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¿Cómo es Iwaizumi cuando están solos?
—Tonta, ven acá. —Hajime, no me digas así. —Ya, ya.
El chico esperó pacientemente a que su novia se acercara, pues con los perezosos movimiento de ella, desesperarse podría matarlo.
—¿Por qué no puedes ponerme apodos bonitos? —Mmh.
La rubia se refugiaba en los brazos del mayor, realmente no le importaba que fuera tarde ni estar con tan solo una camiseta deportiva que pertenecía al contrario. Iwaizumi era calentito.
—Tonta. —Que no me dig- —Hoy te veías hermosa con ese vestido.
Kirin quiso girarse al escuchar esas palabras, pero Hajime no la dejó. En su lugar, prefirió agachar su cabeza y pegar su frente en el hombro de la fémina.
—Gracias. También te veías guapo con el traje. —¿Quieres salir la próxima semana? —¿Cafetería o acuario? —Cafetería. —Salgamos entonces.
Leves caricias se hicieron presentes en las hebras doradas de Kirin, quien poco a poco fue cediendo ante el sueño. Al igual que Iwaizumi, unos minutos más tarde.
[...]
¿Le resulta fácil saber cuando algo está mal contigo?
—Kirin-chan.
Llamó Oikawa caminando al lado de Iwaizumi al salir a su descanso.
—Hey, Tōru. Hajime.
El setter frunció el ceño al escuchar la manera tan apagada en la que Kirin los había saludado. Se le hizo extraño, dado que la rubia solía saltar sobre la espalda del As y revolver sus cabellos antes de soltarle algún golpe amistoso al setter.
—¿Comerás con nosotros, Kirin-chan? —Hoy no, lo lamento.
Luego de murmurar aquello, ambos jugadores la vieron desaparecer entre los pasillos manteniendo la cabeza agachada.
—¿Sabes qué le sucede? —Para nada, solo sé que está así desde ya unos días. —¿Crees que tenga que ver con el Consejo Estudiantil? —No digas idioteces, Kusokawa. —No lo hago. He oído que la escuela le está dejando todo el trabajo al presidente y a la vicepresidenta.
Hajime afiló la mirada al notar al presidente y a su novia caminar rápidamente hacia la salida. Parecía que ambos caerían dormidos en cualquier lugar.
