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Evie tenía su cabeza hecha un completo caos

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Evie tenía su cabeza hecha un completo caos. Ya no sabía que hacer para permanecer cuerda y es que todo la estaba sobrepasando de una manera tan abrumadora que no podía ni respirar con normalidad.

Reiner Braun siempre le provocaba eso. El rubio estaba inconsciente a unos cuántos pasos de ella y aún así lograba que revuelto de sentimientos se instalara dentro del pobre corazón de Evie, sentimientos positivos y negativos en partes iguales, y es que ella todavía no podía perdonarlo por todo lo que ocurrió entre ellos, pero aún así su corazón le gritaba que lo haga, que sea honesta por primera vez en su vida y acepte que nunca había aprendido a odiarlo.

Intentó hacerlo, a decir verdad intentó hacerlo más veces de las que imaginarian siquiera, sólo quería centrarse en el dolor que Reiner provocó con su traición y su partida, se convencía una y otra vez que él le había mentido, que nunca sintió nada por ella y sólo la utilizó porque era divertido jugar con uno de esos malditos demonios que los provenientes de Mare odiaban. Pero muy en su interior sabía que nada de ello era real, que las caricias, besos y palabras que Reiner le habían regalado fueron verdaderas por mucho que le cueste aceptarlo.

Realmente detestaba no poder odiarlo.

—¿Está todo bien?.-Preguntó una suave voz desde el umbral de la puerta que daba al pequeño baño de la casilla que habían utilizado para descansar.

Gabi tenía una mirada un poco triste en sus enormes ojos castaños, después de todo había escuchado claramente la pequeña discusión que Reiner y Evie habían tenido o más bien el descargo de esa pobre alma exhausta que cargaba la azabache. La castaña lanzó un pequeño suspiro antes de tomar un contenedor de agua que anteriormente le había pedido la mayor junto con algunos trapos limpios que encontró en la pequeña casita.

—-¿Me odias por tratar así a tu primo?.-Preguntó la azabache apreciando como la menor tomaba uno de los trapos empapandolo de agua para pasarlo sobre la herida que tenía en su antebrazo. Lanzó un pequeño quejido, pero aún así no quitó el brazo y Gabi siguió limpiando la herida de Evie con una concentración impresionante.

—No, así como tú no me odias por asesinar a tu amiga, intentaste entenderme y me protegiste aunque no lo merecía, no puedo odiarte.-Respondió con su tono volviéndose cada vez más suave a medida que soltaba esas palabras.

Evie simplemente sonrió con nostalgia hacia las palabras que dijo la menor, sabiendo perfectamente que cualquiera podría juzgarla por tratar de manera tan dulce a la asesina de su amiga, pero era una simple niña y la azabache era una madre con un corazón muy débil hacia los infantes, sin importar que ella fuese la mismisma prima de Reiner. O quizá por esa misma razón sentía que ambas tenían una fuerte conexión inexplicable.

Ambas fueron las únicas personas que Reiner realmente había amado en ese mundo. El rubio le había hablado sobre aquello una fría noche de invierno dónde ambos abrieron su corazón, él nunca se había sentido parte de su familia hasta que esa bebé de castaños cabellos y ojos almendrados llegó a su vida cuándo él tenía tan sólo nueve años, el amor casi abrumador había inundado su ser cuándo esa mirada tan pura se centró en la suya y cuándo la escuchó reír se sintió en el mismísimo cielo.

Blue swan; Reiner Braun & Jean Kirstein. [#2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora