Blue swan; Reiner Braun & Jean Kirstein. [#2]

EPÍLOGO.

Muchas veces crees que sabés todo lo que quieres en la vida, piensas que el mundo actuará según tus expectativas y te fijas una meta en base a lo que tú crees que ocurrirá, usualmente eso trae decepción cuándo las cosas no pasan como desearías, la frustración es inevitable y es fácil enfadarte con el mundo por no hacer lo que quieres.

Ese no era el caso de nuestra amada protagonista.

Evie Langer nunca esperó nada del mundo. Nació en un prostíbulo, creció soportando el hambre, la falta de higiene, a los horribles hombres que intentaban tocarla siendo sólo una pequeña, también los golpes de los mercaderes que no soportaban a una sucia niña robando sus cosas, o eso fue hasta que conoció a Levi Ackerman. Él la acogió entre sus alas, le dió comida y medicamentos extremadamente costosos para el cuidado de su madre, pero también le dió amor, le ofreció el calor de un padre y le regaló la certeza de una pequeña familia a la que volver.

Luego llegó la muerte de su madre y su vida yéndose cuesta abajo. Desde ese momento sintió que estaba viviendo de prestado, su madre había muerto intentando que su pequeña niña tuviese una existencia larga y feliz, pero Evie no lo veía así, se echaba la culpa de la muerte de su progenitora y se convirtió en un cadáver viviente que sólo lograba comer, dormir y trabajar para sobrevivir.

O eso fue hasta que encontró otra razón para levantarse cada día. El deseo de ser parte de la legión fue algo que brotó desde su pecho cuándo se reencontró con su padre adoptivo, ella quería hacerlo sentir orgullosa, ser una mujer que Levi Ackerman respetase y logró hacerlo, se hizo soldado, y no sólo eso, se graduó con honores. Pensó que moriría en alguna excursión luego de convertirse en una cadete, imaginó que su padre tendría que enterrarla en algún momento.

Pero había algo que ella no contó en sus planes.

Reiner, el jodido amor de su vida, Braun.

Él apareció para hacerle vivir un maldito romance digno de esos cuentos que su padre adoptivo le contaba antes de ir a dormir. La hizo sentir especial, casi como si fuese alguien en ese mundo dónde existían seres que los veían como simple comida. Reiner Braun la hizo amar de una manera totalmente extraña para ella, un amor romántico que sólo había visto en los ojos de su padre adoptivo al ver a su padre biológico o quizá en los detalles que Mike hacía por su madre, pero que, como adolescente, nunca había vivido en carne propia.

Eso hasta que descubrió la verdad, Reiner era un espía y un traidor que había provocado la muerte de su amada madre junto a dos de sus compañeros. Su mundo cayó en pedazos y sólo pudo recargar su roto corazón en las personas que más la querían, sus padres, sus amigos y el pequeño bebé que ese traidor había dejado en su vientre antes de abandonarla finalmente.

Ella amó a su hijo desde el primer momento e hizo todo por él, desde casarse con su mejor amigo para que el niño tuviese un padre hasta ocultar toda prueba de la existencia de su padre biológico.