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Reiner estaba totalmente ido, escuchando únicamente los gritos desesperados de esos niños que se habían convertido en sus únicas esperanzas para seguir en ese mundo tan horrible que le había arrebatado todo lo que amaba

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Reiner estaba totalmente ido, escuchando únicamente los gritos desesperados de esos niños que se habían convertido en sus únicas esperanzas para seguir en ese mundo tan horrible que le había arrebatado todo lo que amaba.

La voz de Gabi fue lo que provocó que se levantara aunque realmente no tenía fuerzas o ganas para hacerlo, pero aún así actuó cuándo vió al titan de Eren destrozando a su compañero con una ferocidad que no había visto de cerca en mucho tiempo. Reiner juntó todas las fuerzas que tenía intentando darle un puñetazo al titan fundador, pero sólo recibió una paliza aplastante que destrozó la mitad de su rostro. Lo que Eren no sabía era que ese era su plan. Reiner tenía a Porco y había logrado quitarlo de las manos ajenas, sabía muy bien que no podría luchar contra el Jeager, no en ese estado, pero podría salvar a su compañero o eso pensaba.

Eren salió de su titan y fue en ese mismo momento que una figura se posó junto al portador del titan fundador. Esa muchacha tenía cortos cabellos azabaches, y por un segundo Reiner pensó que era la Ackerman, pero cuándo su vista se enfocó pudo darse cuenta que estaba muy equivocado. Esos ojos azules tan brillantes como el mismísimo cielo acompañado de un bonito lunar que había sido la perdición de Reiner fueron los que le hicieron saber que esa mujer no era nadie más que Evie Langer. No, ella no era Evie Langer, era Evie Kirstein, y seguía igual de hermosa que la última vez que se vieron, o quizá hasta más.

Los ojos de Reiner se cristalizaron casi al instante cuándo la mirada tan azul como el más bonito de los mares fue dirigida hacia él, pero allí no estaba el amor que se habían prometido hace tantos años, no, ahí había dolor, un profundo dolor que Evie había aguantado por tantos años y todo por su culpa, él había sido demasiado cobarde para dejar todo por la azabache y esa mirada era el precio que tuvo que pagar.

—Hasta nunca, Reirei.-Leyó en esos labios que tantas veces había tenido la suerte de besar, pero que en ese momento le estaban demostrando que nada sería igual entre ellos.

Y fue en ese mismo momento que Reiner abrió sus ojos.

La respiración del rubio estaba agitada, siendo consciente de cada uno de los latidos de su corazón, pensando una y otra vez en esos ojos azules que le había negado la entrada del paraíso por todos sus pecados cometidos. Una de sus mano fue a parar a su pecho dónde intentó quitar todo la presión que había allí, pero nada servía para quitar la angustia que se instaló en su corazón desde el mismísimo momento en el que sus ojos se cruzaron con los de Evie.

—¿Mal sueño?. Bueno, ojalá todo fuera sólo eso.-Exclamó una voz desde su costado haciendo que se diera cuenta que no estaba solo en el lugar.

Giró su cabeza y se percató que allí estaban Pieck y Porco sentados en una cama no muy lejos de la propia, al parecer ella también había sido muy herida en batalla o eso parecía. El portador del titan acorazado lanzó un suspiro antes de despeinar sus propios cabellos con una de sus manos, intentando recordar algo más que ese par de ojos azules que lo cegaron desde el primer momento en el que se los encontró.

Blue swan; Reiner Braun & Jean Kirstein. [#2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora