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Habían ocasiones dónde Levi Ackerman se preguntaba si había tomado las decisiones correctas en su vida

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Habían ocasiones dónde Levi Ackerman se preguntaba si había tomado las decisiones correctas en su vida. Desde dejar que sus mejores amigos salieran a la superficie hasta decidir que el amor de su vida muriese frente a sus ojos, sus decisiones siempre se vieron teñidas de sangre y sufrimiento, al igual que su propia vida.

Pero había una sola cosa de la cuál no tenía ningún tipo de remordimientos, y esa era Evie Langer. En casi once años nunca se arrepintió de volverla parte de su pequeña familia, mucho menos de darle una vida mejor de la que hubiera conseguido en la ciudad subterránea. Y ahora, que veía a una muchacha llena de perseverancia y un juicio firme, estaba seguro que ella fue la única decisión acertada en toda su existencia.

Evie, siendo apenas una adulta de veintiún años, tomó todo un grupo de personas y logró que llegasen hasta dónde se encontraba el titan fundador, tuvo su cabeza fría cuándo se percató que el motor estaba en su peor momento y simplemente tomó todas las precauciones para que todos saltasen del bote volador a último momento. No le importó el nerviosismo que había entre sus compañeros y mucho menos sus propias heridas, ella se lanzó sobre el gigantesco cuerpo huesudo del titan fundador y los demás no tuvieron más remedio que seguirla, era su comandante después de todo.

Quizá se parecía demasiado a Erwin para su propio bien.

La muchacha de cortos cabellos azabaches aterrizó con ayuda del equipo de maniobras y su sangre hirvió cuándo vió el enorme cuerpo del titan bestia saliendo entre todos esos huesos. El jodido bastardo que había asesinado a su padre biológico se encontraba justo frente a ella y tenía demasiados deseos de quebrarle el cuello en miles de pedazos, así que simplemente tomó su equipo de maniobras y no esperó a que los demás aterrizaran, Evie sólo fue contra ese mono bastardo.

Sus dientes rechinaron cuándo llegó al enorme cuerpo peludo del Jeager y tomó una de sus cuchillas para incrustarla en su cuello, pero cuándo iba a hacerlo el cuerpo del titan bestia se volvió completamente vapor y escapó lo más rápido posible para no quemarse. Se tragó el dolor que sentía en su vientre gracias a la herida que portaba en ese sitio y aferró sus propias manos a su arma para centrarse en otra cosa que no fuese su propio sufrimiento.

Sintió como una mano enorme la sostuvo en el aire en ese momento y era colocada sobre el cuello de otro titan, pero ésta vez pudo respirar con tranquilidad al reconocer la armadura del acorazado. Se aferro al cuello ajeno con una de sus manos y dejó caer su frente en ese lugar, después de todo el dolor en su vientre estaba haciéndose presente y no tenía mucho tiempo para recuperarse, debía concentrarse en la misión de salvar el mundo, nadie más tomaría las decisiones por ella.

—Gracias, Reirei.-Murmuró para que únicamente el rubio pudiese escucharla dentro del titan acorazado y se sintió un poco idiota por utilizar ese apodo estúpido que le había colocado cuándo ambos eran sólo unos niños que intentaban hacer del mundo un lugar mejor en sus distintas circunstancias.

Blue swan; Reiner Braun & Jean Kirstein. [#2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora