La vuelta de los héroes de Shiganshina había sido abrumadora en muchos sentidos que nadie pudiera imaginarse siquiera. La gente victoriando, los niños mirándolos con fascinación, los altos mandos orgullosos de su hazaña y la reina en espera de felicitar a sus valientes soldados.
Pero eso no había sido tan positivo para esos diez soldados que habían sido los únicos sobrevivientes del enorme grupo que fue a recuperar Shiganshina. Estaban cansados, pero no sólo físicamente, si no que el peso de las muertes de sus camaradas pesaba sobre sus espaldas como si fueran enormes ladrillos de piedra sólida, y la verdad del mundo estaba atravesada en sus gargantas, temiendo expresar lo que realmente eran para el mundo exterior.
Demonios, eso era lo que significaban para la gente que habitaba detrás de esos enormes muros que fueron su perdición, pero al mismo tiempo la protección que el mismísimo Rey Fritz les regaló a sus ancestros. Y aunque hayan pasado dos semanas enteras desde que supieron la verdad, todavía Evie tenía demasiadas preguntas en su interior, preguntas que no tendrían respuesta y de eso estaba segura.
Lanzó un pequeño suspiro mientras veía su cuerpo únicamente cubierto por una de sus faldas, pero todavía no se colocaba su camisa, todo por estar ensimismada mirando su plano vientre. Habían pasado únicamente dos semanas desde que volvieron de Shiganshina, pero ese bebé parecía crecer con cada día que pasaba y, en ese mismo momento, viendo la pequeña curva que hacía su vientre, supo que ya no podría ocultarlo por mucho más tiempo.
—Ya se está haciendo muy obvio.-Murmuró una voz desde la puerta y casi al instante Evie miró en su dirección, encontrándose con esos ojos ámbar que tanto la tranquilizaban cuándo estaba apunto de entrar en una crisis.
Jean entró a la habitación y cerró bien la puerta para que nadie pudiese entrar, después de todo sólo Evie utilizaba ese lugar, Sasha todavía estaba siendo tratada en el hospital y Mikasa se encontraba en prisión, junto con Eren, por violar las leyes cuándo quisieron salvar a Armin. El menor de ambos tomó asiento en una de las camas que no se estaban utilizando en ese momento mientras que su mejor amiga comenzaba a ponerse su camisa.
—Lo sé, eso me preocupa.-Soltó a la par que terminaba de abotonar la camisa, hasta vestida se podía ver un leve bulto que cualquier otra persona señalaria como un aumento de peso, pero para una soldado era casi imposible que fuese sólo eso.
—Hablé con mi madre, ya sabes, ella estaba preparando la boda, le expliqué lo que ocurrió con el comandante y me dijo que lo hagamos cuándo tú estés preparada, no hay necesidad de apresurarnos.-Comenzó a decir el menor de ambos intentando tocar ese asunto de manera sutil, pero no sabía cómo tratar a Evie desde el momento en el que volvieron de Shiganshina.
La azabache había estado extraña desde que pisaron las tierras de los muros, no hablaba mucho, tampoco compartía las comidas con todos ellos y sólo salía si Hange iba a su habitación para hablar con ella. Jean intentó que el capitán interviniera, pero a fin de cuentas el hombre mayor no podía ver a su hija a la cara luego de lo que se vió obligado a hacer, Levi Ackerman realmente pensaba que su pequeña lo odiaba y Jean no creía que fuera a dar el primer paso.
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Blue swan; Reiner Braun & Jean Kirstein. [#2]
Fiksi Penggemar"Volaremos lejos, encontraremos un camino, veremos el final, seremos el final y en la eternidad una diosa serás. Vuela hasta el cielo." Evie seguiría luchando por su libertad, sin importar las plumas que caigan de sus alas y cuán roto se encuentre s...