50

1.7K 198 78
                                    

A la mañana siguiente, muy temprano por la mañana. Uzui y Rengoku tomaron un carruaje con dirección a la estación del pueblo, de allí viajarían a Naha y luego tomarían un tren directo a Tokio. Antes de salir, Kaguya apareció repentinamente frente a la mansión y, junto al grupo de guardaespaldas que la acompañaron en ese viaje, se inclinaron mostrado su total respeto al pilar de la llama. La mujer no pudo evitar disculparse al implicar a Marion en el asunto, mencionando que la familia Hoshino los apoyaría cuando lo necesiten. Rei se había aparecido detrás de las piernas de la mujer, dedicándole una dulce sonrisa al bicolor junto con un agradecimiento, Kyojuro le sonrió en respuesta diciéndole que siempre estaría dispuesto a ayudar a otros que lo necesiten.

Ya en el tren a Tokio, Uzui se sintió extrañamente incómodo. Los asientos eran rústicos y tiesos, además de estrechos. Se revolvió en el asiento buscando comodidad, maldiciendo al techo por no haber comprado dos lugares en vez de compartir la butaca con un pilar tasiturdo, observo de reojo a su compañero. El bicolor no había dicho una palabra desde su partida, no había tocado nada de la grandes guarniciones de comida ni había gritado algo alegre como usualmente hacía. El ninja exprimió sus cerebro, en busca de un tema de conversación interesante, que lo alejara de aquellos fatídicos pensamientos.

—No sabía que tu familia tuviera un grupo de informantes...— el bicolor estuvo unos segundos en silencio antes de contestarle.

—No son informantes. Todos los jefes de familia poseen un Séquito, es un grupo entrenado para defender la casa principal— explico, miro una de las cajitas de madera preguntándose si sería bueno comer algo— Lo que hace especial al Séquito de mi abuela es que juntas crearon una red femenina de información. Básicamente tienen amistades con varias mujeres en todo Tokio, y ellas les informan a su vez lo que necesitan saber—

—Todas son mujeres?— sonrió cuando observo que el bicolor tomaba una de sus comidas y la abría para comprobar a qué sabía. Al menos le estaba volviendo de a poco el apetito— Tiene algo de especial que sean de un género especificó?—

El bicolor susurro un «delicioso» sin demasiado ánimo antes de continuar.

—Una amiga de mi abuela fue asesinada por demonios, sus hijos también perecieron en ese momento y la única que pudo salvarse fue su nieta— contó para que el albino entendiera el contexto básico— Mi abuela quedo devastada con esa perdida, quería mucho a su amiga. Creo que se conocían desde pequeñas— tomo otro bocado gritando un «Delicioso» más alto— La huérfana le dió la idea de abrir un orfanato especial, los niños que perdieron a sus padres por culpa de demonios eran sin duda más difíciles de tratar que unos sin padres o  abandonados. Los traumas son diferentes. Y la mayoría de la población piensa que esos seres son solo mitos de campesinos, así que es normal que digan que el niño simplemente está loco—

Uzui se rascó la barbilla pensativo. Nunca había pensado en ello, normalmente se enfocaba en cumplir la misión y no en pesar en las víctimas. Recordo que Himejima, el pilar de la roca, también había poseido un orfanato poco antes de ser atacado por demonios.

—El séquito viene del orfanato? Que tiene que ver eso con que sean todas mujeres?— el ninja alzo una de sus cejas, robando una de las cajas de comida de Rengoku. La abrió y descubrió que era arroz de batatas con carne, tenía un buen olor, aunque no fuera gustoso por las batatas.

—Mi abuela dice que no sabe criar hombres— se encogió de hombros, tomando una segunda ración de comida—Lo dice porque le fue difícil críar a mi padre y cree que no tiene madera para eso—

El bicolor se encargó de explicarle cómo funcionaban normalmente el séquito, el arduo entrenamiento a los que se sometían eran iguales a los que se hacían en los cazadores y que, gracias a un antiguo ancestro de Oyakata-sama, se les había permito utilizar unas nichirintō a cualquiera que formara parte de ese grupo, ya que se consideraban cazadores de demonios sin pasar por la selección final. Uzui se vio extrañado con aquella explicación, creyendo firmemente que todos deberían pasar por ese infierno antes de referirse así mismo con el título de asesinos de demonios.

Flama『炎』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora