Sus padres definitivamente no estarían orgullosos de lo estúpida que había sido. Se creía más inteligente que el pilar, había logrado que la dejara dormir en su techo y también le había sacado algo de comida de su bolsillo. Pero mientras más lo pensaba, más llegaba a la conclusión de que había tomado la decisión equivocada.
Rengoku ya la esperaba en la habitación cuando llegó con el desayuno. El pilar aún cargaba la bata de baño a medio poner, el cabello mojado y todo el torso al descubierto. Casi dejó caer la bandeja de comida cuando lo vio. Estaba en buena forma y con un demonio! estaba endemoniadamente guapo. Le costó mantener la compostura, las manos comenzaron a temblarle producto del nerviosismo. Acomodo la comida en cada Hakozen, recordando las sabias palabras de su padre mientras lo hacía, cuando coloco el último platillo sonrió con nostalgia. Era la primera vez, desde que sus padres murieron, que iba a compartir la comida con alguien. Detallo que el Hakozen tenía forma oval con mucha ornamentación, la cabeza de un león bañado en oro salía desde el centro. Se paralizó.
Un recuerdo desagradable vino a ella, platillos mugrientos con viseras y otras partes, sangre mezclada con sake y el sonido de unos dientes triturando huesos. Se echó atrás por instinto, el monstruo de sus pesadillas le aprisionó el brazo con fuerza. Chillo asustada -Mumei, come- la voz repulsiva sonreía con esos dientes amarillos y comenzaba a reírse cuando la sintió temblar -Mumei, ya casi es hora- Grito con fuerza, tratando desesperadamente de alejarse de él.
-Maldición!! Marion reacciona!- el pilar la zarandeo para que dejara de gritar. De un momento a otro se había puesto pálida con la mirada perdida en la bandeja de comida, cuando le agarro el brazo reacciono gritando. Chasqueo la lengua, cuando alzó la vista para mirarlo, parecía que estaba viendo al mismísimo diablo. Estaba tan pálida y su piel se había enfriado- Marion mírame. Soy yo, Kyojuro. Recuerdas? Estas conmigo, no hay nada que temer-
Cuando sus ojos volvieron a agarrar brillo, aparto la bandeja y la estrecho en sus brazos. Ella comenzó a hiperventilar, él le acaricio la espalda para tranquilizarla. Maldijo para si, no sabía que había Sido lo que lo ocasionó, pero debía ser un recuerdo muy desagradable. Recordó que Marion le había mencionado que sus padres habían muerto a causa de un demonio y se pregunto si esa era la razón del episodio. No podía interrogarla, estaba inestable e indefensa. La estrecho más, su instinto protector gritaba adolorido al no poder protegerla de sus propios recuerdos.
-Rengoku-san me lastimas- ella reacciono minutos después. El color había vuelto a sus mejillas e intentaba desesperadamente alejarse de él. El pilar suspiro aliviado-podría mantener su distancia, por favor. Hace calor-
-Estas bien?- ella asintió y se retorció intentando ganarle en fuerza. No pudo evitar soltar una carcajada al ver a la pequeña fieresilla retorciéndose en su regazo. Quería mantenerla aprisionada más tiempo para irritarla, pero podría causarle varios inconvenientes a él.
Cuando la soltó, ella corrió hasta el rincón más alejado de la habitación. Como un gato a quien le van a bañar por primera vez. Sus mejillas estaban de un dulce color rosa, el moño se había casi desecho en la lucha y la yukata estaba floja, una leve visión de los montículos de su pecho aparecieron y entonces Rengoku se dió cuenta de que ella solo llevaba esa fina capa de ropa. Esa mujer había salido en plena mañana en esas fachas a comprar el desayuno ¡Y joder, en Pleno invierno!. Marion se sintió segura en cuanto dejo de sonreírle, no sabía que había hecho mal, pero funcionó.
-Saliste asi?- la dureza de su voz hizo que ella se sentará en postura seiza. El tono que empleo le recordó a su padre, cuando la regañaba por andar cazando sola. Ella se miró buscando algo fuera de su lugar, pero todo estaba igual.
-Si, tiene algo de malo?-
-Marion, es invierno... - ella asiento mirándolo como si fuera más que obvia la observación- Y no solo es eso... puedo verte los pezones desde aquí. Entiendes lo que quiero decir?-
Ella levanto los brazos tapandose el pecho, un sonrojo furioso apareció en su cara.
-¡Porque demonios no me dijo nada!- lo vio cruzándose de brazos, ahora era él quien la miraba con una expresión de obviedad. Tartamudeo añadiendo con vergüenza- m..mi kimono es solo un poco más grueso que este y...y... Lo más probable era que no me dejarán entrar en la tienda vestida con el-
Rengoku asintio en comprensión recordando la noche anterior, y como había visto que la sacaban a patadas de los locales. Repaso una a una sus notas mentales, añadió en ellas comprarle algo de ropa. Después de dormir algo podrían salir, No! Tenía que comprarle algo provisional primero. El asunto quedo momentáneamente descartado cuando su barriga proclamó comida. Miro su bandeja, la sopa se había volcado en el forcejeo y el hakozen estaba bañado con ese líquido.
- Deberíamos comer?- le pregunto a la muchacha, ella lo miro con recelo y antes de que pudiera acercarse de nuevo a la comida le exigió.
-primero desagase de ese león. Me pone nerviosa mirarlo- el pilar desvío la vista hacia la ornamentación del hakozen, el león lo miraba con actitud feroz. ¿Eso era lo que había provocado todo ese escándalo? Lo agarro con la mano y luego de que su brazo se tensara, producto de una de sus respiraciones, el león cedio quedando en la palma de su mano. Hizo lo mismo con el de ella y luego se levantó, guardandolos bajo llave en el tocador. Ella lo miro con ojos desorbitados- No era más fácil pedir otro par de Hakozen? Ahora tendrá que pagarlos por haberlos roto-
El pilar se encogió de hombros.
-La mujer de la posada es una anciana, tardaría mucho buscando otra bandeja y tengo hambre - se sentó frente de su comida y quitó el plato de sopa. Saliendo de su asombro, Marion se levantó rápidamente para tenderle su ayuda. Busco algo que pudiera servir para limpiar el desastre que había hecho la sopa y luego le pidió a Rengoku que cambiaran de bandejas. Él la miro ceñudo- si es por la sopa, no tengo problemas en comer que lo queda-
Marion se sentó a su lado y comenzó a empujarlo con sus caderas, él fingió con una sonrisa que ella tenía la fuerza suficiente como para moverlo de su sitio.
-la sopa es lo de menos. Esta bandeja tiene menos comida y es perfecta para mí. Rengoku-san necesita una buena alimentación si quiere cazar demonios hoy-
Por más cansado que estuviese no podía sentirlo, esa mujer brillaba demasiado y hacia que se mantuviera activo. Mientras daban gracias por la comida, se pregunto que secretos podía estar escondiendo bajo esa inocencia.
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Flama『炎』
FanfictionKujo Marion perdió su hogar en manos de un demonio. Siendo la única sobreviviente de la masacre, no tiene más alternativa que seguir con su vida e intentar progresar en una civilización que solo la ve para un solo propósito. Rengoku Kyojuro, el pil...