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Todos se armaron de valor frente a la entrada del tupido bosque. Por más que lo pensaban, no podían dejar a alguien atrás. Si podían salvar aunque sea una vida, un alma que pudieran rescatar era suficiente para que su misión fuera satisfactoria.

Se dividieron en parejas para tener a un auxiliar en caso de necesitar ayuda. Yoriko había hecho un berrinche en ser compañera de Marion, y en realidad, no hubo ni una objeción. Al parecer nadie soportaba a la chica. Para la peliazul le era indiferente, estaba más preocupada por no tener un ataque que por tener que soportar las cháchara de la joven Kakushi.

-El líder nos asignó la parte Este, creo que nos dió el tramo más pesado. No es un poco injusto?- apenas habían recorrido 15 minutos a pie y ya se estaba quejando. El suelo era desigual, rocoso y estaba húmedo a causa de las lluvias. También debían, de vez en cuando, pasar encima de algún cadáver o extremidad y el olor era nauseabundo. La respiración de Marion comenzó a acelerarse, Yoriko no pareció darse cuenta pues siguió hablando como si nada estuviera pasando- Tengo curiosidad, porque entraste en la organización? Cómo supiste de los demonios?-

La peliazul trato de controlar el ataque que estaba apunto de tomar control de su cuerpo. Respiraba bocanadas gruesas de aire y repetía constantemente que todo estaba bien. Yoriko presionó por una respuesta.

-Ms pa... Mis padres fueron asesinados por demonios...- alcanzó a decir. Algo estaba mal, no era el típico pánico que siempre la atacaba. Sentía que estaba sudorosa, su corazón latía desenfrenado y los instintos se agudizaban, haciendo que el sonido más mínimo fuera insoportable.

Yoriko redujo la velocidad por fin al ver cómo la peliazul poco a poco aminoraba el paso. Miro a su alrededor, no habían pasado ni 2 horas desde que comenzaron a buscar sobrevivientes. Aún no se habían topado con ninguno y por la peste que emanaba de los caídos no era necesario revisar los cadáveres. Salto 3 piedras grande en el camino, jugueteando con el área rocosa. Marion se había comportado extraño desde que entraron en el bosque, apenas hablaba y tenía esa mirada ida, como si viera fantasmas a su alrededor.

El sol aún estaba en su punto más alto, así que no debía de sentirse tan paranoica, los demonios no atacaban en plena luz del día. Se encogió de hombros mientras golpeaba con el pie una ramita que obstruía su camino. Suponía que como Marion era nueva, no debía saber mucho sobre demonios.

-Ire a revisar los alrededores y regresaré en unos minutos, si te sientes muy mal puedes quedarte aquí a descansar un rato-

Y antes de que pudiera hacer otra cosa una llovizna repentina comenzó. Al principio fueron solo unas pocas gotas, pero luego se convirtió en un aguacero descontrolado. Yoriko maldijo para si y arrastró a Marion por el brazo para andar más rápido en busca de un sitio en dónde resguardarse. A lo lejos observo una pequeña protuberancia rocosa que, mientras más se acercaba, se asemejaba a una cueva. No pensó en nada más y empujó a Marion hasta ese lugar.

Cuando estuvieron fuera de la lluvia Yoriko se volvió hacía Marion. La peliazul se había alejando un poco hacía un sitio más oscuro mientras se frotaba los brazos, la chica jadeaba y por el brillo de su frente noto que estaba sudando. Le dió un escalofrío cuando se dió cuenta de que sus ojos eran de azul tan claro que parecía brillar en la penumbra. Volvió a mirar el paisaje exterior, tal vez no había sido buena idea hacer grupo con un nuevo.

Marion se recostó contra la pared buscando un apoyo además de sus flácidas piernas. Sentía que la entrañas le quemaban y el dolor característico en la cicatriz de su espalda, sus oídos chillaron y luego hubo un silencio total, como si se hubiese quedado sorda, "Te encontré~" una voz cantarina resonó en su cabeza. Era esa cosa, el demonio que la había atormentado y había destruido su vida. "Munmei~ Munmei~ cuando entenderás que no puedes escapar de mí?" Poco después de que la voz se silenciara, sintió como había un cambio en su cuerpo. Las uñas y colmillos comenzaron a crecerle y sintió como las venas de su brazo se marcaban debajo del uniforme. Cerro los ojos con fuerza abrazándose así misma, enterrandose las uñas en los brazos en un intento de frenar la exasperación con dolor físico.

Entonces noto una tercera presencia en fondo de la cueva y se giró lo más rápido posible para decirle a Yoriko que corriera, pero su voz no salió de su garganta, estaba completamente paralizada. El sonido de un cuerpo siendo arrastrado hizo que la Kakushi se volviera para buscar la fuente del ruido. A pocos metros, apareció la silueta de un hombre de unos 40 años. La primera reacción de la chica fue dirigirse al exterior, pero antes de que pudiera dar siquiera el primer paso, fue arrastrada por unas raíces subterráneas hasta donde la ubicación del demonio.

Marion espero que la atacarán, no podía moverse y se sintió impotente al ver cómo una aterrada Yoriko colgaba de cabeza con ojos llorosos, pudo reconocer el cuerpo que arrastraba cuando el demonio se acercó sigilosamente a ella. Era uno de los kakushis del grupo. La voz volvió a resonar en su cabeza cuando el pánico volvió a atacarla "Shh~ calma, no pasará nada. Eres inmortal, no puedes morir, al menos no hasta que yo lo diga". No sabía si lo que escuchaba eran recuerdos, la realidad o una simple alucinación. Cuando el demonio estuvo frente a ella, sintió la presión de su presencia, todo gritaba peligro.

Su instinto le decía que ese demonio era diferente a "la bestia", era más peligroso, se sentía más siniestro. En sus ojos habían unas extrañas marcas que pudo leer como "Inferior 2". El cabello largo del demonio se desparramó a un lado cuando se inclino para olerla.

-Jigoku?- ante la mención de su captor Marion sintió como sus piernas flaquearon. La luna inferior sonrió- Sigues siendo tan desagradable como siempre-

🔥

Los pilares estaban todos reunidos en la mansión Ubuyashiki, esperando impacientes a qué apareciera su patrón. Aunque daban esa vibra majestuosa e imponente, eran unos niños que se peleaban constantemente por ser el que saludara al líder de la organización. Todos se tensaron cuando las gemelas aparecieron en la entrada siendo la compañía y los ojos del hombre ciego. Todos se postraron, dando sus respetos. Y antes de que alguno pudiera abrir la boca, un Kakushi los interrumpió.

-Ubuyashiki-dono! El grupo de kakushis...- estaba sin aliento y azarado, el mencionado giró la cabeza hacia donde provenía el sonido- los... El grupo de kakushis que enviamos al Monte Harima fueron atacados-

🌿Nota: Alguien puede recomendarme algún fanfic de Sanemi o de Rengoku? 😆

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