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Todo a mi al rededor se cubría con una inmensa oscuridad. Mis ojos no terminaban de acostumbrarse a esta, y es por ello que mis sentidos estaban alerta. 

En un principio creí estar sola ahí, la brisa que pasaba por mi cuerpo me hizo percatarme de que por lo menos, la entrada de aquel lugar estaba cerca, y era en realidad bastante amplia. 
Y sin embargo, aún con esto en mente mi cuerpo no respondía de la manera en que quería, me limité a cerrar mis manos en puños, como si de esa forma pudiese darme el valor y coraje suficiente para mover mis piernas que, en ese momento, no dejaban de temblar. 

Incluso intenté tomar una gran respiración, para calmarme un poco. Grande fue mi sorpresa cuando no pude hacerlo, el pánico comenzaba a apoderarse de mi y de mi mente, no podía perder el control de mis emociones, no tan rápido, debía encontrar una forma de volver en mí, de tomar control de la situación y salir de ahí. De volver con Yoongi, porque me lo prometí, tengo que ayudarlo. 

Aquellos pensamientos se vieron súbitamente interrumpidos cuando, una apenas perceptible llama alumbro el lugar. Una niña. 

Y mi sorpresa fue aún más grande cuando me di cuenta de que este lugar parecía ser un templo. ¿Cómo había llegado aquí en primer lugar? 
Tomando impulso mis piernas se dignaron a dar temblorosos pasos en dirección a la pequeña que miraba con devoción justo detrás de mi. 

-Hola pequeña-Me acerqué lentamente a ella, sonriendo. 
Pero no tuve respuesta alguna. 

Sorprendida ante esto, intenté girar sobre mis pies, curiosa por lo que ella miraba con tal admiración.  Me detuve cuando se adentró más al lugar, quedando justo en medio de unos pilares, de los cuales no me había percatado anteriormente. Dejó aquella vela en el piso, justo frente a ella y la figura de mármol que se cernía justo en el fondo del templo. 

Jadeé sin poder evitarlo, llevando mis manos a mis labios, intentando en vano detener la ansiedad que comenzaba a crecer en mi pecho, negando una y otra vez. 
Ella comenzó a orar, a pedir por la salud de su madre, quien padecía de una enfermedad que la tenía al borde de la muerte, y me fue inevitable hincarme justo a su lado, al tiempo que pidió por su hermano mayor. 

Yoongi. 

Mis ojos comenzaron a inundarse con espesas lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento, negué constantemente, desesperada en cuanto algunos gritos y pasos apresurados se escucharon acercarse. 

Todos ellos eran hombres, hombres que no estaban del todo vestidos, hombres con antorchas en sus manos, y evidente furia que de a poco se acercaban. Sabiendo que ella no podía escucharme insistí y le grité, le pedí que saliera de ahí, que era peligroso y las cosas saldrían mal. Pero no huyo de ahí, si no que apagó la llama, demasiado asustada y procedió a esconderse entre los pilares que se encontraban justo a los costados de la deidad de mármol. 

Mi inquietud fue en incremento cuando aquellos gritos y protestas llegaron al templo, cuando comenzaron a reclamar por cosas tan absurdas e inhumanas, me aseguré de permanecer cerca de ella, de Jiwoo. Ahora estaba segura de lo que sucedía. 

Esto debía ser un sueño, o una especie de ilusión en la que se me estaba mostrando lo que sucedió aquella noche en la que Yoongi se vio envuelto entre estos hombres y termino siendo maldecido. 

Me aseguré de permanecer frente a Jiwoo, sin intención de apartarme, con suerte podría saber lo que había pasado con ella, pero lo que sucedió a continuación fue mucho más rápido de lo que esperaba. 

Dos seres con un brillo encantador al rededor de su cuerpo aparecieron de la nada, y aunque ya lo sabía, ver a Jin, o Apolo justo frente a mi en una época tan diferente fue una gran sorpresa, pero las cosas fueron incluso peor cuando Yoongi apareció, mis labios temblaron visiblemente, y de forma inevitable di un paso hacia él. 

