Capítulo 39 - Damián

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Capítulo 39 - Damián

"Toda mi vida me escapé de tipos como vos"
Las palabras de Ana quedan resonando como un eco en mi cabeza y me destrozan por dentro. Tendría que haber seguido el plan, verla bailar de lejos... No pude contenerme y todo terminó peor. No importa qué le diga, jamás va a confiar en mí. Se siente traicionada por todos y peor, humillada. Trato de ponerme en su lugar, perdió a alguien muy importante y yo... me siento tan culpable.
"Toda mi vida me escapé de tipos como vos". Sus palabras me penetraron como una daga. Lo que más me pesa no es eso, sino que piense que hice todo esto sólo para cogerla... ¿Acaso no fue así? Estoy agotado y ya no quiero engañarme más. Desde que la vi bailar que se quedó grabada en mi retina. Sin duda esta va a ser una noche larga.

***

Los días pasan, eternos y pesados. Julia me pregunta si hablé con Ana, si intenté llamarla, le digo que no y que no pienso hacerlo. Fue muy clara conmigo, no me quiere cerca y lo único que me queda es respetarle eso.
Diego también quiso hablar conmigo, pero por el momento no estoy seguro de poder controlarme.
Me enfoco en lo que puedo hacer: trabajar. Salgo a correr tres veces por día. Así y todo, tengo que empastillarme para poder dormir. Nunca pensé sentirme así otra vez. Volver a vivir en esta enorme oscuridad.
Estoy por dormir cuando me llama Julia, pero no la atiendo. Entonces me llegan varios mensajes de Whatsapp.

***Damián, ¿Podes dejar de comportarte como chiquilín? ***

Ay Julia... la llamo.

−¿Qué pasa? Es tarde...

−Ana está en Utopía.

−¿Cómo?

Me cuesta entender lo que me dice.

−Sentí que tenía que decírtelo.

−Julia... decímelo de nuevo.

−Que Ana está en Utopía, ¿Estás bien?

No puedo creerlo, ¿Qué hace Ana ahí?

−Está con Sergio.

− ¡¿Qué?!

−Ay Damián, ¿Podes dejar de preguntar eso? Acabo de ver una foto que subió Sergio y está con Ana.

Le corto a Julia y salto de la cama. Me visto con lo primero que encuentro y voy hasta allá. Perdí absolutamente el control y me doy cuenta, pero no hago nada para calmarme. Además, desde hace meses que no tengo ningún tipo de control cuando se trata de Ana. Varias preguntas se repiten en mi cabeza una y otra vez. ¿Qué hace Ana con Sergio? ¿Ana en Utopía? ¿De qué modo se cruzaron así nuestros mundos? Estoy seguro de que jamás mencionamos el club cuando hablamos con ellos. Casi no hay tránsito y llego muy rápido. Discuto en la puerta para entrar, porque no tengo la ropa adecuada, por suerte me conocen. Corro al salón principal y busco por todos lados. No la veo, no sé dónde está. Voy hasta la barra y pregunto por Sergio, me responden que está ocupado...ya sé lo que eso significa. Cierro los puños y respiro profundo. Voy a las habitaciones... Cuando llego al tercer cuarto, tengo que mirar dos veces. Ahí está Ana. Completamente desnuda sobre un hombre y Sergio está detrás de ella a punto de penetrarla. Trago saliva, entro corriendo y tiro de su brazo. Sé que no me corresponde, sé muy bien que no debería meterme, pero como bien dije antes, no puedo controlarme. Tiene la mirada totalmente perdida, ¿Está drogada?
El hombre que no conozco no deja de insultarme, trata de tomar a Ana, pero no se lo permito, hasta que finalmente intenta golpearme. Estoy obligado a soltarla para poder defenderme. Lo empujo y choca contra la pared. Medimos fuerza con empujones hasta que Sergio se pone en el medio.

− ¡Basta! Esteban calmate y vestite.

Después de mandar a Esteban a vestirse y por suerte haberle devuelto el vestido a Ana, me sienta en la cama con tan sólo un empujón. Sigo a Ana con la vista y veo que le cuesta ponerse la ropa, está pálida... empiezo a preocuparme.

− Damián, no podes aparecer así y comportarte de esta manera. Me obligas a no dejarte entrar más.

Como si eso me importara en este momento.

− ¿Conoces a este tipo? -me apunta con el dedo mientras termina de vestirse-.

Lo fulmino con la mirada y vuelvo a Ana, no la veo nada bien.

− No me importa que no me dejen entrar más, me llevo a Ana.

Ana se descompensa, vomita y se desmaya. Todo en una milésima de segundo. Salto de la cama y llego a tomarla de la cabeza.

−Ana, mi amor, ¿Estás bien?

La acuesto en la cama y dejo salir toda la furia que tenía contenida. Lo agarro al tal Esteban de la camisa y mi puño golpea su cara sin intensiones de frenar, hasta que se defiende y siento sangre que cae de mi ceja. Logro esquivar su ataque y rápido lo sostengo contra la pared sin que pueda moverse. No me importa que sea el doble de mi tamaño, estoy completamente sacado.

−¿Que le diste de tomar? – le grito en la cara-.

Lo miro a Sergio, a él lo conozco muy bien y sé que no es el responsable. Por más que sea su negocio, él no consume.

− Mira Damián, Ana tomó mucho. Tiene que estar así por la cantidad de alcohol que ingirió.

− La conozco, definitivamente no está así por el alcohol. – Apenas suelto a Esteban-.

− Ana es adulta y puede decidir solita.

Ya está. Fue el, no me quedan dudas. Vuelvo a empujarlo contra la pared, pero Sergio me frena, está muy calmo.

− ¿Qué le diste Esteban?

Lo sostiene del hombro, sólo con eso logra inmovilizarlo. Agarra el celular y llama a alguien, no entiendo que dice.

− Están viniendo de seguridad, mejor que me digas a mí que le diste.

Esteban abre grande los ojos. Jamás pensó que la noche acabaría así, estoy seguro. Rápidamente confiesa.

− Media pastilla de LSD.

− ¿Qué? ¿Vos estás loco? -Quiero matarlo-.

− Ay Esteban... – Sergio sigue en medio y lo sostiene solo con un brazo-. Empezábamos a ser buenos amigos, alguien con quién podía hablar mi lengua natal...

− Dejame que te explique... – La cara de Esteban se transforma, ahora siente mucho miedo-.

− No hay nada que explicar. Sabes que si vas a comprar o traer droga, tenes que comprarla acá Esteban, es una regla... es mi negocio y tengo que cuidarlo.

Llegan los de seguridad y sé que no es bueno lo que va a pasar, levanto a Ana y salgo con ella en brazos.

− Esperá Damián, no tenía idea que la conocías. Ni mucho menos esto. -Señala a Esteban-.

− Ahora solamente quiero llevarme a Ana y asegurarme que va a estar bien.

"Toda mi vida me escapé de tipos como vos". Vuelve a resonar en mi cabeza, mientras atravieso el salón con Ana en brazos, bajo la mirada sorprendida de todos.

Quiero verte bailarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora