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Monte Harima
xx: xx horas

El demonio no parecía tener intenciones de atacarlos, al menos no por el momento. Marion giró sobre sí tratando de ver mejor el panorama desde otra posición, Yoriko estaba bien, nerviosa pero entera, aunque notaba que sus manos estaban cada vez más rojas por las raíces que la sometían. A su derecha, a unos 3 metros estaba Tanaka, estaba boca abajo quejándose del dolor. A diferencia de ellas, Tanaka se había encontrado con el demonio mientras buscaba supervivientes dentro de la cueva, su compañero había sido asesinado al instante y él recibió dos fracturas en el brazo derecho y su pierna izquierda, debían dolerle como  el diablo y el demonio no dejaba de colocarlo aquí y allá, como si fuera un florero.

No sabía cuánto tiempo había pasado, estaban en el fondo de la cueva y no se podía distinguir si era de noche o de día, así que le era imposible calcular si los refuerzos llegarían o si debería comenzar a recitar algunas plegarias. Por un segundo, Kyojuro quiso tomar sus pensamientos pero los desechó antes de que pudiera debilitarse, no era el momento de ponerse sentimentales, habían dos vidas que dependían de ella.

Su bolso estaba cerca de Yoriko, si lograba que la chica obtuviera el valor para luchar contra el demonio podría desatar sus amarres discretamente y que luego tomara el veneno de Glicinas que había en el bolso. Tendrían la ventaja de la sorpresa si Yoriko hacía bien su papel. Por supuesto, ella sería quien se abalanzaria contra el demonio, podía regenerarse y la glicina en pocas dosis no eran letales para ella pero si para el demonio. Trato de hacer sonidos con la boca para que la chica volteara a verla, "psst, pssstt" la muchacha no se movió ni un milímetro.

Antes de que pudiera llamarla, la luna inferior emergió desde la penumbra. Marion volvió a enderezarse en su puesto y trato de no hacer contacto visual con él. Cómo había sido la costumbre en esas horas, la abominación volvió a mover a Tanaka de sitio, el pobre chico soltó alaridos de dolor. Tenía que hacer algo rápido o el Kakushi no sobreviviría.

El demonio camino hasta ella y se agachó para quedar a su altura.

—Eres uno de esos conejillos de indias de Jigoku?— se acercó oliendo su cabello como si fuera un perro— ese aroma me recuerda a su técnica de sangre... Lo eres o no?— como Marion no iba a responder, el demonio se encogió de hombros e hizo una prueba, en un instante su mano atravesó el estómago de la peliazul de un solo golpe. Ella grito y se recortorsio mientras escupía sangre, se escuchó ese desagradable sonido cuando la mano del demonio se deslizó, saliendo de la herida. Dió unas carcajadas y comenzó a lamer la sangre que quedó en la mano— está es la única manera de probarlo. Escuché que Jigoku tenía una favorita entre sus conejillos de indias. Un ser al que había vuelto casi inmortal, de casualidad eres tú?—

Marion se tumbó en el suelo mientras de su estómago salía más y más sangre, miro como Yoriko por fin la miraba horrorizada y cuando hicieron contacto visual, la chica los aparto inmediatamente volviendo su vista a otro sitio y tratando de ignorar lo que estaba sucediendo. Eso estaba bien, así no vería como sus órganos se reacian, como la carne volvía a unirse y como solo quedaba el agujero en su uniforme mientras era humedecido por el propio líquido de su sangre. Cómo era oscuro su regeneración era la misma que la de un demonio así que además del dolor físico, no tenía otras dificultades.

—Dime... Que se siente ser un demonio y poder estar bajo la luz del sol? Se siente bien?... Haz comido humanos antes? De que tipo te gustan?— su actitud parecía la de una persona que acababa de conocer a un futuro colega, era amable en el estilo más desagradable posible. Mario no quiso responder la caridad ni la amabilidad, pero el demonio parecía opinar diferente. Se levantó y con una orden las ramas de alrededor sujetaron el cuerpo de la peliazul— que pasaría si llego hacer que comas carne?—

Miro hacía Yoriko y acto seguido las ramas la hicieron acercarse hasta ambos. La chica chilló, pensando que sería asesinada en el acto. En cambio, del demonio subió la manga de su uniforme y ofrecí el brazo a Marion, ella frunció el ceño y aparto el rostro sin intenciones de hacerle caso.

