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-¿Qué sucede?-Preguntó dudoso mientras se acercaba a mí, la sonrisa que anteriormente tenía en sus labios ahora se había transformado en una mueca de evidente preocupación.

-No es nada-Me encogí de hombros intentando torpemente parecer despreocupada. Cuando me miró con los ojos entre cerrados sonreí con torpeza, cerrando los brazos para cubrir mi cuerpo.

Dudé un segundo, mordiendo el interior de mi labio mientras me debatía entre decirle lo que sucedió recién a Yoongi o si debía dejarlo pasar.
Opté por ser honesta después de suspirar.

-En realidad, creo que acabo de conocer a un amigo tuyo-Admití finalmente, mirando con curiosidad su reacción, ya que sus ojos se abrieron con sorpresa, al igual que sus labios.

Llevó sus manos a su cabello, desordenándolo un poco en el proceso.

-Así que el maldito solo había abandonado la cocina y no la casa-Bufó exasperado, después de lamer su labio inferior se acercó demasiado a mi rostro, hasta que cubrió mis mejillas con sus manos, pasando su pulgar en círculos por aquella zona.

Mi corazón comenzó a latir desbocado sin previo aviso, mis mejillas seguramente se habían tornado de un color carmín. Quise preguntar a qué se debía su repentino acercamiento e invasión a mi espacio personal, pero no fue necesario, cuando depositó un cálido beso en mi frente mis pensamientos se callaron de golpe, sin embargo, los latidos desenfrenados en mi pecho aumentaron.

-Lo importante es que estás bien y no hizo nada indebido-Susurró mientras retrocedía un poco, hasta que nuestras miradas se encontraron. Sonreí enternecida por su actuar.

-De cualquier modo, quiero probar lo que preparaste-Me encogí de hombros, dispuesta a postergar un poco más lo que debía decirle. Si lo que Ares, o Jungkook decía era cierto, entonces Eros estaba de nuestro lado. Y de ser así entonces debíamos contactarlo pronto.

-No estoy seguro de que sea algo que te guste-Murmuró algo nervioso, llevando su mano a su cabello, desordenándolo un poco en el proceso-Es un platillo algo viejo pero típico y sencillo de hacer de dónde vengo.

-Entonces estoy aún más ansiosa por saber de qué se trata-Finalicé sonriendo, tirando de su mano para guiarlo de vuelta a la cocina.

Había caos a nuestro al rededor, pero aquello debía esperar hasta que hubiera disfrutado de su comida al menos.



***



Yoongi resultó ser bastante bueno para que la carne se cociera en su punto exacto. Y aunque las verduras nunca me gustaron especialmente, aquella mezcla sabía realmente bien.
Se lo repetí en varias ocasiones, él se limitaba a encogerse de hombros, como si le restara importancia, pero la rojez en sus orejas demostraba lo avergonzado que se sentía después de tantos halagos seguidos.

Reí por lo bajo una última vez mientras lavaba los platos. Ahora él se encontraba frente al televisor. De vez en cuando lo miraba solo para contemplar cómo se maravillaba ante eso.
Aquello que es algo normal para muchos, puede ser el mejor descubrimiento para otros. Me había demorado un poco en explicarle cómo es que funcionaba el control remoto y la función del televisor y algunos canales.

Al terminar con mi labor me acerqué hasta sentarme a su lado en el sofá. Su vista se mantenía fija en la pantalla. Veía algo acerca de la antigua Grecia y no pude evitar entristecerme un poco. ¿Cómo se sentirá realmente con esto? Ver cómo las cosas han cambiado después de tanto tiempo. Cómo las personas que antes eran parte de tu día a día, ya no están. Y no hay manera de regresar en el tiempo.

El chico del cuadroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora