Blue swan; Reiner Braun & Jean Kirstein. [#2]

61.

La batalla seguía librandose entre lo titanes del pasado y los héroes del presente, pero una esperanza con forma alada había aparecido para dar vuelta el tablero que Eren Jeager tenía a su favor.

Era obvio que a Evie y Reiner les preocupó que Gabi, siendo una niña, estuviera en un lugar como ese, sumando el hecho que no había rastro de su hijo, pero la pequeña castaña se tomó el tiempo de tranquilizar a la joven madre diciendo que el niño se había quedado junto a la señorita Kiyomi, quizá lo más ideal no era dejarlo con una mujer que conocía tan poco, pero prefería eso antes que traerlo al campo de batalla o dejarlo en Paradise dónde cualquier demente podría atacarlo por ser hijo de sus padres.

Por esa razón Evie intentó no pensar en su hijo mientras la alianza discutía que hacer luego. Habían dos grandes prioridades, salvar a Armin y detener a Eren bajo cualquier costo, Evie sabía lo que eso significaba, debían matarlo y ella lo repitió hasta el cansancio, pero sus compañeros parecían ignorar esa solución pese a que la pequeña Braun exclamó que cuándo ella le disparó al Jeager vió como un ciempiés gigante lo salvaba de ese atroz final.

Pero la azabache de mirada zafiro ya estaba harta, su decisión había sido tomada desde el principio, nadie quería hacerlo, pero ya no podían seguir con esa burda esperanza de salvar a un hombre que, claramente, no quería ser salvado por ellos. Así que apretó el listón blanquecino en su cabello intentando darse un poco de valor y luego tomó una de sus cuchillas, demostrando que ella todavía tenía la fiereza de pelear.

—Debemos hacer las dos, un grupo deberá rescatar a Armin mientras que el otro se encarga de destrozar la nuca de Eren, ya no tenemos más opciones, nunca las tuvimos.-Declaró con un tono firme, uno que iba perfectamente con el puesto que tenía, después de todo era la jodida comandante de la legión de reconocimiento.

—Pero podemos intentar algo más.-Intentó decir la Ackerman de mirada plata, Evie no podía juzgarla, si ella estuviese en su lugar quizá actuaría de la misma manera, por esa razón utilizó su mano libre para acariciar la pálida mejilla de su amiga y le regaló una mirada de compasión pura.

—Mikasa, hay muchas cosas que quería decirle a ese imbécil y sé que tú también, pero ya no puedes seguir preocupandote por su seguridad, si no fuese por Falco estaríamos todos muertos. Ninguno quiere hacer esto, de eso te lo aseguro, pero no debes pensar en nada más, solo céntrate en rescatar a Armin, yo haré todo el trabajo, te lo aseguro.-Afirmó con una dulzura que era digna de la hermana mayor que todos veían en la azabache de mirada zafiro.

Y es que Evie se sentía morir por la decisión que estaba tomando, Eren era su imbécil, ese niño con el que discutía diariamente porque tenían unas personalidades tan similares que no podían evitar pelearse bastante, era su amigo y también uno de esos niños que adoptó como hermanos menores, pero ya no podían mirar atrás. Mikasa sabía que Evie tenía razón, por esa razón no pudo decir nada más, simplemente le regaló una mirada llena de sufrimiento mientras recargaba su rostro en la mano de la mayor, realmente necesitaba ese cálido contacto.