Despertó luego de dos días, pensó que el cielo se veía extraño como si fuera un espejo de la realidad. Gimió de dolor cuando intento mover su cuerpo buscando una manera de incorporarse, el tintineo metálico de unas cadenas sonó y ella levantó uno de sus brazos para ver cómo un grillete mantenía prisionera su muñeca. Sintió un Deja vu, había sido lo mismo que cuando la organización la aprisionó al descubrir que era una híbrida. Esperanzada miro derredor, tal vez todo había sido una larga pesadilla, pero pronto descubrió que no reconocía el sitio. Los emblemas esparcidos de los Rengoku estaban en toda la instancia. Tomo su cabeza en sus manos cuando comenzó a doler, se le abrió el apetito como si no hubiera comido en días, meses, años, era una hambruna que la hacía volverse loca.
El Shōji se abrió de repente y Kyojuro entro rápidamente a la habitación, ella abrió los ojos de par en par. Quería preguntar que había hecho, pero su voz no salía de su garganta, como si hubiera perdido su capacidad de hablar. En cambio, salió un gruñido como respuesta.
—No te esfuerces, aún estás recuperando fuerzas— no se dió cuenta de que llevaba un jarrón en su mano junto con un tazón de barro. Ella se encontraba anodada observándolo, como si estuviera viendo un doloroso especijismo. Dejo el bowl frente a ella y luego vertió el líquido en el envase, era levemente espeso con un color rojizo oscuro. El olor metálico hizo que supiera que aquello era sangre— Oyakata-sama permitió que se te diera sangre para restaurar las heridas. Si no la tomas no podrás mantener tu conciencia—
Marion comenzó a babear frente al tazon, resistiendo los impulsos demoníacos que ahora quería carcomer y corromper su alma. Maldijo mentalmente al pilar por no haberla matado cuando se estaba convirtiendo en demonio. Ella no quería convertirse en un peligro para los demás, no quería hacerle daño a los Rengoku. Volvió a agarrar su cabeza, agitandola hacía los lados con fuerza para evitar que sus nuevos instintos tomarán el control. Era desagradable, demasiado poderoso.
Rengoku comprendió su negatividad ante la sangre. Todo aquello había resultado en lo que menos esperaba, que ÉL, el actual pilar de la llama protegiera a un demonio iba en contra de los mandatos del Clan. La abuela lo había hecho llamar a la habitación principal poco después de que se le notificará que había llevado un demonio al Estado. Le había regañado duramente, y había ordenado que el demonio fuera ejecutado inmediatamente. Fue una reunión cansina para él, había tenido que ir en contra de los deseos de su abuela, de su familia y tal vez los de su propia madre. No, en algo no había fallado a su progenitora. Marion no había arrebatado ninguna vida en su estado de demonización, así que seguía siendo alguien más débil al que necesitaba su protección. Y la protegería a todo costa, incluso si aquello era ir en contra de los principios de su familia.
El jefe de familia no le perdono. Había declarado su inconformismo y enumerado todas las penalizaciones que había recibido. Al igual que su padre, sería destituido del puesto del próximo jefe de familia. Sus lazos con el Clan quedarían limitados a su servicio como actual pilar, además de que cuando fuera dado de baja su rostro no estaría en el salón de los pilares. Supuso que su padre se sintió de la misma manera que él o incluso peor, realmente no le importaba si podía suceder el poder del Clan, lo único que llenaba su mente en ese momento era saber si podía volver a Marion a la normalidad.
Su mente volvió a la realidad cuando la susodicha hizo un ademán para tirar el bowl lejos de ella, con un rápido movimiento, Kyojuro obtuvo el envase antes de que se derramará el contenido al suelo.
—La sangre son donaciones, no tienes que preocuparte por su origen. Me cortaría yo mismo antes de lastimar a alguien por mi propio egoísmo— Marion le dió la espalda aún sin poder responderle, rechazando aquel gesto con su indiferencia. Aún no se había recuperado por completo, y la incertidumbre solo ponía más nervioso al bicolor. Realmente estaba hablando con la Marion que conocía o solo era una mujer demonio?—Le pediré a Sanemi que te dé de su sangre. La sangre Marechi equivalen a 100 personas o más— Ella pareció palidecer al pensar que el pilar del viento estuviera a solas con ella en una habitación. El bicolor trato de calmarla— Estare contigo, no permitiré que te haga daño. Su sangre es especial incluso entre los Marechi, tal vez pueda ayudar a que domines la sangre demoniaca con más rapidez—
Ella agitó la cabeza, no quería saber nada de eso. Vio la katana de Rengoku lo suficientemente cerca de ella, pero en cuanto tomo la empuñadura para desenvainarla sus manos fueron engullidas por las del pilar, impidiendole sacar el arma. Kyojuro la estrecho con fuerza contra sí, lanzando el arma lejos de ambos.
—Lo lamento. Se que estoy siendo egoísta— Marion dejo de forcejear con sus ojos apunto de llorar. El bicolor alzo su brazo hasta sus cabellos azulados acariciándolos con sus dedos— Intenté matarte en cuanto comenzaste a transformarte en demonio, pero por más que intentará bajar mi espada a tu cuello, mis músculos no podían moverse— escondió su rostro en el cuello de la mujer, haciendo que sus labios rozaran su piel. Sintió como se sobresaltaba ante la mínima proximidad— Le dije a Uzui que se hiciera cargo, pero tampoco quiso hacerlo. Era algo que yo debía hacer, eres mi responsabilidad. Pero al final no pude hacerlo, cuando abriste los ojos de nuevo... Cuando volviste a respirar en el mismo tiempo que el mío... Simplemente no pude matarte. No puedo vivir sin tí— apretó la mandíbula, ella era su mayor debilidad y una los pilares de su fuerza, aún así había sido demasiado egoísta al querer que siguiera viviendo, era comprensible que lo odiara— Tienes el derecho de maldecirme todo lo quieras, confine tu alma a un cuerpo maldito. Preferí que vivirás a costa de un destino cruel—
El pilar continuaba hiriendose en un monólogo incansable. Marion no quería aquello para él, condenarlo a que creyera que ella lo culpaba de todo pero las palabras aún seguía sin salir de su boca. La serie de gruñidos que podía hacer le indicaban más a Kyojuro que él tenía razón. La peliazul clavó sus uñas en sus hombros y luego lo empujó. Aún tenía sus valiosos recuerdos y era lo que más le importaba. No sabía si era defecto por ser convertida con la sangre de otro demonio o por su propia voluntad. Al ver la sangre nuevamente, los instintos quisieron descontrolarla. Los demonios eran seres tristes, condenados a ser prisioneros de sus instintos perversos.
Cuando intento levantarse fue jalada nuevamente al suelo por culpa de grillete de su mano. Rengoku comprobó que su arma estaba lejos de ellos así que Marion no tenía posibilidades de suicidarse. La mujer se había hecho bolita con las manos aún su cabeza, sus colmillos estaban a la vista y se encontraba salivando con el olor a sangre en el ambiente. Su negativa era una buena señal de que podía resistirse a lastimar a otros por comida, pero aún así le dolía verla de esa manera. Volvía a abrazarla, sintiendo como volvía a tensarse, nerviosa por su cercanía.
—Saldremos de esto. Buscaré la manera de convertirte en humana— beso su frente mientras dejaba que la estrechara más contra sí— Te lo prometo, voy a protegerte cueste lo que me cueste—
.
🌿Nota: Dejaré decidir esto... Quedan 3 capítulos por publicar, dos de ellos verán la luz la otra semana el miércoles. Perooo~ dejaré la decisión a los lectores, puedo publicar el capítulo en estos días seguidos (2 y 2 mañana) o puedo dejar el itinerario como estaba (2 semanalmente y esperar el final de la historia la próxima semana)??
Depende los comentarios continuaré publicando el siguiente capítulo está tarde💕✌️ La nota final con los próximos proyectos y los Preview de las historias serán publicados cuando el capítulo final vea la luz, así que no se preocupen por eso 🤗 Gracias por apoyar la historia.
ESTÁS LEYENDO
Flama『炎』
Fiksi PenggemarKujo Marion perdió su hogar en manos de un demonio. Siendo la única sobreviviente de la masacre, no tiene más alternativa que seguir con su vida e intentar progresar en una civilización que solo la ve para un solo propósito. Rengoku Kyojuro, el pil...