Blue swan; Reiner Braun & Jean Kirstein. [#2]

8.

Todo estaba bastante tranquilo dentro de las murallas luego de la coronación de la nueva reina, las calles estaban llenas de júbilo y las personas tenían un humor bastante entusiasta.

Eso incluía a una joven embarazada que se había escapado del cuartel de la legión de reconocimiento junto a su prometido para comprar su vestido de novia y planear como contarle a los padres de ambos que querían casarse lo más pronto posible, ya que no querían que se enterasen por la boca de otras personas ajenas a ellos.

Pero muy lejos del muro Rose, pasando bosques inmensos y cientos de titanes feroces, justo sobre el muro interior de Shiganshina, ahí se encontraba un rubio que no podía parar de lamentarse una y otra vez el haber perdido contra el jefe de guerra que estaba a cargo de ellos. No podía creer que nuevamente era tan débil como para no lograr derrotar a un Jeager y eso era algo que lo frustraba.

Habían vuelto de su patria la noche anterior y todo era demasiado lúgubre allí, ya que todos los marleanos los miraban con asco por no lograr destruir a toda la humanidad dentro de las murallas, y no sólo eso, si no que habían perdido al titan femenino y casi les quitan al mandíbula de sus manos si no fuera porque Ymir apareció sacrificandose para que Porco recuperara el titan que anteriormente era de su hermano.

—¿Estás bien?.-Preguntó su mejor amigo sentándose a su lado, quitándolo de sus pensamientos y extendiendole una taza de café caliente.

El rubio se había quedado toda la noche maldiciendose por ser tan débil y no había dormido lo suficiente, algo que era contraproducente, ya que en cualquier momento la legión iba a llegar para tapar el muro y ellos debían estar en una situación favorable. Lanzó un pequeño suspiro al pensar en eso y pasó sus dos manos por su rostro sin poder aceptar la taza humeante de café.

—No, no lo estoy, he perdido la oportunidad de rescatar a Annie y...-Se frenó casi al instante, era obvio cuál era el otro deseo que tenía, Zeke se había negado a eso desde el primer momento, pero luego de mucho insistirle logró que aceptase, claro, si Reiner lo vencía, cosa que no pudo hacer.

—¿Llevarte a Evie?.-Preguntó el castaño casi con amargura.

Reiner quería llevarse a Evie muy lejos de esos muros, era lo único que deseaba. Deseaba llevarla a su patria y explicarle todo lo que había ocurrido, decirle el porqué de sus acciones y esperar que lo perdonara, pero eso no serviría y él lo sabía mejor que nadie, Evie no era de esas que simplemente se quedase callada ante todo lo que ocurrió entre ellos, lo más probable era que antes de abrir la boca ya sintiera como la mayor sacaba sus cuchillas.

—No quiero hablar de eso.-Terminó por decir mientras tomaba la taza que su compañero le pasaba, comenzando a beber el líquido oscuro de a poco, intentando no pensar en esa erdiana que se encontraba en sus pensamientos casi a diario.

No podía dormir sin soñar con la pequeña adolescente de cabellos azabaches, a veces sus sueños eran simples recuerdos dónde ella se mostraba tan pura e inalcanzable como siempre, besandolo, murmurandole palabras de amor o entregándose a él en cuerpo y alma, otras veces eran horribles pesadillas dónde la perdía una y otra vez sin poder hacer nada antes que Bertolt o el mismo Zeke la mataran frente a sus ojos. Por esa misma razón no podía dormir con tranquilidad ya que no quería pensar en la azabache, pero aún despierto sus pensamientos iban hacia la misma persona.