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Cuando ambos Kakushi llegaron a la sala con las bandejas de comida, Kyojuro los acribilló con la mirada. Kanroji comenzó a hacer alguna anécdota para distraerlo mientras cada uno de ellos repartían los platos y  se dirigían a sus sitios. Marion miro el pequeño cojín ubicado demasiado cerca del bicolor, de seguro había sido puesto aproposito por el pilar.

Suspiro, cuando por fin se habían quedado solos, Goto comenzó a explicarle que no debía de ser tan desinteresada. Todos en la organización, incluyendola a ella, sabían sobre el tema de compromiso de los Rengoku. Y muchos kakushis conocieron a la "Futura" esposa de Kyojuro, antes de que esté la devolviera de nuevo a Tokyo en un intento de rechazar la oferta. Goto menciono que no era la primera vez que mandaban a alguna chica a la finca, al parecer la Familia materna estaba totalmente empecinada con que el bicolor se casara con alguien del círculo familiar, mientras que la Casa principal Rengoku mantenía a la misma candidata durante todos esos años. Se trataba de la amiga de la infancia de Kyojuro, Jiro Rengoku.

"Pero Rengoku-sama te eligió a ti, deberías ser un poco más considerada con sus sentimientos" eso había dicho el Kakushi. Cuando se sentó, alejo un poco el cojín, manteniendo una distancia prudente del pilar.

Aún no podía corresponder sus sentimientos, si el destino tomaba un buen rumbo, volvería a ser humana por completo y aceptaría estar con él hasta el fin de sus tiempos, en caso de que no, moriría sin haberle echo daño.

—Kanroji-sama estás aquí para acompañar a Rengoku-san a la misión?— pregunto la peliazul, ignorando por completo la mirada penetrante del bicolor. La pilar del amor le sonrió, alegre porque al fin le dirigiera la palabra.

—No, estoy de paso. Iré a Nagoya, mi cuervo me informo sobre unas misteriosas desapariciones en el poblado de Minato— Marion pudo respirar tranquilamente cuando Rengoku desvió su atención hacia el tema de las misiones y los demonios. Se cruzó de brazos como normalmente lo hacía, intentando escuchar atentamente lo que su antigua discípula decía— Hay reportes de ahogamientos—

—Puede ser un demonio con Técnica demoníaca de agua, Minato tiene una costa...—

—Pense en ello maestro. Lo que decían los informes me recordó al demonio de fango* que una vez enfrentamos— Kyojuro asintio concordando con ella.

Continuaron hablando sobre recuerdos que eran ajenos a Marion y a Goto, por lo que ambos kakushis se mantuvieron en silencio, comiendo de la fruta que ellos habían servido. Cuando el té se acabó, Marion se levantó para buscar una reposición. Goto hizo lo mismo.

—No es necesario que ambos vayan por una jarra. Marion, puedes quedarte— Kyojuro literalmente ordenó. Mitsuri pensó que se veía demasiado masculino en su faceta de hombre celoso, pero Marion no pensaba igual que ella, arrugó el ceño como si de alguna manera la hubiera ofendido.

—Esta bien— respondió secamente— Goto irá por té pero yo iré a mi habitación. Creo que no es necesario mi presencia en este lugar— Mitsuri creyó estar en ese tipo de peleas maritales, no debería emocionarse por ello, pero lo estaba. Pensando que Marion se veía muy genial haciéndose respetar. En cambio, su maestro no parecía estar contento con lo que acaba de decir. La peliazul se volvió a hacía la pilar e hizo una reverencia respetuosa— Si me permites Kanroji-sama, espero le vaya bien en la misión. Vuelva sana y salva—

—Si, muchas gracias— respondió chillando de alegría, se tapo la boca con ambas manos para evitar decir algo estúpido en aquel ambiente tenso.

Rengoku no hizo nada para detenerla, Goto salió sudando frío por la tensión del momento, mientras que Marion se despidia de él y desaparecia por el pasillo. Cuando ambos pilares quedaron a solas en el salon de visitas, Kanroji comenzó a dudar en si hablar sobre ese tema o desplazarlo a otro para que no hubiesen más roces. Y si bien, conocía a su maestro, nunca lo había visto tan empecinado en algo.

Flama『炎』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora