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Habían ciertas emociones que un soldado debía suprimir lo máximo posible, la tristeza de perder un ser querido, el miedo hacia todos los peligros que presenta la vida, y hasta la misma emoción de haber sobrevivido cuándo todos tus compañeros murie...

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Habían ciertas emociones que un soldado debía suprimir lo máximo posible, la tristeza de perder un ser querido, el miedo hacia todos los peligros que presenta la vida, y hasta la misma emoción de haber sobrevivido cuándo todos tus compañeros murieron a tu al rededor, pero por sobre todas las cosas la desesperación que inunda tu pecho cuándo ya no sabés que más hacer.

Evie estaba en esa situación. Estaba aferrada a la mano de ese titan que se suponía que era el rubio que amó por tanto tiempo, pero que ahora sólo era un simple recuerdo triste en su cabeza, y su pobre corazón ya no sabía que hacer con todo lo que ocurría. Lo último que importaba era la presencia de Reiner Braun, en ese instante sólo quería entender todo lo que había ocurrido en ese momento para que Eren haya tomado esa decisión tan drástica y descorazonada.

Sintió como la mano del titan acorazado temblar poco a poco hasta que terminó derribandose completamente y la azabache de brillantes ojos azules tuvo que utilizar su equipo de maniobras para caer con gracia en el suelo. Su mirada fue directamente hacia la otra mano del titan acorazado y pudo ver como una pequeña castaña intentaba no caerse pese a que la diestra del cambiante temblaba con ferocidad por los peldaños que estaban cayendo sobre su espalda, pero Evie no dejó que esa situación siguiera, puesto que utilizó su equipo de maniobras para tomar a esa niña en brazos y llevarla a tierra con una rapidez impresionante.

—Gabi, ¿estás bien, no te lastimaste?.-Preguntó la mayor de ambas tras colocar el pequeño cuerpo de la menor en el suelo, Gabi no parecía herida, pero si tenía una mirada algo estupefacta, como si no supiera exactamente qué estaba ocurriendo.

—Estoy bien, pero Reiner...-Respondió con un tono de voz algo impactado mientras intentaba buscar a su primo mayor con la mirada, pero ambas pudieron apreciar como el titan acorazado terminaba de derrumbarse luego que los peldaños del muro dejasen de caer, totalmente cansado luego de intentar proteger a las dos mujeres que más le importaban.

Evie estuvo apunto de irse de allí, quizá tomar a Gabi en brazos y alejarse lo máximo posible para encontrar a su hijo, pero luego vió la mirada de desesperación que le regaló esa pequeña niña, una infante que estaba apunto de perder a su familia, la cuál seguía en Mare, y que lo único que tenía era a su amado primo mayor. El corazón de la azabache dolió en su pecho cuándo la mano de Gabi apretó la suya en una petición tácita y Reiner tenía mucha suerte porque la debilidad de Evie era su fuerte instinto maternal y ella nunca se negaría a una niña que la miraba así.

Un suspiro brotó de los labios rojizos que portaba la azabache y le dió una suave caricia en la cabecilla castaña antes de volver a utilizar su equipo de maniobras y llegar hasta el cuello del titan acorazado. Se mordió el labio cuándo llegó a ese lugar, recordando vagamente a una Evie de diecisiete años intentando matar a ese monstruoso ser con una de sus lanzas relámpago, pero eso no había ocurrido y a veces se arrepentía por ello.

Negó con su cabeza cuándo los pensamientos deprimentes inundaron su interior y simplemente tomó una de sus cuchillas para hacer un corte lo suficientemente certero para no lastimar al titan cambiante, pero lo necesario para hacerlo salir de allí después de jalar del cuerpo ajeno. Reiner seguía consciente y sólo pudo abrir sus ojos como platos cuándo vió a la pequeña azabache jalando de su cuerpo con esa expresión tan plana.

Blue swan; Reiner Braun & Jean Kirstein. [#2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora