Capítulo 11 – Damián
Es tarde, pero no puedo dormir. Julia está en su nuevo "lugar favorito" como le dice a la oficina que instaló en casa.
Estoy por salir al parque a correr cuando suena el teléfono, una notificación de Instagram.
"Ana Strauss comenzó a seguirte"
Una mezcla de excitación y... ¿Miedo? Me recorre el cuerpo. ¿Por qué ahora?
Recuerdo a la perfección que antes de fin de año, llegó Julia de su clase de yoga rogándome que cubra el evento de una amiga.
Yo no quería saber nada, me imaginaba una muestra de alumnos y de solo pensarlo me dormía parado. Pero Julia me aseguro que se trataba de una compañía de danza y que era importante para ella. Así que finalmente accedí.
Cuando el espectáculo comenzó, debo admitir que me gustó y no poco. Pero mi semblante cambió cuando fue el solo de una bailarina. Me quede sin aire y completamente cautivado. Cada movimiento se entrelazaba con el siguiente, transmitía tanta pasión. Los músculos se marcaban levemente en cada salto y parecía sostenerse en el aire junto con la música... Puede volar, pensé en aquel entonces. Irradiaba belleza, talento, la cámara la amaba y parecía que estábamos conectados en cada clic. Incluso tenía que concentrarme para sacarle fotos al resto. Cada vez que ella desaparecía detrás de una pata del escenario, sentía su ausencia.
Cuando finalizó el espectáculo, Julia que estaba sentada entre la gente vino a mi encuentro. Me preguntó si me había gustado, y tuve que ser sincero, me había encantado. Un minuto después apareció de un salto: ella. La increíble bailarina, que me daba la mano y no la soltaba, y no paraba de decir cosas buenas de mi trabajo como fotógrafo. Julia la presentó, era Ana, su amiga.
Se desvivía en palabras de agradecimiento y yo moría por verla bailar de nuevo. Con alguna excusa que ya no recuerdo me despedí y las dejé solas. Necesitaba alejarme porque mi cabeza había encendido todas las alarmas. Mi intento por estar lejos se frustró cuando Julia me dijo que Ana nos invitaba unas copas. Con la tensión en cada parte de mi cuerpo no me quedó otra opción que aceptar. Podía verla a lo lejos despidiéndose de un chico, su novio supuse en ese momento. Había algo entorno a ella. Algo que quería gritar con todo su cuerpo pero que lo contenía. Cuanto más la miraba más crecía ese enigma. Se despedía de algunas personas más y si bien estaba sonriente y feliz, su mirada era muy triste.Ya en el bar, distraído... Julia que me conoce mejor que nadie, me pregunta si me gusta y no le miento, ella reconoce que también le gusta. La veo tomar de lejos. Llevo la cuenta: seis tequilas. Definitivamente ofrecemos llevarla hasta la casa... Parece que perdió esa vergüenza o timidez. Tenía encendida una chispa en los ojos, como si fuera otra Ana, distinta a aquella que no me soltaba la mano y se ponía roja de vergüenza. Después de despedirse de sus amigos, vino a nuestro encuentro. Los pezones se le marcaban apenas a través de la musculosa. Tuve que hacer un esfuerzo enorme para dejar de mirarla.
Se subieron en el asiento de atrás. No paraban de reírse y de hablar de cosas de yoga. Julia empezó a hablarle de poses del Kama Sutra mirándome de reojo por el espejo, lo hacía a propósito... Y yo sentía esta contradicción de querer seguir escuchándolas, imaginándomelas, y a la vez quería que Julia la dejara tranquila.
Cuando llegamos, me rio de solo recordarlo, me dijo que era viejo porque no tenía Instagram. Esa misma noche, cree una cuenta y subí mis trabajos. Tuve una respuesta increíble de la gente. Así que decidí buscarla y empezar a seguirla. Estuve a punto de escribirle, pero ahí estaba ella, con ese rostro tan intrigante, con esa sensación de felicidad y tristeza, y aunque me atraía -y no poco-, me pareció mejor ser cauteloso y no avanzar en algo que no comprendía del todo.
Y de nuevo, meses después, me encuentro mirando con atención su retrato, reviviendo a la distancia esa extraña sensación que me provocó verla bailar. La incógnita sigue ahí presente. Hay algo de ella que me cautiva. Un misterio que la rodea y aquello que me pasa a mí con todo eso, que entiendo aun menos.
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Quiero verte bailar
RomanceAna se encuentra sola durante la cuarentena a pesar de vivir con el amor de su vida, quien parece estar luchando con sus fantasmas internos y no se da cuenta que la ha estado dejando de lado en todas sus decisiones. Pero todo cambia cuando reciben u...