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Marion miro la mano extendida frente a ella. Gorrión. Kyojuro se refería a ella de esa manera después de los sucesos de Aperitivos Mang? Nunca la había llamado de ese modo, tampoco lo había escuchado mencionarlo a alguien antes. Estrecho los ojos con suspicacia, no quería tomar su mano, de alguna manera no le daba buena espina. Tal vez instinto. Recordó las palabras del ex pilar de la llama, algo no se sentía bien.

Cerro los ojos con fuerza y extendió la mano dispuesta a forzar aquella cortesía, Shinjuro lo había dejado claro unos minutos atrás, solo era una invitada y debía ser educada. Para su sorpresa Senjuro se adelantó y tomo la mano de la mujer, haciendo un saludo, y luego soltandola.

—Es un placer, mi nombre es Senjuro. Soy el hermano menor— se colocó entre la mujer y la peliazul, mostrándose protector con la Ex kakushi— Ella... Ella es mi hermana, Kujo Marion. Tambien es un placer para ella conocerla—

Unos grandes e inocentes ojos azules la acribillaron desde la distancia, el pequeño que estaba detrás de ella había echando la cabeza a un lado para poder mirar a Marion. Sintió los mismo sensación del puente, su cuerpo se sintió repentinamente tenso.

Se mordió el labio inferior y antes de mediar alguna palabra con los presentes, salió a toda prisa de la sala con los ojos fijos en el suelo.

Mientras avanzaba por el largo y oscuro pasillo, sintió pasos detrás de ella, por el compas y el peso de las pisadas supuso que era Kyojuro quien la seguía. No le importo, siguió hasta su habitación a la misma velocidad, en cuanto estuviera dentro cerraría el Shōji en su narices.

Después de pasar por una serie de pasillos, la mayoría con vista al exterior se encontró con la entrada de sus aposentos, abrió de golpe el Shōji y tan rápido como pudo entro y lo cerro. La mano de Rengoku fácilmente retuvo el avance, casi al inicio del deslice.

—Pensabas ignorame otra vez?— pregunto seriamente mientras devolvía el Shōji a su sitio y entraba en la habitación. No había puesto un pie en aquel sitio desde que trajo a Marion a la finca, y se alegro momentáneamente al notar que la joven había dado vida a aquella habitación.

—No te ignoro— respondió con cierta molestia en su voz. La peliazul le dió la espalda dirigiéndose al tocador, de la primera gaveta saco papel y pluma para escribir— Deberías irte, tienes un invitado al cual entretener—

Rengoku no se movió de su sitio, observando cada movimiento que hacía. Le había sorprendido verla esa noche, cargaba un kimono con patrón de triángulos plateados y el color base era violeta oscuro. Se veía presiosa como siempre, pero no sabía si era la tonalidad de la prenda o su extraño nerviosismo lo que la hacía ver más pálida de lo normal.

—Fuiste grosera con ella... Deberías ir a disculparte—

Haciendo caso omiso a lo que el pilar decía, Marion preparo la tinta y extensión el papel sobre la superficie, alizando las arrugas, tratando de pensar en un par de oraciones convincentes. Al ver que no había reacción en ella, el pilar de la llama se acercó hasta donde estaba, mirando lo que escribía por encima de su hombro.

"Estoy lista para la misión, mañana iré a verle para que me dé más detalles..."

—Misión? Que misión?— pregunto arrugando el ceño. Trato de deslizar el papel para tomarlo y leer el resto de la carta, pero Marion evito que se lo quitará. Debido al leve forcejeo la tinta se corrió en varios lugares haciendo que la chica chasqueara la lengua—La organización te dió de bajas, no puedes irte a una misión—

—Uzui-san necesita mi ayuda y estoy bajo su protección como una ExTsuguko—

Kyojuro dió un golpe a la mesa, dejando algunas huellas casi imperceptible de tinta por los alrededores de la hoja. La carta en si ya era inservible.

Flama『炎』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora