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Atsumu armaba una de sus tantas rabietas frente al equipo.
Ellos lo miraban cansados, estaban acostumbrados, claro que sí. Sin embargo, no quitaba que se exasperaran por las constantes quejas de su setter.
—¿Cómo diablos puedo ser su amigo? ¿Si quiera me ha visto? De seguro que no por andar con la cara metida en esa estúpida consola —y Atsumu seguía y seguía.
Osamu ya cansado, tiró un balón directo al rostro a su gemelo.
Una risita hizo que el equipo diera media vuelta.
Una pequeña —no tan pequeña— pelirroja estaba frente a ellos mientras sus dedos se movían ágilmente sobre aquel aparato.
Se giraron hacia Atsumu que parecía haberse perdido tratando de contar cuántas pecas tenía la muchacha en sus mejillas para iniciar una nueva burla.
—Shinsuke-san, necesito el informe —la recién llegada ni siquiera había vuelto a levantar la vista.
—Tal vez si dejaras de jugar podrías haber aceptado mi propuesta —soltó de la nada Miya Atsumu.
Oh no, este tipo es imbécil
—Tal vez si dejara de creerse la octava maravilla, Miya-san, habría aceptado su propuesta —se defendió ella.
Osamu ocultó su risa dando la espalda.
Yotsubashi Agata siempre tenía algo que decir.
[...]
—Maldita rusa, ¿qué se cree... —Atsumu se quedó callado cuando la vio pasar en aquella bicicleta.
La mitad rusa pertenecía al club de ciclismo y aún así, se tomaba el tiempo de ayudar a Kita Shinsuke con los reportes del club.
Atsumu se puso frente a la bicicleta en movimiento cuando ella finalizó su vuelta.
—¡Tsumu! —Osamu cerró los ojos con fuerza.
La bicicleta de la chica había derrapado gracias a que ella evitó llevarse de encuentro al setter.
—¡¿Eres imbécil?! —exclamó enojada Agata.
Atsumu sonrió complacido cuando la escuchó maldecirlo con su raro acento ruso que aparecía cuando estaba realmente enfadada.
—Así ninguna chica se quedará a tu lado, copia —finalizó Agata y se disculpó con Osamu —. Casi te dejo sin hermano, lo siento.
—Descuida, me hubieras hecho un favor.
Pero nadie se fijó en la mirada perdida que adornaba el rostro de Atsumu.
[...]
—¡Déjame en paz! ¡Estoy hablando en serio, Atsumu!
—No sé si podrá competir, su bicicleta se arruinó ayer.
El equipo de Inarizaki escuchaba atentamente la conversación entre su capitán y el del equipo de ciclismo.
La bicicleta de Agata había terminado hecha un desastre el día anterior debido a Atsumu.
—Capitán, nos vemos mañana —la pelirroja hizo una reverencia hacia ambos capitanes y abandonó el gimnasio.
Como si algo hubiera conectado en el cerebro del Miya rubio, se puso de pie y corrió como poseso detrás de la chica.
—¡Agata!
—¿Qué desea, Miya-san? Ya hizo suficiente ayer.
—Déjame ayudarte —pidió el mayor —. Dijiste que si seguía así... ninguna chica querría quedarse a mi lado, pero uhm yo solo quiero que seas tú quien esté allí...
Agata sonrió sin creérselo.
"Maldito engreído, ¿tanto te tomó decir eso?"
—¡Déjame comprarte una bicicleta nueva!
—Miya-san, gracias y... no es necesario.
Agata le sonrió y Atsumu creyó haber visto corazones a su alrededor.
Si quería ganarse su corazón, haría las cosas bien.
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Esta vez les traigo a la copia de Osamu... ¿u Osamu es la copia?
