Abrió los ojos de pronto, asustada, intentando saber que había ocurrido para que ella se encontrara en ese lugar. Había tenido un largo y bonito sueño dónde su madre le acariciaba su ondulado cabello hasta que lograba dormir, pero cuándo quiso darse cuenta estaba allí, en una habitación desconocida y sin saber exactamente qué hacer.
—¡Evie!.-Escuchó una voz que la llamaba y giró rápidamente, viendo como la figura de su padre biológico pasaba por esa puerta.
Su cuerpo se sintió cálido de golpe al apreciar que su padre estaba ahí, sano y salvo, sin ningún problema más que uno de sus ojos con una leve inflamación. Al final si era verdad que habían torturado a su amado progenitor, pero por suerte no había sido nada demasiado grave y se lo hizo saber cuándo prácticamente corrió hacia ella para capturarla en un abrazo fuerte y bastante cálido aunque fuera con un solo brazo.
—Tu papá y yo estábamos tan preocupados por ti.-Murmuró el rubio escondiendo su nariz en el cabello de su hija, intentando convencerse a si mismo que su pequeña princesa estaba bien y no era un simple espejismo.
Evie correspondió el abrazo con naturalidad, pasando sus dos brazos por la espalda de su papá y aferrándose a ésta como si su vida dependiese de ello. Cuándo era pequeña se preguntaba como sería el abrazo de su padre, cuán cálido sería su pecho o el aroma que el tendría, pero aferrarse a Erwin era totalmente distinto a cualquier cosa que hubiese imaginado. Era suave y dulce, se sentía como un abrazo de su madre y eso la abrumó un poco.
—¿Cuánto tiempo estuve dormida?.-Preguntó cuándo se dignó a separarse de un toque tan tierno como era el del hombre que le dió la vida.
—Un día entero.-Contestó el mayor sin dejar de acariciar los cabellos ajenos con dulzura, como si no le importase que su hija ya era una adolescente, bajo su mirada seguía siendo esa pequeña niña que conoció cuándo fue a convocar a Levi hace más de siete años atrás.
—¿Qué?¿Y el titan?¿Como está Hange?.-Preguntó preocupada, sintiéndose inútil casi al instante, no sabía que había ocurrido mientras ella tomaba una siesta como la idiota que era.
Pero Erwin frunció el ceño al ver como su hija entraba en pánico por lo que le estaba contando, ella había colapsado por el estrés y cansancio al que estaba exponiendo a su pequeño cuerpo, era casi obvio que su ser le pidiera un largo descanso. Había pasado por una persecución, golpe de estado y un rescate, todo en menos de una semana, debía dejarle un poco a ellos, después de todo eran sus padres, tenían que encargarse que su pequeña no hiciera cosas innecesarias.
—Tranquila, ya todo se solucionó, Hange está bien, derrotamos a Rod Reiss e Historia será coronada como reina en dos días.-Explicó a la par que llevaba uno de los mechones de cabello de su hija detrás de su oreja, en ese momento pudo apreciar como hasta en ese lugar tenía unos pequeños lunares bastante adorables.
Sonrió, recordando vagamente el retrato que tenía de sus padres justo en su escritorio. Su padre era exactamente igual a él, con su cabello rubio, las cejas pobladas de los Smith y los ojos azules, pero su madre era una mujer hermosa de largos cabellos rojizos y unos bonitos ojos negros, aunque lo más destacable de ella eran esos pequeños lunares que llenaban su cuello, brazos y el más marcado justo debajo de sus labios, el mismo que Evie portaba con orgullo. Su madre había muerto en su parto y no sabía mucho de ella, pero estaba casi seguro que el largo cabello ondulado y esos delicados lunares que portaba su hija eran un legado de su abuela.
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Blue swan; Reiner Braun & Jean Kirstein. [#2]
Fanfiction"Volaremos lejos, encontraremos un camino, veremos el final, seremos el final y en la eternidad una diosa serás. Vuela hasta el cielo." Evie seguiría luchando por su libertad, sin importar las plumas que caigan de sus alas y cuán roto se encuentre s...