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Yoongi negaba constantemente, estaba sentado en la cama, con las manos y piernas cruzadas, todo mientras cerraba sus ojos y continuaba emitiendo un suspiro en negación.

-¡Por favor!-Pedí acercándome a él, pero seguía en aquella postura. Bufé exasperada.

-No entiendo, ¿Por qué querrías hacer algo tan aburrido? -Se quejó con evidente confusión.

Mordí el interior de mi labio, sin saber cómo exactamente responder a su pregunta. Al final opté por verlo con desafío.

-Bien, no me acompañes entonces, puedes quedarte aquí, o intentarlo al menos-Di la vuelta, saliendo sin más de la habitación, me detuve solo en la mesa de la sala para tomar mi bolso, el cual incluía mi celular y cartera, lo necesario para la aventura del día.

No hizo falta decir más, Yoongi al instante estuvo frente a la puerta principal, mirándome con molestia.

-No puede haber nada más aburrido que pasar la tarde en una biblioteca-Negó una y otra vez, como si aquel simple acto le pareciera algo aterrador.

-Después podremos hacer lo que quieras, mientras tanto camina, tengo cosas qué hacer-Lo empujé para poder abrir la puerta, pero un segundo después mi espalda estuvo contra esta, con el cuerpo de Yoongi apegado al mío.

Lo miré sorprendida y sintiendo el ardor subir a mis mejillas.
Su sonrisa ladina provocó un escalofrío que me recorrió por completo.

-Así que, ¿Lo que quiera, cierto? -Pronunció, acercando sus labios a los míos, pero sin tocarlos realmente.

Mi mente se nublo por un momento, mis labios se entreabrieron, mostrándole así lo mucho que me afectaba su cercanía. Pero entonces, el recordar que él no podía disfrutar completamente de aquello llegó a mí, como un golpe de realidad, haciéndome reaccionar.

Sonreí de vuelta, y sin decir nada, lo aparté lentamente.

-¿Qué pasa?-Preguntó con preocupación mientras colocaba su mano sobre mi hombro. Sin embargo, ya me encontraba abriendo la puerta.

Negué sin atreverme a mirarlo.

-Solo, debemos darnos prisa, no recuerdo el horario de la librería así que no tenemos todo el día realmente.



***


Era consciente de las miradas acusadoras de Yoongi, quien fingía poner atención al libro entre sus manos. El cual, estaba al revés.

-¿Es interesante?-Pregunté con burla.

-Por supuesto-Aclaró su garganta, y de nuevo su vista se clavó en las páginas.

-A menos que sepas leer al revés, no entiendo cómo podrías estar leyendo-Y sin poder evitarlo por más tiempo reí. Aunque las personas que se encontraban en la mesa cercana me miraron con reproche.

-Como sea-Bufó, y después de aquel incidente no dijo más, cosa que agradecí.

Me levanté y señalé que se quedara justo ahí. Asintió de mala gana, pero no me siguió.

Intenté controlar mi respiración, la cual repentinamente se había acelerado junto a mi pulso, caminé mirando con atención los tomos con los que me iba topando conforme recorría los estantes de la librería.
No había encontrado nada relevante hasta el momento, y ciertamente, no estaba segura de lo que estaba buscando en realidad.

¿Qué libro sobre mitología griega podría hablarme sobre Dioses que se encontraban entre humanos? Y sobre todo, ¿Dónde podría encontrarlos?

Aquel sueño se había sentido tan real, y eso era porque probablemente lo había sido. Aquella advertencia implícita, aquellas palabras sobre reencarnación, ¿Acaso algo sobre eso tenía sentido?

El chico del cuadroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora