Mi respiración se detuvo por un momento, incluso la sangre abandonó mi rostro que anteriormente ardía por la vergüenza de mi falta de ropa y la manera tan casual en la que este sujeto, Min Yoongi, me hablaba.
No pude evitar abrazarme a mi misma al tiempo que retrocedía con cautela, mirando de reojo hacia la puerta cada cierto tiempo.
-¿Cómo sabes mi nombre?-Pregunte después de aclararme la garganta. Estaba completamente seca y sentía la gran necesidad de beber un poco de agua.
Seguí con mi acción de retroceder hasta dar con el picaporte. Min Yoongi me veía con aburrimiento e indiferencia.-¿Cómo más podría saberlo?-Dijo como si aquella fuese la pregunta más estúpida que había escuchado alguna vez, y de nuevo el calor regreso a mis mejillas, haciéndolas arder un poco.
-¿Alguna vez has escuchado que es de mala educación responder una pregunta con otra?-Giré lentamente el picaporte, dando pasos lentos hacia adelante para poder abrir la puerta y salir de ahí.
Porque si, aunque el chico no me daba una mala impresión, sino todo lo contrario, no dejaba de ser un completo desconocido que, por razones extrañas y paranormales había terminado en mi casa, en mi habitación y, por malo que suene, en mi cama.
-No lo hagas-Dijo recostando su cabeza sobre la almohada. Di un respingo cuando lo hizo, su voz había salido más ronca y algo brusca a lo anterior. Pareció darse cuenta de mi reacción ya que suspiro pesadamente y, acto seguido se reincorporó con evidente pereza de ahí. Pensaba levantarse.
Pasé saliva de una manera algo exagerada. Pero probablemente seria la última vez que haría algo así.
Me atreví a abrir por completo la puerta tras de mi mientras él hacia un intento por acomodar su cabello. Me miro de reojo y negó.- No lo hagas-Repitió con voz severa. No lo pensé mucho más. Salí de ahí y cerré la puerta con fuerza tras de mi, huí hacia la sala de estar, pensando en las posibilidades que tenía. Tal vez no seria lo más sensato llamar a la policía, aunque si consiguiera algo de ropa podría ir a la tienda de antigüedades y regresar la mercancía, al final, estaba intacta, pero maldita.
En eso estaba hasta que él apareció delante de mi, mirándome con reproche. Negó con la cabeza un par de veces para después llevar una de sus manos al puente de su nariz, esta vez se que parecía divertido.
-_________, ________, __________-Repitió mi nombre al tiempo que lamía su labio inferior.
Ciertamente había entrado en pánico, y estaba paralizada, ¿Cómo es que había hecho eso?
-¿Cómo diablos hiciste eso?-Pregunte atónita. Soltó una risa llena de sarcasmo.
-¿Siempre haces preguntas así de absurdas?
Y ahí estaba de nuevo. Huyendo hacia el cuarto de baño, tenía la boba esperanza de que, fuera lo que fuera, Min Yoongi tuviese modales y no molestara o se atreviera a entrar mientras yo estaba dentro.
Cerré la puerta, después de poner el pestillo y recargar mi cabeza sobre esta, solté un suspiro, uno largo y lleno de todos los sentimientos que tenía dentro.Aunque el miedo, el pánico y la maldita curiosidad que sentía eran los más dominantes. ¿Cómo es que podía seguir pensando en lo increíblemente atractivo que era en un momento como este?
Sin embargo unas frías manos se posaron en mi cintura, haciéndome palidecer y contener la respiración.
-Boo-Su aliento frío golpeo mi nuca, erizando mi piel.
Temblé bajo su toque para después dar la vuelta lentamente y enfrentarlo.
-Te dije que no lo hicieras-Se quejó, me miró a los ojos fijamente durante unos segundos, segundos que ciertamente parecieron eternos, para después aclarar su garganta y retroceder. Miró a su al rededor, para después lanzar una mirada llena de en mi dirección.
-¿Qué?-Intenté sonar dura o al menos alguien que no estaba temblando de miedo, pero aquella voz había sido lo más similar a alguien a punto de romper en llanto.
-Debo admitir que será divertido estar aquí-Se encogió de hombros, para después poner la misma sonrisa de antes, causando un escalofrío por mi columna-Sobre todo si te la pasas en ropa interior-Mordió su labio-Como esa.
Señaló algo en el suelo, usualmente dejaba las cosas tiradas por todas partes, sabía de sobra que mi casa era un caos, pero ahora mismo era realmente incómodo, la ropa interior roja que había usado el día anterior al estar segura de que sería otra noche solitaria, estaba ahí, sobre el cesto de ropa sucia, parecía burlarse de mi.
De nueva cuenta mis mejillas se tornaron color carmesí y con molestia salí del baño.Para mi sorpresa, apareció de nuevo frente a mi, esta vez lucía serio.
-Escucha, suelo ser así todo el tiempo, pero créeme que no lo hago con la intención de ofender realmente-Miró a otra parte detrás de mi, como si el televisor del fondo estuviese encendido y viese algo interesante-Sólo por favor, no me lleves de vuelta a la tienda-Negó con una mirada suplicante, tragué y suspire, pasé algunos mechones de cabello que caían por mi rostro detrás de mis orejas.
-Yo, no sé qué diablos está sucediendo-Dije demostrando cuán asustada me sentía, esta vez no se rió o puso aquella mirada llena de aburrimiento.
-Y entiendo que te sientas así, pero esto tiene una explicación. Una muy loca, para ser honesto, pero si después de escucharme no estás dispuesta a conservar mi cuadro, por favor-Me miró con intensidad por unos momentos, parecía meditar seriamente lo que pensaba decirme, asentí, animándolo a continuar.
Suspiro y esta vez fue él quien llevo sus manos a su cabello.
-Si es que acaso no puedes entenderlo, o no quieres involucrarte, por favor, no regreses el cuadro a ese lugar-Negó, se giró de nuevo para posar sus ojos tristes sobre mí-En vez de hacer eso, quémalo.
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Nos leemos pronto <3
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El chico del cuadro
Fanfiction-¿Qué eres tú? Perdón, ¿Quién eres tú?-Pregunté asustada. Él sonrió. -No temas, soy yo-Apuntó el cuadro que recientemente adquirí-El chico del cuadro. ⚠⚠⚠ HISTORIA REGISTRADA: 2107128333374 QUEDA PROHIBIDA SU COPIA Y/O ADAPTACIÓN. ...