40

856 100 13
                                    

No habían pasado dos minutos desde que Yoongi se ausentó y mis nervios habían incrementado potencialmente.

-Tienes que respirar-El tono tranquilizador de Taehyung era demasiado para mí, tanto que un bostezo escapó de mis labios-Lo siento-Sonrió, sus ojos se cerraron también.

Comprendí que ese era el efecto por convivir con Morfeo, el Dios del sueño.
Respirar era algo que no estaba funcionando bien, la mano de Jungkook dando un ligero apretón en mi hombro fue suficiente para llamar mi atención.

Me dio una sonrisa tranquilizadora, y de forma silenciosa nos apartamos del resto de los Dioses, su mirada era determinada.

-Tienes que confiar en nosotros-Murmuró por lo bajo para así evitar que los demás escucharan.

-Lo hago-Imité su acto, asintiendo-De otra forma no estaría aquí-Llevé mis manos a mi pecho, justo sobre mi corazón en un acto de protección-Es solo que, la situación ha escalado mucho más de lo que pude imaginar.

Las palmas de mis manos se encontraban frías, y pese a ello, sudaban. Al igual que el resto de sudor frío recorriendo mi cuerpo, erizando mi piel en el proceso.

-Entiendo que no estés preparada para enfrentar algo así-El suspiro de Jungkook me hizo mirarlo-Ninguno de ustedes debería verse involucrado nunca con nosotros, pero somos egoístas. Nos regimos por nuestras propias leyes y convicciones. Lamento que tengas que atravesar esta odisea-Su mirada era cálida, una sonrisa apenada apareció en su rostro.

Y comprendí que incluso el Dios de la guerra podía sentir empatía por los humanos, por seres supuestamente inferiores. Pero sin nosotros, los Dioses no son nada.

Absolutamente nada.

-¿Cuidarás de Yoongi hasta el final?-Su pregunta me descolocó, ya que no sabía con exactitud a lo que se refería.

-Por supuesto que lo haré-Respondí sin dudar ni pensarlo demasiado.

Su sonrisa se mantuvo ahí, dio otro apretón en mi hombro y, con firmeza me llevo de vuelta con el resto de los Dioses, Hoseok me brindo una cálida sonrisa que, esta vez no logró hacerme sentir mejor.

-Es hora de que vaya-La voz de Heracles rompió con el silencio sepulcral luego de algunos minutos.

Mis labios se entreabrieron en un intento por pedir que hiciera lo mejor de sí, pero no fue necesario, dio un guiño en mi dirección y después una estela de polvo dorado lo suplantó. Había desaparecido sin más.

-No debería actuar de esa forma-Bufó Jungkook a mi lado-Esto no es una actuación barata-Continuó quejándose-Los Dioses nunca hacemos esa atrocidad, pero ustedes por alguna razón continúan representando nuestra ausencia de esa forma-Me miró mal, aunque se disculpó de inmediato-Pero por supuesto que tú ya te has dado cuenta.

Si ese era su intento absurdo por distraerme de los terribles escenarios que se formaban en mi mente, entonces había funcionado. No dudé en golpear su hombro con suavidad.

-Pase lo que pase debes permitirnos actuar-La voz de Taehyung llamó mi atención esta vez.

Jungkook y Hoseok asintieron en silencio.

-Lo haré-Afirmé sin comprender el por qué de su repentina oración.

-Haremos lo que sea más conveniente-Me miró, esta vez sus ojos se encontraban completamente abiertos, y todo rastro de somnolencia desapareció de su expresión-Ella es más difícil de lo que podrías imaginar. Si crees que tus pesadillas fueron molestas y terribles, no estás preparada para enfrentarla. Es por eso por lo que no debes actuar por impulso, es lo que más desea. No le permitas ganar.

El chico del cuadroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora