuántas chicas estuviste?
_Ni idea... –Piensa- Cerca de diez...
_ ¡Uau es un montón!
Diego se ríe y niega con la cabeza.
_ ¿De verdad pensaste todo lo que me dijiste en la bañera?
_ Todo no, pero una parte si, cuando leí el mensaje primero sentí no sé, celos y enojo... Pero al minuto tuve una imagen en la cabeza...
_ ¿Cuál? – Ahora soy yo la que lo miro como si solo me faltaran los pochoclos-.
_La tuya, mirándome fijo, mientras otros te daban placer. Y eso me volvió loco.
_ ¿Como una fantasía?
_Puede ser...
_ ¿Vos querés que...?
_No Ana, es una fantasía, no significa que quiero que se cumpla, ¿Vos no tenés fantasías?
_No sé -me muero de vergüenza- puede ser.
Me acuerdo del sueño que tuve con Damián y creo que me pongo roja otra vez.
_ ¿Y querés que se cumplan?
_Nunca lo había pensado.
Lleva las cosas a la cocina mientras me quedo en la cama pensando un segundo. ¿Todo esto que vivimos hoy, lo despertó el mensaje de Julia y Damián o en verdad está cambiando algo entre nosotros? Elijo creer que nos estamos acercando... Agarro el teléfono y busco el grupo, me quedo viendo la pantalla con mil preguntas. Al volver Diego me ve y pone cara seria.
_ ¿Qué haces, les vas a responder?
_No sé, tendríamos que responder ¿no? después de todo el mensaje fue muy cordial y... ¿Explicativo? -Haber utilizado esa palabra, me causa un poco de gracia, o quizás son los nervios. Diego sigue cayado-.
_Algo cambió, ¿que fue? – Mi conciencia me diría que le estoy buscando el pelo al huevo, pero todavía la tengo bloqueada, así que no puede hablar-.
_ ¿Tu ultimátum no te parece suficiente?
Revoleo los ojos, quiero que sea sincero y sigue respondiendo en tono juguetón.
_No te quiero perder y punto. Hoy fue increíble, creo que contarnos estas cosas, saber nuestras fantasías...Disfrutarnos así.
_ ¿Porque siento que hay algo más? – No quiero esconderle lo que me pasa, aunque tampoco se explicárselo muy bien-.
_Como yo sé que a vos también te pasa algo más... ¡Porque nos conocemos mucho!
¿Él sabe? ¿qué es lo que sabe? Ni siquiera yo sé a qué se refiere. Será a... No puede ser.
_Si queremos que esto funcione tenemos que ser totalmente sinceros.
_Tenes razón Ana, fueron meses difíciles y te pido perdón otra vez y todas las veces que sea necesario. Estos últimos días despertaron cosas que siempre estuvieron, pero no las veía y creo que te pasa lo mismo.
_ ¿A qué te referís? – Necesito que sea directo-.
_Disfrutamos del sexo y mucho, ¿pero me vas a decir que siempre fue así?
_No se quizás fue más fogoso porque nos estábamos reconciliando.
_ ¿Te parece? A mí me parece que tiene que ver con otra cosa...
Se acerca despacio, hasta estar pegado a mí. Me acaricia la mejilla, después el cuello.
_Todo está acá -señala mi cabeza- cerra los ojos y dejalos cerrados, no hagas trampa.
Le hago caso, cierro los ojos y siento que respira cerca de mis labios, primero es una sensación de calor, después de frío. Siento apenas el roce de su cuerpo detrás mío. Me suelta el pelo, acerca su boca a mi cuello y comienza a darme besos. Con sus manos recorre primero los brazos, los hombros, la clavícula, hasta llegar a los pechos, nuestra respiración se acelera, entre gemidos digo su nombre.
_Diego
_No soy Diego. Soy Damián.
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Quiero verte bailar
RomanceAna se encuentra sola durante la cuarentena a pesar de vivir con el amor de su vida, quien parece estar luchando con sus fantasmas internos y no se da cuenta que la ha estado dejando de lado en todas sus decisiones. Pero todo cambia cuando reciben u...