|| 𝖳𝖾𝗇𝖽𝗈̄ 𝖲𝖺𝗍𝗈𝗋𝗂 ||

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Advertencia: Ninguna

—Satori, ya —dijo la joven apartando la mano de su amigo entre risas

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—Satori, ya —dijo la joven apartando la mano de su amigo entre risas.

El pelirrojo no se rindió y volvió a tomar el mechón rubio de su amiga y siguió esparciendo el tinte por toda la longitud de este.

—Ya casi termino —murmuró él viendo orgulloso su creación.

—¡Me quedaré calva por tu culpa!

Tendō chasqueó la lengua y jaló del cabello de su amiga hacia atrás.

—Emiko-chan, cállate que eso no va a pasar —dijo enojado el chico colocando aquel gorrito en la cabeza de la contraria.

La antes rubia dejó a Tendō ser, cuando al chico se le metía algo en la cabeza, nadie podía sacárselo. Aunque ya daba igual, luego de casi 13 años de amistad, se había acostumbrado a la personalidad de su amigo.

Mientras esperaban a que el tinte hiciera lo suyo, Emiko se sentó en la cama frente a su amigo.

—Satori, lo siento —murmuró ella tomando las manos del pelirrojo.

Sabía cuánto odiaba el chico que ella lo regañara.

La de cabello casi rosado se acercó al rostro del mayor para depositar un beso, pero... oh... Satori volteó justo cuando ella depositaba su tierna muestra de afecto.

—¡Lo siento mucho! —el rostro de Emi le hacía competencia a las hebras contrarias —. Satori, yo...

—Hazlo de nuevo —dijo de la nada el jugador.

¿Qué?

Impaciente como siempre, la tomó de las mejillas y juntó sus labios con los de la chica.

Emiko no procesaba todo lo que estaba pasando, ¿era normal que los amigos se besaran? ¿Por qué Tendō hacía eso?

—Quédate conmigo, Emi-chan —Satori se veía convencido de sus palabras.

El leve asentir de la joven, fue suficiente para que el pelirrojo saltara sobre la chica para abrazarla.

*BONUS*

Satori observaba ensimismado las hebras rosadas, estaba orgulloso del resultado. Ahora su Emiko parecía un helado de fresa.

—Entonces... ¿qué somos? —preguntó Emiko secándose el cabello.

—Personas —contestó con simpleza el pelirrojo, dándose cuenta luego de su error —. Digo, novios, Emi-chan.

Ser la novia de Tendō sería un gran reto, pero nada que la chica no haya aguantado durante toda su vida.

Mientras escribía "Tendō" el autocorrector lo cambiaba por "tendón" jsjs

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Mientras escribía "Tendō" el autocorrector lo cambiaba por "tendón" jsjs

—кαιяι.

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