|| 𝖪𝗎𝗋𝗈𝗈 𝖳𝖾𝗍𝗌𝗎𝗋𝗈̄ ||

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Advertencia: Ninguna

Una vez las luces se apagaron y bajó del escenario, sus emociones se desbordaron y sus lágrimas comenzaron a caer, su llanto desesperado no pasaba desapercibido por ningún trabajador allí presente

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Una vez las luces se apagaron y bajó del escenario, sus emociones se desbordaron y sus lágrimas comenzaron a caer, su llanto desesperado no pasaba desapercibido por ningún trabajador allí presente.

Sin embargo, unos segundos después, un sentimiento cálido y de tranquilidad se instaló en su pecho al sentir los brazos de una persona alrededor de ella.

—Te-Tetsurō... —susurró ella estrujando entre sus manos la chaqueta de su prometido —. ¿Q-Qué... Qué haces aquí?

El azabache suspiró y la ayudó a sentarse bajo la atenta mirada de los demás integrantes de la banda.

—Hoy es nuestra cena de compromiso —le respondió limpiándole las lágrimas con total tranquilidad —. ¿Lo olvidaste?

La muchacha asintió avergonzada, con tantos problemas en la cabeza no había recordado que justo ese día sería cuando anunciarían su futuro matrimonio a sus amigos y al mundo.

—N-No era necesario que vinieras...

—Dije que estaría para ti siempre, ¿no, gatita?

Uta desvío la mirada avergonzada ante el apodo que Kuroo le había puesto desde preparatoria.

Apodo que sin querer, logró que terminaran con un pie en el matrimonio.



[...]



Kenma hablaba sin parar con Uta, cosa que sorprendía a más de uno allí mismo.

Pero claro, Uta era su hermana y CEO de Bouncing Ball. Ambos hermanos eran dueños de su propia compañía.

—¿Shōyō? ¿Hablas en serio? —susurró la castaña impresionada.

Tetsurō vio a su amigo asentir algo avergonzado y eso fue todo, Kenma era su hermano y estaba más que claro, pero Uta era SU prometida y nadie más que él debía acaparar su atención.

—Bien, ehm tenemos algo que anunciar y Akaashi, por favor sostén a Bokuto —el "gato" se puso de pie junto a su novia.

Desde ya, podía sentir el temblor en la mano de la joven, estaba nerviosa y asustada por lo que dirían los padres de Kuroo ante aquella noticia.

—¡¿Una mini-Uta?! —preguntó emocionado Kōtarō.

El ex-jugador de volleyball negó y tomó un gran respiro para luego soltar el aire acumulado de golpe.

Uta sentía el palpitar de su corazón en sus oídos y el hecho de que Kuroo estuviera atrasando más el anuncio, la hacía querer salir corriendo.

—Kurooyyonosvamosacasar —soltó ella tan rápido que su prometido no la entendió.

Pero alguien en la mesa, sí y solo pudo ponerse de pie entre llantos de felicidad y agradecimientos para abrazar a la chica que había logrado hacer sentar cabeza a su hijo.

Sí, era la madre de Tetsurō.



[...]



—¡Bajen a Shōyō de la mesa! —gritó un ebrio Kenma mientras trataba de mantenerse de pie.

Los recién casados reían a carcajadas ante las tonterías de Atsumu y Bokuto, no podían creer que hubieran logrado poner ebrio a Sakusa y lo tuvieran bailando sobre la mesa junto a Hinata.

—¿Te quieres ir ya, linda? —preguntó Tetsurō a su esposa.

—No quiero perderme esto, se pondrá mejor —Uta rió con ganas cuando Suna Rintarō derribó la gran montaña de copas y Aran tropezó con el desastre.

Eso saldría de la billetera del jugador.

El azabache observó con una sonrisa a la fémina, le alegraba demasiado el verla reír y hablar con los demás chicos con total confianza. No se había equivocado al invitar a los ex-jugadores de Inarizaki.

Un golpe en seco resonó junto a las carcajadas de Yaku y Hoshiumi, Kita se había caído del pequeño escenario.

—Te amo —le dijo Kuroo a Uta al tomar su mano.

—Y-Yo también... —susurró ella con las mejillas sonrojadas.

—Prometo darte un mejor regalo en nuestra noche de bodas —Kuroo dejó un beso en la sien de su chica y se paró para integrarse al desastre que estaban haciendo los jugadores de volleyball.

Porque todos habían sucumbido ante los efectos del vino, sí, vino.

Uta sonrió al ver a Tetsurō bailar sobre la mesa junto a Bokuto, todo estuvo bien hasta que ambos se sacaron la camisa y comenzaron a bailarle a Sawamura.

La castaña se puso de pie y jaló del brazo a su esposo.

Era suficiente por el día, lo amaba, pero no estaba lista para verlo bailarle a otro hombre.

—¿Nos vamos? —preguntó Uta sonriendo.

—¡Te daré hasta para llevar!

Kuroo la besó antes de cargarla al estilo nupcial y abandonar la casa de los Kozume.

Le daría a su esposa lo que se merecía.

No sé qué acabo de escribir jaja

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No sé qué acabo de escribir jaja

Ahora que regresaron mis ganas de escribir, salió esto... basado en hechos reales

Espero les guste y nos leemos el miércoles con otro story uwu

—кαιяι.

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