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La chica corría y esquivaba a los estudiantes que se encontraban en el gimnasio, era enorme y ella estaba llegando tarde.
A ese paso jamás los encontraría antes del partido.
Justo cuando ya se iba a resignar, divisó la cabellera desordenada de su novio y se apoyó en sus rodillas para recuperar el aliento.
—¡Oyuki! —la llamaron y sintió unos brazos enrollarse en su cintura.
—Chicos... —susurró ella con la voz agitada.
En pocas palabras, había corrido desde la universidad hasta el gimnasio y eso era cerca de una hora y media.
El azabache sonrió orgulloso ante la escena y besó las hebras grises de su novia.
—Creímos que no llegarías —susurró aquel individuo que apresaba su cintura.
—Lo siento, Ken, el profesor de ciencias quería hablar conmigo.
Ante aquella mención, ambos jugadores fruncieron el ceño.
No era un secreto para ellos que aquel profesor gustaba de su novia.
—¿Te hizo algo? —preguntó Kozume ronroneando en el oído de la mayor.
—¿Qué harás si fue así? —la chica lo miraba enternecida.
—Mandaría a Kuro.
El nombrado y la fémina rieron ante la respuesta.
Sí. Kenma era el bebé de la relación.
[...]
—Parece que su novia quiere golpear a alguien del otro equipo —Yasufumi no perdió el tiempo y molestó a su setter y al As.
Ambos involucrados se giraron hacia las gradas y vieron a su chica arrugar la nariz con enfado mientras Akane le decía algo. A lo que sus dos acompañantes asentían muy de acuerdo.
—¿Oyuki-san es mayor que mi hermana? —preguntó Lev cogiendo una toalla.
—Tiene 21 —Taketora escupió el agua luego de la respuesta.
—¡¿Te lleva 4 años?!
Nekomata sonrió al capitán.
"Estos muchachos de ahora".
[...]
—¡Mi bebé se esforzó mucho hoy! —soltó la universitaria luego de escuchar las quejas de un agotado Kenma.
Kuroo se tiró en la cama y esperó por los otros dos, pues Oyuki estaba lavando el cabello de Kenma.
El gato mayor sonrió y se acercó a ella cuando la vio ingresar a la habitación. La tomó de la cintura y juntó sus labios con los de ella.
Beso tras beso y ambos terminaron acostados en la cama esperando por el menor.
—No quiero dormir en la esquina —susurró el chico con la mirada pegada en la consola.
—¿Y qué es lo que quieres? —cuestionó Oyuki masajeando los hombros de Tetsurō.
—Un beso.
Oyuki rió y le hizo una seña al azabache.
Ambos se acercaron cuidadosamente y plantaron un sonoro beso en las mejillas de Kenma, logrando que el chico soltara la consola y apartara a Kuroo de un manotazo.
—¡No homo! —gritó Tetsurō antes de estallar en carcajadas junto a Oyuki.
Kozume los miró mal y se tapó la cabeza con la almohada, solo para recibir un beso como él quería de parte de Oyuki.
Porque —incluso si mantenían una relación de 3— Kenma odiaba besar a Kuroo.
—Los amo —susurró ella abrazando al rubio y entrelazando su mano con el azabache.
—Nosotros igual, Yuki-chan.
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Jamás había escrito algo parecido, pero pues aquí está
