Capítulo 13 – Damián
Julia corta de una risueña charla con Diego. Me avisa que ya está al tanto de que voy a llamar a Ana por un favor y se va a llevarle algunas compras a su tía. Siempre que la visita vuelve muy tarde así que sé que tengo todo el día para mí solo. Miro las noticias, seguimos en cuarentena. Agarro el teléfono, busco el contacto de Ana, y sin frenar el impulso, la llamo. Pero no atiende. Así que busco un enfoque menos agresivo y le mando un mensaje:
***Ana, te pido disculpas por llamar sin aviso. Estoy con un problema y creo que sos la única que puede ayudarme, cuando puedas hablamos***
Necesito conocerte Ana, por favor.
***Hola Damián, perdón, no llegue a atender, hoy hasta las 17 hs estoy disponible, llamame cuando quieras***
Inmediatamente después de su respuesta vuelvo a llamarla.
Cruzamos pocas palabras y le siento la voz quebrada como si hubiera llorado o estuviera a punto de hacerlo. No puedo evitar preguntarle si está bien, pero fue peor. La escucho quebrarse del otro lado del teléfono y me desespera. Me nace la necesidad de abrazarla, de contenerla, de saber que está bien. No responde, solo es silencio y llanto, estoy a punto de salir a buscarla. ¿Acaso me volví loco?
Finalmente se calma y puedo sentirla sonreír del otro lado del teléfono. Vuelvo a concentrarme, o eso intento. Me gustaría saber que le pasa, pero es claro que no va a contármelo a mí. Y estoy convencido que así es mejor, no es asunto mío.
Me hace una pregunta que me queda resonando profundo "¿En qué te puedo servir?"
Dice "servir" como si ella no fuera suficiente... ¿Por qué razón se siente con tan poco valor?Tengo que esforzarme para no perder el hilo. Y aunque me hace sentir miserable, me aprovecho un poco de su estado actual para convencerla. Le explico que necesito una modelo y que la quiero a ella, lo digo varias veces, a ver si le queda claro lo hermosa que es.
Tarda en responderme y solo pienso: Por favor Ana, animate.
Finalmente accede, y en un segundo dice un millón de palabras, habla tan rápido que me cuesta entender todo y... corta.
Si, si, me corta. Hasta miro el teléfono para corroborarlo, no llegue a decirle ni chau.Se despide con un "Abrazo", es tan formal que me quedo sonriendo frente a la pantalla del celular. ¿Cuántos años tiene, 50?
Me siento en el sillón con un café a contemplar la nada misma, con una mezcla de sensaciones.
Desde que la vi bailar me sorprende todo lo que provoca en mí.***
Suena el teléfono, Instagram me avisa que Ana Strauss público un video, borro la notificación y me contengo para no verlo. Necesito volver a ser el Damián centrado, le escribo por WhatsApp sobre la sesión de fotos y me responde al instante. Le hice un chiste sobre su forma de despedirse diciendo "abrazo" y lo toma bien. De hecho, me sigue el juego.
− ¿Quién te saca esa hermosa sonrisa?
No me había dado cuenta que Julia estaba en la habitación y tampoco que yo estaba sonriendo.
−Ana, un chiste. Ya está arreglado, viene el sábado.
−Excelente, voy a dejarlos solos.
−No es necesario. – Aunque en el fondo me sentiría más cómodo-.
Se sienta detrás mío y me acaricia el cuello.
−Ya sé, pero creo que ella se va a sentir menos observada si yo no estoy, además arregle con Susy que el fin de semana volvía a ayudarla, no la vi bien y quiero estar cerca.
Giro para quedar frente a ella y le beso la mano.
− ¿Queres que lo posponga y así te acompaño?
Sé lo importante que es su tía.
− ¿Estás loco? Quédate tranquilo, bastante me costó convencerte, ahora no hay vuelta atrás.
Nos recostamos, nos tocamos un poco, pero hay algo que falta. Es como si no tuviéramos incentivo. Ambos nos damos cuenta de eso y frenamos.
− ¿Estás bien? – De alguna manera se lo pregunto a ella, pero también a mi-.
−Si, tengo la cabeza en Susy, sabes que es la única familia que tengo y está grande... Y esta situación es una mierda. ¿Y vos, en qué pensas?
−La verdad, no sé... Algo nos está pasando juntos y por separado. ¿No te parece?
−Necesitamos acción, seguro se nos pasa. Cuando Gus y Dani nos dijeron que se iban, creo que nos costó superarlo. Nos volvimos muy unidos y dependientes de ellos. Pero estamos acá y estamos bien. ¿Qué pareja no atraviesa una crisis en esta situación tan poco común que vivimos?
Quiero creer que es así y callo, por ahora, esas alarmas que a veces me dicen que esto es más que una crisis.
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Quiero verte bailar
RomanceAna se encuentra sola durante la cuarentena a pesar de vivir con el amor de su vida, quien parece estar luchando con sus fantasmas internos y no se da cuenta que la ha estado dejando de lado en todas sus decisiones. Pero todo cambia cuando reciben u...