|| 𝖪𝖺𝗀𝖾𝗒𝖺𝗆𝖺 𝖳𝗈𝖻𝗂𝗈 ||

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Advertencia: Ninguna

—¡Jamás! ¡No puedes salir con cualquier chico! —exclamaron los mellizos

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—¡Jamás! ¡No puedes salir con cualquier chico! —exclamaron los mellizos.

—¡No me digan! —exclamó la menor con ironía—. ¡Ustedes no pueden decidir con quién salgo y con quién no!

Miya Osamu, Atsumu e Isamu... ¿los trillizos maravilla?

Lo sean o no, los dos hombres eran un dolor de cabeza para la menor cuando se trataba de "pretendientes".

Ni Atsumu ni Osamu querían que su pequeña tuviera novio, por favor... ¡ella era la menor solo por 7 minutos!

—Me voy, diles que no me busquen —susurró la chica a su madre mientras escapaba de sus hermanos.

Media hora más tarde, los dos mayores recién se dieron cuenta de que faltaba alguien.

—¡¿Dónde está?!

La madre de los trillizos comenzó a reír sin más, sus hijos eran un caso perdido.



[...]



—¿Dónde están? ¡Oh! ¡'Samuuuu ánimo! —gritó la menor de los Miya.

El de hebras grises se giró y le sonrió mientras escuchaba las quejas de su molesto hermano rubio teñido.

Osamu e Isamu también lo eran, pero—según ellos— se veían divinos.

—¿Y yo? —preguntó Atsumu formando un mohín con sus labios.

—¡Que te parta un rayo! —exclamó la chica e incluso el entrenador de Inarizaki se cubrió el rostro para que no notaran que se estaba riendo.

El rubio suspiró resignado y se dio media vuelta para seguir calentando, puede que los comentarios de otras chicas no le afectaran o solo le subieran el ego, pero si se trataba de su hermanita, sentía que lo habían derrotado.

Unos ojos azulados observaban cuidadosamente a la joven albina... Era linda, a opinión de él y... y todos.

Había mucho que envidiarle a Miya Isamu.



[...]



Los ojos de la chica quedaron en un punto fijo con nombre y apellido.

Kageyama Tobio se estaba robando la atención de la Miya menor y Atsumu ya lo había notado.

Le demostraría a su hermana que él era mejor que ese setter de primero.

—Wahh su saque es increíble —murmuró Isamu con un notorio sonrojo en las mejillas.

El marcador terminó en 30-32 y ella —por mucho que le gustara el saque del setter— era más tristeza que persona debido a sus hermanos.

Sintió las lágrimas caer por sus mejillas cuando unos segundos más tarde, el partido terminó dando paso a la victoria de Karasuno.

—Quería mostrarte que... yo era el mejor —Atsumu lloraba frente a su hermana.

—Para mí siempre lo serás, Tsumu, pero debemos admitir que Kageyama Tobio es increíble —eso último lo susurró y se ganó un golpe en la cabeza por parte de Osamu.

No debían hacer sentir mal a Atsumu.



[...]



Isamu aceleraba el paso conforme se acercaba a su destino y una vez llegó, respiró hondo.

—H-Hola... —maldijo por lo bajo.

Ella jamás se ponía nerviosa así.

—Oh la chica de Inarizaki —Tanaka la miró sonriente —. Te vi celebrar el punto de Kageyama.

Ella se sonrojó ante el sugestivo movimiento de cejas del rapado.

—Usted también jugó muy bien.

Ella dejó de mirarlo para buscar al setter, aquel que había robado su atención y sus gritos. Se acercó a pasos lentos y le tocó la espalda con cuidado, bajo la atenta mirada de todos los presentes.

Kageyama Tobio se giró y no tuvo que bajar mucho la vista, pues Isamu era alta para alguien de su edad.

176 cm no se veían todos los días si no practicabas deporte.

—Jugaste muy bien, Rey —el Karasuno palideció ante ese terrible sobrenombre —. Tu saque fue genial y cuando le pasaste el balón al anaranjadito... ¡fue genial! Pero no le digas a 'Tsumu que te dije esto.

Tobio no sabía dónde meterse, estaba tan sorprendido y nervioso por la cercanía de la chica.

—G-Gracias... —murmuró el azabache con las mejillas rojas.

—¡Isamu! —el Karasuno escuchó dos gritos.

—Demonios... dame tu celular —exigió ella y Kageyama obedeció.

Entre movimientos torpes sacó su celular de su chaqueta, entregándoselo a la albina.

Ella tecleó algo rápido en el celular y se lo entregó con una sonrisa antes de que alguien la subiera a su hombro.

Los hermanos Miya amenazaban a Tobio con la mirada siendo Atsumu quien había cargado a su hermana cual costal de papas.

Los trillizos abandonaron el lugar mientras que los de tercero sonreían orgullosos por el logro de su pequeño.

Kageyama solo tenía clara una cosa.

Miya Isamu había despertado una chispa de curiosidad en él y...

Sin duda le mandaría un mensaje.

Recién me terminé de leer el manga y debo decir que

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Recién me terminé de leer el manga y debo decir que... lloré a mares.

¡No olviden dejar su voto y cuidar de su salud!

No sé quién seguirá, bueno... ¡cuídense!

—кαιяι.

Haikyuu; StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora