|| 𝖬𝗂𝗒𝖺 𝖳𝗐𝗂𝗇𝗌 ||

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Advertencia: Smut y Bigamia

Desde ya aclaro que los Miya no mantienen algún tipo de relación incestuosa.

Si no te agrada este tema, siempre puedes evitarlo ^^

Los Miya observaban embelesados a la joven frente a ellos, cosa que no deberían estar haciendo, pues se supone que estudiaban para sus exámenes mientras ella les explicaba

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Los Miya observaban embelesados a la joven frente a ellos, cosa que no deberían estar haciendo, pues se supone que estudiaban para sus exámenes mientras ella les explicaba.

—Si dejaran de observarme, podrían entender —les dijo la muchacha regañándolos con la mirada.

Ambos hermanos asintieron y siguieron en lo suyo. Sin embargo, unos minutos más tarde, separaron sus ojos de los libros y volvieron a posarlos en la fémina.

La joven pelirroja se encontraba profundamente dormida sobre la mesa de centro.

—Alistaré la cama, tú ve a lavarte —dijo Osamu y el rubio acató a regañadientes.

El de hebras grises agradeció mil veces que Atsumu haya obligado a su novia a ponerse el pijama.

La amaba, pero estaba lo suficientemente agotado como para luchar con ella tratando de ponerle la ropa.



[...]



—Kemi —la llamó Atsumu abrazándola por la cintura.

Un vago "Mmh" salió de sus labios, realmente no le estaba prestando atención al rubio. Estaba más concentrada en el final de la película y en acariciar el cabello de su novio.

—¿Mañana podemos salir? —preguntó el setter.

—Queremos ir al cine —mencionó Osamu pausando la película que solo presentaba los créditos.

—Les dije que saldría con los chicos de mi clase —Akemi abandonó los cojines en el piso para subirse en la cama de Atsumu.

—¿No podemos acompañarte?

Akemi negó ante la pregunta de Atsumu.

No era que ella no quisiera llevarlos, pero sus compañeros de aula, al ser de la clase avanzada, eran demasiado... ¿altaneros? Y ella no quería que sus gemelos se sintieran mal por algún comentario.

—Solo seremos los de tercer año, chicos —contestó Kemi acariciando el cabello de Atsumu, que se encontraba acostado en sus piernas.

—Iremos a recogerte entonces —finalizó Osamu y ella aceptó.

Tomó la mejilla del chico de hebras grises y depositó un pequeño beso en su nariz para luego besar la frente de Atsumu, mientras estos chicos se fulminaban con la mirada.

Incluso si compartían pareja, no se soportaban.

—Los quiero —les dijo ella sonriendo.

Los gemelos solo pudieron sonrojarse y preguntarse en qué momento fue que un lindo solecito como su pelirroja había aceptado mantener aquella extraña relación.



[...]



Los jadeos de Akemi podían escucharse por toda la habitación.

Los gemelos estaban enojados. Uno de los compañeros de Akemi había tenido la osadía de confesarse y besarla aún cuando ella se había negado, los Miya presenciaron todo y decidieron actuar.

Aunque claro, a puertas cerradas era otro tema.

Nadie más podía tocar a su chica.

—¡Tsu-Tsumu! —Akemi soltó un gritito al sentir el miembro de Atsumu llenar su interior.

Osamu tampoco se quedó atrás y luego de lubricarla correctamente, introdujo su miembro en la entrada trasera de su novia.

—Nadie más se puede acercar a ti con otras intenciones —susurró Atsumu en su oído mientras aumentaba la velocidad de sus embestidas.

—¿Quiénes son tus dueños? —preguntó Osamu mordiendo su hombro.

—Los ge... melos Mi-Miya...

Ambos hermanos sonrieron satisfechos y siguieron aumentando la velocidad de sus embestidas, cómo amaban a su novia, de eso no había ninguna duda.

Pues, de ser lo contrario, jamás se habrían atrevido a presentarla a sus padres.


*BONUS*


Akemi abrió los ojos con pesadez y divisó a Atsumu durmiendo a su lado con la boca abierta y a Osamu abrazándola por la cintura.

Guardó la imagen en sus recuerdos y como pudo, se zafó de los brazos de los gemelos.

El problema vino cuando quiso ponerse de pie, cayó estrepitosamente al piso soltando un fuerte quejido que alertó a los adolescentes.

—¿Estás bien? —preguntó Atsumu rodando en la cama.

Osamu rodó los ojos al escucharlo, era obvio que no estaba bien.

—Carajo, son unos brutos —se quejó ella desistiendo de levantarse. Suerte que era fin de semana.

Ambos jugadores se miraron y sonrieron cómplices al notar algo.

El cuerpo de Akemi estaba lleno de marcas entre rojas y violetas.

El cuerpo de Akemi estaba lleno de marcas entre rojas y violetas

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—кαιяι.

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