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LIBERIO, MARE

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LIBERIO, MARE.
AÑO 854.

El tren había demorado toda la noche en llegar a su destino y ese era llevar a todos los sobrevivientes de la guerra a su tan ansiada patria, Mare. En especial los erdianos que fueron carne de cañón durante tanto tiempo y por fin podrían regresar a su tan amado Liberio para enorgullecer a sus familias y darles un futuro digno.

Pero había alguien, entre todos esos erdianos, que realmente no quería regresar a su hogar junto a su madre, pero debía hacerlo por simple obligación. No era que odiase a su madre o a sus tíos, si no que fue presionado por ellos durante tanto tiempo que ya no podía visualizar si realmente lo apreciaban o sólo fue un simple objeto que les sirvió para convertirse en marleanos honorarios y tener prestigio entre todos los erdianos de Mare.

Si, quizá esa era la misma razón por la cuál se había encariñado tanto con Gabi, porque ella era la única persona de su familia que nunca esperó nada de él y le dió su infinita admiración y cariño desde el primer momento. Lanzó un suspiro cuándo todos tomaron asiento en la mesa para cenar juntos luego de tanto tiempo siendo separados por el campo de batalla, y su mirada no dudó ni un segundo en girarse para su prima menor, quién estaba contando las grandes hazañas que hizo en el campo de batalla.

Sin duda le dolía que su protegida se hubiese convertido en soldado, él quería que Gabi no viviera los estragos de la guerra y que creciera totalmente ajena a los poderes titanicos, pero el destino era extremadamente cruel con Reiner Braun y le pagó todo el mal que hizo con la certeza que su prima menor se convirtiera en la próxima titan acorazado, siendo absorbida por la misma maldición que él.

—Reiner, ¿crees que Gabi se convertirá en guerrera?.-Preguntó de pronto Karina Braun, su madre, con un tono que dejaba ver claramente que lo sabía, pero aún así quería escucharlo, después de todo tenía un ego bastante grande.

Reiner volvió a suspirar, dejando su tenedor a un lado, mientras pensaba en que la comida de su madre no podía compararse con las delicias que había probado dentro de los muros, esos muros dónde la comida escaseaba y no conocían la mayoría de platillos que en Mare si, pero aún con ese impedimento podía recordar cuándo Evie y él ayudaban con la cena, no sabía si el recuerdo melancólico le hacía pensar que esas fueron las mejores comidas de su vida, pero su cabeza se lo gritaba.

—Si, es claro que Gabi será quién herede al titan acorazado.-Soltó el rubio con un tono plano, intentando que sus familiares no pudiesen leer todo lo que ocurría en su cabeza.

—Me alegra, tener dos guerreros en la familia será tan bueno. Cuándo todos esos demonios desaparezcan de la isla podremos ser felices.-Exclamó la madre del titan acorazado, sin saber que esos demonios que nombraba fueron la razón de la felicidad de su hijo en muchas ocasiones.

Blue swan; Reiner Braun & Jean Kirstein. [#2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora