|| 𝖲𝗎𝗀𝖺𝗐𝖺𝗋𝖺 𝖪𝗈̄𝗌𝗁𝗂 ||

4.9K 206 4
                                    

Advertencia: Ninguna

—Nii-san, solo espérame y verás que seré titular —comentó el pequeño Sugawara de 6 años

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—Nii-san, solo espérame y verás que seré titular —comentó el pequeño Sugawara de 6 años.

A Taishiro le encantaba ver el rostro iluminado y lleno de emoción que tenía su pequeño hermano, nada comparado con él.

Kōshi era un sol y él... él era un agujero negro.



[...]



El armador de tercer año del Karasuno observaba impaciente su teléfono, había recibido un mensaje, pero no tenía ni la mínima idea de quién podría ser y el no saberlo, lo desesperaba.

Había descartado a todas las personas posibles, pues no es como si él fuera por la vida pasando su número de teléfono. Aunque la duda carcomía su cerebro, no quería hacerse falsas esperanzas de que sea aquella persona.

Sin embargo, solo él solía llamarlo "pequeño sol".

—Sugawara-san, alguien lo busca —le avisó Kageyama al pasar.

—Ve, no hay problema —Daichi lo empujó fuera del gimnasio y él suspiró agotado.

Al solo dar unos pasos, escuchó una risa femenina y divisó una silueta masculina de espaldas. No podía ser él, ¿o sí?

—¿Taishiro? —llamó con la vaga esperanza albergada en su corazón.

Al contrario de lo que hubiera esperado, fue la mujer quien corrió a abrazarlo como si la vida se le fuera en ello.

—¡Mi pequeño sol, te extrañé tanto!

Ok, eso era más de lo que Sugawara podía procesar y todo terminó en tragedia.

Suga se había desmayado sobre los brazos de aquella persona.



[...]



El de hebras grises observaba con cautela a su hermano... no, corrección, a su hermana.

La joven mujer le explicaba un sinfín de cosas sobre su estadía en Canadá, lo mucho que había sufrido cuando comenzó a pensar en que realmente se sentía una mujer y cuánto se preguntó si a él le agradaría el cambio. Quien alguna vez fue Sugawara Taishiro, ahora era Sugawara Makoto.

No le molestaba aquel cambio radical en su hermana, se veía hermosa y de eso no había duda, pero a ver, ¿tanto le costó mandarle un mísero mensaje?

—¡No me mires así! —se quejó la chica poniendo ojos de cachorro —. Te mandé regalos y cartas cuando no tenías un teléfono, pero nuestros padres jamás te los entregaron.

—¿Por qué no viniste? ¿No sabes cuánto te necesité?

—Kō... quise hacerlo, pero padre no quería ni quiere verme y... madre lo apoya... —murmuró Makoto escondiendo la mirada.

Haikyuu; StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora