6.

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El pueblo estaba de festejo

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El pueblo estaba de festejo. La reina de los muros y salvadora de la humanidad había sido coronada como la nueva monarca de todos esas personas que estaban ansiosos por recibir un regalo del cielo. Historia no era una diosa, pero aún así todos los ciudadanos la veían de esa manera cuándo fue coronada frente a ellos.

La legión había estado muy cerca de la rubia, ayudándola con cada detalle para que todo saliera bien, por esa razón estaban teniendo una pequeña fiesta de celebración para festejar que había una nueva gobernante dentro de las murallas, una gobernante que no estaba actuando bajo las órdenes del primer rey y eso era algo que celebrar en lo más alto.

Pero Evie se sentía demasiado abrumada por todos los pensamientos que se hallaban en su pobre cabeza, por esa misma razón había salido de la sala en silencio, escondiéndose en uno de los balcones que había en el lugar, esperando que la fría ventisca de la noche pudiera aclarar un poco todos los malestares de su interior. Colocó una de sus manos sobre su plano vientre mientas lazaba un suspiro melancólico, sintiendo como el fresco aire del exterior jugaba con sus largos cabellos.

Si, debía despejarse para tener su mente clara.

—Hey, Ev. ¿Qué haces aquí?.-Preguntó una voz juguetona desde sus espaldas y no tardó mucho en tener a su lado a un castaño de sonrisa tranquilizadora que la hizo sentir un poco mejor.

—Sólo estaba pensando un poco.

Contestó sintiendo como un abrigo cálido y enorme era colocado justo en sus hombros, sonrió con dulzura al darse cuenta que Jean se había quitado su propia chaqueta para colocarsela aún siendo que ella tenía la propia, después de todo Evie no aguantaba el frío y para Jean era casi automático abrigarla cuándo comenzaba a levantarse una ventisca como esa.

—Ven adentro, hay un poco de alcohol reservado para ti.-Comentó el menor de ambos mientras se apoyaba en el barandal del balcón y colocaba su mirada en el cielo estrellado.

—No quiero beber ahora, me siento un poco mal.

Bueno, esa era una mala señal, Evie siempre bebía con ellos cuándo había un poco de alcohol en la ecuación, no podría ser considerada una alcohólica, pero si disfrutaba de las pequeñas fiestas que podrían hacerse entre la legión. Y ahí estaba, con esa expresión extraña, sin querer beber y con un ánimo que no tenía esa misma mañana.

Antes de ir con Hange, en la tarde, Evie había estado presente en todos los pequeños detalles de la reina que iba a ser coronada, desde ayudarla con su peinado, hasta maquillarla, enseñarle lo que debía hacer cuándo recibiera la corona, vestirla y besar sus mejillas antes que saliera por esa puerta dispuesta a cambiar el mundo. Pero ahí estaba, horas después, con un humor extraño que Jean no sabía leer con exactitud.

—¿Qué te ocurre?. Tú estabas eufórica por la coronación de Historia, estuviste todo el día gritando como una maniática para que todo saliera bien, pero ahora estás así. Evie, te conozco más de lo que me conozco a mi mismo, sé que algo te preocupa y no puedo ayudarte si no me dices.-Murmuró el castaño estirando una de sus manos para pasarla sobre los pequeños hombros que portaba su mejor amiga.

Blue swan; Reiner Braun & Jean Kirstein. [#2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora