Flama『炎』

37

Llegó a su visita con dos horas de retraso, Hoshino le regaño en cuanto sus guardias dejaron que el pilar se acercara hasta su recinto, alegando que a una dama no se le debe dejar esperando por tanto tiempo. La mujer estaba en un escritorio improvisado con un fajo de papeles regados por toda la extención de madera, era una imagen familiar. Miro a su alrededor, el niño no estaba con ella.

—Donde está el pequeño?— la mujer le respondió sin mirarle.

—Rei salió con los guardias a dar un paseo por el pueblo. Está algo entusiasmado por el festival y no puedo tenerlo quieto en la habitación mientras trabajo— la mujer le indico una silla libre al otro lado del escritorio. Esa mujer no parecía dejar de trabajar un solo segundo, en Naha había sido lo mismo.

—De que querías hablarme?—

La mujer reviso y firmo unos documentos, luego de un chasquido de dedos la ama de llaves salió de las sombras. Kaguya le tendió los papeles y después de una rápida inspección, la mujer comenzó marcharse.

—Cuando salgas de la habitación dile al guardia que puede tomarse la tarde— el ama de llaves se volvió abruptamente mirando a su señora y a Rengoku. Kaguya la miro de reojo con el ceño fruncido— Hay algún problema Kumiko?—

La nombrada hizo una reverencia para expresar su respeto hacia su patrona. Se llevó los papeles al pecho arrugandolos levemente cuando los presionó contra su torso.

—No mi señora, ningún problema— se giro en sus talones y continuo caminando hasta la salida. Cuando desapareció se escucharon los pasos del guardia mientras la seguía, dejando por fin solos al pilar y a la mujer. A Kyojuro le pareció extraño el comportamiento, pero no le dió mucha importancia.

—Rei no está de paseo— reveló finalmente, después de estar bastante tiempo callada— Le he ordenado al guardia que lo sacará a dar una vuelta al pueblo, para que no pudiera escucharnos. Renjuro, que tanto sabes sobre estos seres de fantasía a los que llaman demonios? Alguna vez haz visto uno?— ambos intercambiaron miradas por varios minutos, analizando mutuamente sus reacciones. Kaguya era una mujer inteligente y detallista, estaba entrenada en distinguir la mentira— Rei ha estado algo distante desde hace unos días. No habla mucho, y a veces lo encuentro solo mirando al árbol de nuestra mansión— miro hacía la única ventana de la habitación— El doctor dijo que era cuestión de tiempo para que su vida se extinguiera. Pero gracias a la medicación ha estado mejor... Comento sobre el festival de la Flama en este pueblo, pero no tengo idea de cómo obtuvo esa información— apoyo su mentón entre sus dedos, mirando al bicolor— Eso me pareció algo sospechoso, a Rei no suele gustarle los sitios llenos de personas y nunca demostró estar interesado en los festivales... Luego dijo algo extraño, se refirió a Marion como La Gorrión. No sé en qué momento pudo haberla conocido, y los únicos que sabemos sobre el contenido de la carta que encontraste en Naha somos

>-Comence a pensar si realmente el Rei que estaba viendo era mi hijo. Gustos diferentes, manera de expresarse diferentes... Y después vino a mi mente la idea de Demonios, recordé que estabas buscando unos en Naha y me pareció conveniente escribirte para pedirte una visita-

Kyojuro se cruzo de brazos intentando encontrar la manera más sutil de explicarle.

—No es algo que pueda explicarlo con simples palabras, la mayoría de las personas no creen sin haber visto uno y cuando eso sucede es demasiado tarde— Antes de que lo acribillara a las típicas preguntas sobre el tema, respondió seriamente— Los demonios se alimentan de carne y sangre humana, no pueden controlarse si están hambrientos así que si te encuentras con uno tienes pocas probabilidades de sobrevivir. La organización en dónde estoy se encarga de eliminarlos para reducir el número de afectados y salvar a todas las personas que podamos—