Yoriko estaba asustada pero bajo la mirada al no escuchar el goteo de la sangre, se horrorizo al ver la tersa piel de Marion a través del agujero de su uniforme completamente intacta. Miro echa una furia a la peliazul. Eso explicaba todo el comportamiento extraño mientras recorrian el bosque lleno de cadáveres, era una demonio, un monstruo que tenía como único objetivo asesinar. Seguro se había sentido atraída por todo el olor a sangre y queriendo comer alguno de los cuerpos de los fallecidos. Yoriko forcejeo contra él demonio, con su mano libre logro golpear con fuerza la mejilla de Marion.

—Eres solo una mentirosa. Maldita demonio, espero que te mueras— ante sus malas palabras el demonio soltó una carcajada y Marion solo pudo apartar la mirada con tristeza. El cuerpo de la Kakushi nuevamente fue envuelto en las ramas quedándose frente a la peliazul, al parecer, eso era suficiente entretenimiento para el demonio. La chica todavía tenía energía para seguirle gritando— Pensabas atacarnos a todos? Pretender que eres humana? Eres un maldita escoria—

La serie de insultos duro bastante tiempo, podría decirse que Marion no se sorprendió al escuchar las blasfemias que salían de esa pequeña boca. Mientras era considerada una indigente, todos a su alrededor la miraban con desprecio y a menudo la insultaban, ni siquiera necesitaba ser una demonio para sufrir por esa clase de cosas, solo necesitaba existir en una clase social que no fuera respetada por los demás. Nunca logro acostumbrarse a ello y había perdido la costumbre de escucharlo cuando fue acogida por la organización. Dolía, dolía muchísimo volver a oir esa clase de cosas.

El demonio suspiro, ya aburrido del derroche de las groserías que eran dirigidas hacía un único blanco. Se aparto de las chicas, volvió a mover a Tanaka y luego se dirigió al exterior, mientras se estiraba su cuerpo se fue perdiendo a través de la penumbra. Marion espero hasta que no pudiera escucharlo ni sentir su presencia. Entonces trato de razonar con Yoriko para que la ayudará con el rescate.

—Eres también un maldito demonio!— se retorció entre las ramas con esfuerzo, la madera crujió pero no hizo ademán de quebrarse ni aflojarse.

—No es el momento, escuchame— Marion ignoro el hecho de que acababa de escupirle— En mi bolso está un frasco de veneno de Giclinas, Voy a tratar de liberarte para que lo tomes y uses contra la luna Inferior—

—Ja! — el color de ojos de Yoriko se convirtió en un cobre sucio cuando la chica comenzó a reírse con sarcasmo— porque debería creerte... Desde cuándo estás engañando a la organización? Serás asesinada cuando todo esto acabe, si los pilares llegan hasta aquí estarás muerta—

Marion trato de concentrarse para no caer en discusión. Hubiera Sido más fácil que Tanaka hubiera estado en el lugar de Yoriko? Convendría hacer el rescate sola?. Realmente dudaba que hubiera diferencia, el repudio siempre era el mismo, era parte del defecto humano; Y hacer todo por su cuenta no era un opción, necesitaba una distracción y ella era la única que podía lograr eso sin sacrificar una vida. Reflexionando sus pensamientos corto el ramaje que sostenía a Yoriko con las uñas, la chica inmediatamente cayó al suelo.

—Haz lo que quieras después, por ahora solo concéntrate en este trabajo y en salvar a Tanaka— corto sus propias ataduras— Eres un Kakushi, salva la única vida humana que depende de tí—

Flama『炎』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora