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-¿Apolo?-Pregunté lentamente, asimilando cada una de las palabras que había pronunciado anteriormente. 

Negué un par de veces, mirándolo a los ojos. El temor se encontraba impreso en ellos, pero el saber ahora su verdadera identidad lo había cambiado todo. 

-Te he dicho la verdad ahora-Dijo por lo bajo, sin embargo, aunque su voz temblaba un poco por la inseguridad con la que hablaba, su postura seguía siendo recta. Imponente. 

Entonces comencé a recordar aquellas ocasiones en que las personas se sentían atraídas repentinamente por él, aquellas otras en las que la situación iba a su favor. ¿Qué parte de todo lo que sucedió fue real?
¿Qué tanto sucedió porque así debía ser y qué tanto porque él manipulaba su entorno?

Tomé una bocanada de aire, asintiendo al tiempo que, de nueva cuenta, apartaba los mechones de cabello que me caían por el rostro. 

-Entiendo-Solté lentamente. Aunque no lo hacía, no lograba entender nada. 

-¿Enserio?-Preguntó con cierta emoción e ilusión en su rostro. 

Cuando me quedé en silencio, sin saber si era oportuno mentir o ser honesta, su mirada se oscureció. 
Mi cuerpo tembló debido al cambio drástico que hubo en la temperatura del lugar. Fue entonces que me detuve a observar detrás de Jin. Aquella iluminación que había creído ver en un principio comenzaba a desaparecer lentamente. 

Como si el estado de animo de Jin fuese el que controlara la habitación. O el limbo extraño en el que nos encontrábamos. 

-No puedo entenderlo-Respondí de inmediato, con temor a que todo esto se saliera de control. 

Quería regresar con Yoongi, lo más pronto posible. 

-Es demasiado para procesarlo tan pronto-Hablé rápidamente, incluso mordí el interior de mi mejilla para calmar los nervios que me recorrían-Necesito algo de tiempo-Concluí, esperando que aquello fuese suficiente. 

-Comprendo-Asintió pensativo. Y tal y como pensé, la habitación comenzaba a tornarse con colores más cálidos-Has pasado por mucho en un periodo corto de tiempo, es normal que te sientas de este modo. Cierto-Murmuró, parecía que hablaba consigo mismo. 

Cuando alzó la mirada para analizarme, me encogí de hombros de forma instintiva, como si con aquel gesto pudiese protegerme de él. 

-Sin embargo, no puedo dejarte ir ahora, ________. 

Mis ojos se abrieron más de lo debido, no solo por la repentina confesión, si no, por lo cerca que estaba ahora su rostro del mío. 
Relamí mis labios al sentirlos secos, Jin siguió el movimiento con atención. 

De nuevo el brillo que había visto en sus ojos hace unos días apareció, gruñó y grité en cambio cuando me tomó por la cintura, atrayéndome con fuerza hacia su cuerpo. 

-He estado esperando por ti desde hace tiempo. Lo he dicho, la única razón por la que me he permitido estar rodeado de seres humanos, sin capacidad alguna, es por ti. Mi padre me ha amenazado infinidad de veces, se me ha advertido lo malo que puede ser para el Olimpo si soy descubierto o dejo preñada a una mujer humana, pero mi intención contigo no es sobrepasarme porque si. Estoy seguro de que he podido experimentar lo que Eros hace con la humanidad de forma propia y realista-Finalizó tomando mis manos entre las suyas. 

Di un paso atrás a modo de rechazo, pero de algún modo, cuando intenté dar otro el piso bajo mis pies había comenzado a desmoronarse. 
Miré de vuelta a Jin, quien se mantenía sonriendo con inocencia. 

-¿Tu padre?-Me atreví a preguntar para asegurarme de que no se molestara por mi acción.

-Si-Me respondió con una sonrisa-Zeus-Se encogió de hombros-Ha sido quien nos dio el ejemplo a todos, por eso no es de sorprenderse que los demás terminaran haciendo mezclas entre razas-Cuando se percató de mi confusión se detuvo a explicar-Ya sabes, aquellos que ustedes consideran semidioses, o incluso criaturas mitológicas. 

El chico del cuadroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora