|| 𝖲𝖺𝗐𝖺𝗆𝗎𝗋𝖺 𝖣𝖺𝗂𝖼𝗁𝗂 ||

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Advertencia: Ninguna

Sawamura Daichi corría lo más rápido que sus piernas le permitían, no estaba dispuesto a perderla y haría todo lo posible por mantenerla a su lado

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Sawamura Daichi corría lo más rápido que sus piernas le permitían, no estaba dispuesto a perderla y haría todo lo posible por mantenerla a su lado.

Incluso si sonaba muy egoísta.

Sus brazos se enrollaron alrededor de la cintura femenina y se impulsó hacia atrás.

—¡Suéltame! ¡Suéltame!

Los manotazos en sus cuerpo no eran nada a comparación del dolor que le causó el solo pensar que ella pudo haber cumplido sus palabras.

—Ya basta, no me dejes, por favor... —susurró él sobre las hebras rojas.

—Dai-chi... —sus pequeñas manos se aferraron a la camiseta del chico.

—Aquí estoy, aquí estoy...

Solo le importaba que ella estuviera bien.

Solo le importaba ella.



[...]



—¿Te sirvo algo? —preguntó él sonriéndole.

—Té... —susurró ella sin mirarlo. No se atrevía.

—Oye yo... no tengo esos finísimos que tomas, yo solo...

La débil risa que salió de los labios de su amada lo obligó a desistir de hacerla beber o comer algo. En cambio, solo se acostó junto a ella en su cómoda cama.

Tomó su mano y entrelazó sus dedos, acariciando circularmente con su pulgar.

—¿Qué fue esta vez? —se atrevió a preguntar.

—Mis padres... ellos ya no están, Daichi...

El azabache abrazó a su novia cuanto antes.

Odiaba verla llorar todos los días. Más aún cuando no era su culpa, Kumi se culpaba por todo lo malo que le sucedía a sus padres y a la empresa.

Y ahora que sus padres habían abandonado el mundo, ella estaba destrozada.

En su mente se repetía una y otra vez que era su culpa, aunque no fuera así.

—Déjalo salir, yo estaré aquí siempre.

Él se encargaría de todo.

Su novia dejaría de sufrir, era una promesa.



[...]



—¿Puedes creerlo? Parecía que hace solo unos meses íbamos en primer año —el setter de tercer año miraba a su amigo.

—Hemos pasado por mucho —aseguró Sawamura.

—¡Buenos días, Kumi-senpai! —el alegre saludo de Hinata atrajo las miradas sobre la nombrada.

Su antes cabello largo, ahora le llegaba debajo de las orejas y las mechas negras la hacían ver como todo una bad girl.

Aunque ella fuera una masita.

Escucharla reír era una bendición para el capitán de los "cuervos". Su novia había pasado por mucho para llegar a sonreír justo como lo hacía en esos momentos.

—¡Acaparan a mi novia! —exclamó él y se "peleó" con sus menores para que se alejaran de la chica.

—Déjalos, está bien —Kumi le sonrió y siguió acariciando las hebras azabaches de Kageyama Tobio, quien las recibía gustoso.

Daichi estaba celoso de su retoño, no lo negaría.



[...]



—Te amo —murmuró el azabache sin mirarla, aún le avergonzaba decir cosas como esas.

—Yo también —Kumi lo abrazó —. Quiero agradecerte por todo lo que hiciste por mí, no debiste, pero ahí estás. Prometo que algún día te lo pagaré.

—Puedes hacerlo ahora —el "Cuervo Mayor" sonrió emocionado.

—¿Cómo?

—Cásate conmigo, cuando nos graduemos, claro.

La chica lo miró incrédula, ¿estaba hablando en serio?

Pero Sawamura solo sabía una cosa: No estaba dispuesto a separarse de ella.

Jamás.

¡Hoy le tocó al capitán de los cuervos!

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¡Hoy le tocó al capitán de los cuervos!

Espero que les haya gustado, no olviden dejar su voto ^^

¡Nos leemos!

—кαιяι.

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