La nieve había comenzado a caer dentro de las murallas cuándo el martillo titanico quedó en silencio luego de destrozar las nucas de esos monstruos que caminaban al rededor del distrito Trost. El año había cambiado justo frente a sus ojos y las nuevas eras estaban naciendo justo frente a sus ojos.
En esa pequeña ciudad, postrada en una suave cama de hospital, se encontraba una adolescente de cabellos azabaches y brillantes ojos azules que no podía siquiera moverse sin ayuda gracias al enorme vientre que portaba luego de pasar por casi nueve meses de embarazo. La partera le había indicado que debía vivir en el hospital durante las últimas seis semanas de embarazo, al principio Evie se había negado y quería tener un parto en casa como se hacía normalmente, pero luego que su esposo y su padre insistieran terminó en ese lugar dónde la trataban como una reina.
Quizá se debía a ser una de las héroes de Shiganshina, sus contactos en la milicia o el simple hecho que hasta la mismísima Historia Reiss iba a visitarla cuándo no estaba muy ocupada con sus deberes reales, y aunque lo estuviese siempre se guardaba unos momentos para lograr ver a su mejor amiga y al futuro bebé que vendría al mismo tiempo que la fría nieve.
Las monjas que cuidaban de las mujeres embarazadas en ese lugar estaban bastante sorprendidas por la cantidad de visitas que esa muchacha tenía en la semana. Si no eran esos dos titanes cambiantes junto a muchacha de rasgos distintos, era ese joven calvo con una adolescente que siempre buscaba esconder un poco de comida para la embarazada, o hasta la mismísima comandante de la legión de reconocimiento iba a verificar como estaba esa azabache.
Pero lo que más impresionaba a esas señoras eran esos dos hombres que venían a diario para quedarse durante toda la noche durmiendo sobre las duras sillas de la habitación. Uno era el esposo de esa muchacha, otro de los héroes de Shiganshina, quién venía todos los días, sin falta, para estar totalmente seguro que su hijo y su esposa estuvieran bien, a ese hombre no le importaba dormir en una dura silla o en el incómodo sofá de ese lugar, lo único que quería era tener un ojo sobre su familia y era bastante entendible, más aún con la enorme taza de mortalidad que sufrían las embarazadas.
El otro era un pequeño hombre de temperamento extraño que siempre llegaba a la misma hora y limpiaba a fondo la habitación de la muchacha como si no existiera una muchacha encargada de ello, ese hombre, aparte de ser el soldado más fuerte de la humanidad y el capitán de la legión de reconocimiento, era el padre adoptivo de esa muchacha tan agradable que todas las monjas habían llegado a querer bastante, y él era demasiado exigente cuándo se trataba de los cuidados que tenían sobre su hija y su futuro nieto.
Por esa misma razón había llegado bastante temprano ese día para estar junto a Evie todo el día, ya que faltaban unos días para que entrase a supuesta fecha de parto y Levi estaba totalmente aterrado por su hija y su nieto, no lo negaría en lo absoluto. Quizá por esa razón estaba sentado junto a la cama ajena mientras cortaba una manzana en trocitos únicamente para que la menor pudiera comerlos fácilmente.
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Blue swan; Reiner Braun & Jean Kirstein. [#2]
Fanfiction"Volaremos lejos, encontraremos un camino, veremos el final, seremos el final y en la eternidad una diosa serás. Vuela hasta el cielo." Evie seguiría luchando por su libertad, sin importar las plumas que caigan de sus alas y cuán roto se encuentre s...