De inmediato las lágrimas brotaron, el contraste era evidente. Este Yoongi, si bien se veía desesperado por la situación, lucía completamente diferente. Estaba vivo, y sobre todo, tenía ganas de vivir. Luchaba contra las personas que se ponían en su camino, atravesando la multitud con determinación y mirando en todas direcciones. 

Por un segundo, cuando creí que su mirada se cruzó con la mía, mi respiración se hizo más pesada. Entonces, sin poderlo prever una mujer hizo aparición, del mismo modo que los anteriores. 

Pero ella no solo detuvo a Yoongi, si no que se acercó con él mientras tiraba de su mano mientras me miraba a mí. Mi cuerpo tembló instintivamente, retrocedí, estirando mis brazos a modo de protección para Jiwoo. 
Sin embargo, cuando di un rápido vistazo hacia atrás, ella ya no estaba. Giré de nuevo, aterrada cuando las cosas a mi al rededor volvían a desaparecer, pero la Diosa frente a mí se mantenía serena, y de algún modo se las arreglaba para tener una sonrisa llena de burla en su rostro. 

Yoongi seguía jalando de su brazo, intentando con fuerza apartarse de ella. 

-No puedo creer que sigas apareciendo-Soltó de repente, tomándome por sorpresa. 

Mi boca estaba seca, y debido al terror que recorría mi cuerpo no podía expresar absolutamente nada. 

-Suéltame-Gritó Yoongi de repente, su rostro reflejando cada vez más su creciente desesperación. 

Fue entonces cuando mis piernas se movieron, extendí mi mano, intentando tomar la de él e intentar ayudar. 
Pero ella rio, y mis brazos temblaron, como si hubiese perdido toda la fuerza que tenía. 

-Has pasado por este escenario ya tres veces, ¿Cuándo vas a rendirte?-Preguntó con voz cansada. 

Ella era sin duda hermosa, su presencia no se asimilaba a la de Jin. Ella lucía incluso más fuerte y determinada, era evidente que podía acabar conmigo en cualquier momento. 
Y aunque no podía entender nada de lo que decía, me negaba a quedarme ahí sin hacer nada. 

-¡Déjalo ir!-Pedí casi gritando. 

Yoongi continuó forcejeando, comprendí entonces que él no podía verme. 
Ella rio incluso con más fuerza, y era realmente espeluznante. Aquella mujer no tenía bondad alguna. 

-Debo admitir que esta vez pareces más fuerte que las veces anteriores, debo reconocer que Eros es bastante insistente con sus ridículos lazos-Bufó con frustración-Pero el resultado será el mismo, una y otra vez. No hay manera en la que puedas terminar con esto. Por cierto-Rio-Nos hemos conocido antes, dos ocasiones para ser exacta, por lo que no hay necesidad de presentaciones, _____-Susurró acercándose a mi con aquella sonrisa en el rostro. Chasqueó los dedos y, así de simple, Yoongi desapareció repentinamente. 

Un estruendo me hizo reaccionar y tomar rápidamente el cuadro que estaba por caer al piso. Sollocé inevitablemente cuando lo reconocí, era el mismo que compré. 

-Me aseguraré de tenerlo atrapado ahí dentro y no hay nada que puedas hacer al respecto. Reencarna las veces que quieras, eso no cambiará nada-Sentenció con voz grave. 

Y del mismo modo en el que comenzó, todo a mi al rededor se tiño de negro. Haciéndome caer en la inconsciencia.











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Reacción de todxs en una imagen 👁👄👁

Nota: Eros es el "Cupido" de la mitología griega, será un personaje destacable más adelante

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Nota: Eros es el "Cupido" de la mitología griega, será un personaje destacable más adelante. 

Nos leemos el domingo~

El chico del cuadroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora